Acto de entrega de Honores y Distinciones del Cabildo de Gran Canaria 2024

El discurso íntegro de Antonio Morales: «Convoco a la población a imitar la determinación y la inteligencia de quienes nos precedieron»

El presidente del Cabildo de Gran Canaria reconoce que "la pluralidad, el empuje y las esperanzas de esta sociedad isleña" continúan siendo los pilares de acción de la institución grancanaria

Acto de entrega de Honores y Distinciones del Cabildo de Gran Canaria 2024

Acto de entrega de Honores y Distinciones del Cabildo de Gran Canaria 2024 / Andrés Cruz / LPR

El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, comandó el acto de entrega de Honores y Distinciones del Cabildo de Gran Canaria 2024 y realizó un discurso en el que reconoció que "la pluralidad, el empuje y las esperanzas de esta sociedad isleña" continúan siendo los pilares de acción de la institución grancanaria.

"Con este acto, no solo les agradecemos su contribución a la construcción de una Gran Canaria más formada, solidaria, plural, próspera, consciente de sí misma, creativa y exitosa en prácticamente todas las facetas que podamos imaginar, sino que refrendamos nuestro compromiso con valores innegociables como los que ustedes encarnan", aseguró Morales, haciendo referencia a los galardonados.

Discurso integro de Antonio Morales, presidente del Cabildo de Gran Canaria

"Autoridades, personalidades y entidades galardonadas, señoras y señores…

A escasa distancia del lugar donde nos reunimos esta noche, se alza la escultura en bronce de Alfredo Kraus.

En ella, el tenor proyecta su mirada y su voz eterna hacia la inmensidad del océano, siempre con los pies firmemente anclados a la tierra que le vio nacer.

Lo hace con una mezcla de arrojo, pasión, convicción y generosidad en la entrega de su talento innato.

La fuerza de esta estampa, de aplomo frente al vértigo, nos evoca a la sociedad de Gran Canaria, que posee una expresión también propia, en diálogo permanente con su singular realidad atlántica, aislada y lejana.

Con estos elementos, y con la misma maestría que demostró el escultor al inmortalizar a Alfredo Kraus, nuestra realidad insular cinceló una obra única, con manifestaciones culturales y naturales sin igual.

Los siglos, con sus alegrías y pesares, se han ido evaporando uno tras otro. Pero el tiempo jamás ha pasado en vano para nuestra isla.

Según transcurren los años, queda a la vista un brillo cada vez más inconfundible, semejante al de la sal de nuestras salinas.

Se trata de una identidad tan milenaria como cargada de futuro en medio del océano, donde emerge, resplandece y sorprende la actual sociedad grancanaria.

Sin embargo, sabemos bien que esta travesía atlántica en la que seguimos embarcados y embarcadas atravesó tormentas temibles y sorteó bajíos y arrecifes traicioneros.

Además, nuestra nave común ha permanecido a la deriva en los mares del olvido en demasiadas ocasiones.

Por fortuna, la isla siempre ha contado con el viento a favor de sucesivas generaciones que han salvaguardado nuestras aspiraciones e ilusiones y que han marcado claramente con su ejemplo la ruta a seguir.

No es casualidad que dirijamos el foco hacia la gente de esta tierra. La pluralidad, el empuje y las esperanzas de esta sociedad isleña continúan siendo los destellos que guían la acción del Cabildo de Gran Canaria.

La institución insular emergió, de hecho, de las profundidades e inquietudes de un territorio que demandaba contar con una estructura administrativa y política a la altura de los retos, los derechos legítimos y la dignidad de la isla y sus habitantes.

La carta de navegación sigue siendo la misma para quienes actualmente ostentamos el honor y la responsabilidad de representar a este Gobierno de Gran Canaria.

Hoy, en este Auditorio, y con el rumor del oleaje y de nuestra Historia como telón de fondo, nos reunimos para renovar nuestro compromiso con este destino compartido y conmemorar los 111 años de andadura del Cabildo de Gran Canaria.

Recordar su origen nos sirve, en gran medida, para explicar su naturaleza y su razón de ser en los momentos actuales.

Merece la pena viajar en el tiempo y ponernos en la piel de los 25 vocales que aquel domingo de marzo de 1913, a las tres de la tarde, se sentaron alrededor de una mesa en el Salón Dorado de las Casas Consistoriales para la sesión constituyente de nuestro primer Cabildo, por entonces sin sede, pero erguido, como sucede en nuestros días, sobre los sólidos cimientos de su plena justificación social, política y económica.

Resulta fácil imaginar su emoción, pues el acto que protagonizaban proporcionó al fin un andamiaje político y administrativo más justo para la isla y depositó el timón de su porvenir en manos de la ciudadanía grancanaria y sus representantes.

La visión metafórica del acontecimiento sería la de asistir a la partida de un barco más ligero, dueño de su derrotero, liberado ya de parte del lastre que suponían el centralismo, la provincia única y el secular abandono de los principales poderes.

Quiero remarcar esta noche la importancia del papel de los hombres y mujeres de Gran Canaria.

Valores como los demostrados por las personas y entidades que honramos con los Honores y Distinciones del Cabildo de Gran Canaria han sido y son un espejo para el conjunto de la sociedad y, desde luego, para el ejercicio de la acción pública por parte del Gobierno de la isla.

Con este acto, no solo les agradecemos su contribución a la construcción de una Gran Canaria más formada, solidaria, plural, próspera, consciente de sí misma, creativa y exitosa en prácticamente todas las facetas que podamos imaginar, sino que refrendamos nuestro compromiso con valores innegociables como los que ustedes encarnan.

Del mismo modo, nos confirman que la brújula debe ser la misma, aunque se compliquen los caminos y cambien los vientos.

Pero en esta época, más que de vientos, podríamos hablar de tempestades que hacen temblar e incluso amenazan con derrumbar pilares sobre los que se ha sostenido nuestro modelo de vida, así como escenarios que dábamos casi por inmutables e incuestionables.

Desde esta encrucijada, rodeada de barrancos, pero desde la que se divisan también nuevos horizontes, contemplamos el vasto paisaje de la historia insular y comprobamos que Gran Canaria ha sido y es una isla de resistencia.

No lo podemos olvidar, sobre todo porque esta patria isleña, como asentó el poeta Nicolás Estévanez, es espíritu y es memoria.

Al celebrar el valor de las personalidades galardonadas y de las instituciones reconocidas estamos proclamando que tenemos capacidad como pueblo para ganar los enormes retos que tenemos por delante.

En esta noche feliz y emocionante convoco a las mujeres y hombres de Gran Canaria a imitar la determinación, el coraje y la inteligencia de quienes nos precedieron y nos legaron una isla capaz de alcanzar los sueños que nos abrazan.

Nos alumbra el poema de Pedro García Cabrera que nos señala:

Caminos que me conducen,

sombreados de esperanza,

a roques que no se nublan

y a piedras enamoradas

La tenacidad de Gran Canaria posee múltiples rostros. Se reveló en tiempos de la Conquista, defendiendo a su gente, su territorio y su patrimonio.

También en el coraje frente a los asaltos de piratas, buscadores de fortuna y potencias militares europeas.

En julio de este año conmemoraremos el 425 aniversario de la victoria sobre la potente armada de los Países Bajos comandada por el almirante Pieter Van Der Does, quien reconoció su admiración por el valor del pueblo grancanario, según recogió en sus estudios el historiador Antonio Rumeu de Armas.

Este espíritu combativo se mantuvo intacto. De él afloró, el propio Cabildo, cuyo empuje en la defensa de los intereses de Gran Canaria resultó decisivo en hitos posteriores como la división provincial, la aprobación del Régimen Económico y Fiscal o la creación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

El Gobierno Insular, en cumplimiento de su misión desde hace 111 años, permanece como primer valedor de Gran Canaria. Es igualmente el dique para contener las sucesivas oleadas de olvido e incomprensión sobre la idiosincrasia insular, además de infatigable defensor de los derechos legítimos para nuestro desarrollo como pueblo.

Siempre imaginamos a las islas con un faro en sus costas.

En el año del 50 aniversario del adiós de uno de nuestros grandes poetas modernistas, Saulo Torón, viene a nuestro encuentro su poema ‘El faro de La Isleta’, definido por el autor como “un clarividente milagroso / que señala la ruta / del buen abrigo y el feliz reposo / al inquieto marino / que en el puente sondea el pavoroso / misterio de las sombras / luchando con el mar tempestuoso…”.

Estos versos parecen desentrañar el designio de la labor pública, sobre todo cuando arrecian las dificultades.

Porque no debemos perder de vista que algunos de los rompientes que tuvimos que sortear en el pasado siguen estando ahí, interponiéndose de cuando en cuando en nuestro rumbo, como ocurre con la lucha permanente para garantizar aquello que nos corresponde en relación al REF, la gestión de la inmigración, las aguas territoriales, la pobreza o exclusión social, el nivel de inversiones o nuestra movilidad, entre otros aspectos que evidencian que, en determinados ámbitos, ni se nos ve, ni se nos comprende.

Con todo ello, resulta evidente que este Cabildo es heredero de la demostrada resiliencia y del clamor en la defensa de sus derechos por parte de nuestra sociedad.

Y hoy en día está más capacitado que nunca y dispone de un plan claro para ser la herramienta que necesita Gran Canaria para mantener vivo el espíritu de la isla de resistencia que siempre fue, hacer oír su voz diferenciada y enfrentarse con garantías de éxito a estos tiempos convulsos y de profundas transformaciones.

Y debemos insistir en hacerlo con un modelo propio y transformador, que sirva de contrapunto a los efectos perversos de la globalización desmedida, el capitalismo insaciable, la extensión global de la pobreza, las injusticias sociales o los ataques de la antidemocracia que pretenden hacer naufragar los modelos de convivencia basados en los derechos humanos y la democracia.

Estoy convencido de que mantener nuestra esencia y nuestras convicciones, así como seguir las lecciones de nuestro devenir histórico, son los componentes de la fórmula certera para resistir al temporal de conflictos geoestratégicos y climáticos globales.

Y no solo para seguir a flote, sino para avanzar con mayor firmeza, con la reconocible bandera de nuestra identidad canaria y grancanaria ondeando en lo más alto del mástil.

Si dejamos, en cambio, de ser lo que somos, si lanzamos por la borda nuestra manera de estar en el mundo, será más difícil llegar a buen puerto.

Frente a la incertidumbre, el Gobierno de la Isla ofrece estabilidad y certeza para que, de la mano y en sintonía con una sociedad fuerte, sepamos aprovechar las posibilidades naturales, culturales y económicas de la isla dentro de un contexto complejo en el que, sin embargo, se abren sendas prometedoras en las que debemos adentrarnos sin miedo, conscientes de nuestras fortalezas.

Dentro de este panorama, el Cabildo se convierte en la casa común de esta pasión compartida que es Gran Canaria.

Y lo hace para liderar y convocar al conjunto de las personas y sectores de la isla de cara a seguir impulsando un proceso de cambio basado en propuestas innovadoras y sostenibles que nos han convertido en una auténtica referencia en cuestiones marcadas en rojo en la agenda mundial.

Estas políticas son tan variadas como los desafíos a los que nos enfrentamos.

Dentro de este marco se incluye la firme apuesta por la soberanía energética, hídrica y alimentaria, ejes también de la adaptación y mitigación de los efectos del calentamiento global.

Además, el proyecto integral ‘Ecoísla’ ha puesto nuestro acento en la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible y ha demostrado nuestro convencido alineamiento con sus objetivos en el marco de un territorio donde se ha incrementado, afortunadamente, la conciencia medioambiental.

Las ramificaciones de la planificación del Cabildo se extienden por el terreno de la diversificación económica, abriendo nuevos surcos productivos.

Se prolongan también por la movilidad, el turismo sostenible y la economía azul, además de la sociedad del conocimiento y la innovación.

Guarecen asimismo nuestro territorio y biodiversidad y, por supuesto, se abrazan al patrimonio cultural que nos define.

Son señas de identidad que nos orientan en la oscuridad, como los rayos de sol y los haces de luna con los que nuestros antepasados y antepasadas organizaron su tránsito por este mundo, además de dejarnos un testimonio de comunión entre una comunidad y su entorno. Como escribió la poeta Chona Madera en su ‘Canción del regreso’):

“Y sin ser instruidos,

ya el alma valoraban

(por nobleza, intuíanla),

rozaban su verdad”.

Abogamos por la cultura y por una población cada vez más formada, por políticas de igualdad entre hombres y mujeres, y nos rebelamos contra la injusticia y la brutalidad que se expande por el planeta, como vemos con el alma compungida con el genocidio que perpetra Israel en Palestina o la brutal invasión de Ucrania por parte de Rusia.

Son muestras de un tablero político internacional en el que saltan por los aires las normas internacionales, los derechos humanos y nos enfrenta a más de cincuenta conflictos bélicos en el planeta.

Junto a nuestras Islas, la lucha del pueblo saharaui por la autodeterminación es, cincuenta años después de su inicio, otra prueba flagrante del incumplimiento del derecho internacional y de las resoluciones de la ONU.

Dicho esto, nuestros pensamientos y acciones están volcados en procurar vidas dignas, plenas y felices para quienes habitan nuestra tierra, con políticas sociosanitarias cada vez más ambiciosas.

Todas las instituciones públicas y los agentes sociales debemos seguir bregando para tumbar las causas profundas que originan la pobreza estructural.

El compromiso del Cabildo en este punto es inquebrantable, constante y absoluto.

Pero nada de esto será posible si no logramos consolidar una atmósfera social de igualdad y cooperación.

Por este motivo, como decía anteriormente, frente a los intentos de abrir vías de agua en el casco de la democracia, nos corresponde a las Administraciones Públicas generar espacios de diálogo, alejados de esa crispación que es una hoguera en la que arde la razón y la justicia, bases precisamente del sistema constitucional y de nuestro autogobierno.

La marea nocturna nos devuelve a esta orilla y nos pone de nuevo frente a las personas que serán distinguidas esta noche junto a este mar.

Un mar, por cierto, que es un reflejo de Gran Canaria, porque no deja a nadie fuera y abarca todas las visiones y sensibilidades, pues es capaz de ser a la vez el “silencio nombrándose a sí mismo” que vio en él el Hijo Adoptivo de la isla Pedro Lezcano o el Atlántico sonoro que glosó el Hijo Predilecto Tomás Morales.

En ustedes respira el aliento del que precisa Gran Canaria y encuentra continuación el caudal de competencia e ingenio que nos rodea, arropándonos con una pelliza que nos reconforta, como hace el musgo con las piedras y tilos en la laurisilva.

Se despliega con ustedes el extraordinario abanico de parcelas en las que Gran Canaria ha sido capaz de alcanzar la excelencia.

Podemos hablar de avances científicos relacionados con las energías limpias y los estudios sobre la biología marina.

De la divulgación artística y también la vinculada a la personalidad atlántica del archipiélago, así como de las artes escénicas, cinematográficas y musicales, y el deporte.

Igualmente, se sientan aquí esta noche la integración y el apoyo a quienes más lo necesitan, y trayectorias empresariales intachables, generadoras de empleo y caracterizadas por su responsabilidad social.

También la pluralidad de pensamiento y, por supuesto, la solidaridad con los pueblos del mundo que ven pisoteados sus derechos más básicos.

En definitiva, sus biografías componen un decálogo que adoptamos como propio para nuestro quehacer diario.

Don Benito Pérez Galdós nos recordó que “nuestra imaginación es la que ve, y no lo ojos”.

En nombre de todos los grancanarios y grancanarias, este Cabildo les agradece la inspiración que nos brindan, su capacidad para imaginar un presente y un mañana mejores y, sobre todo, que nos hayan mostrado el camino para hacerlos realidad. Muchas gracias. Enhorabuena".