Entrevista | Francesca Pasetti Ecóloga

Francesca Pasetti: «El pastor transforma la vegetación marginal en alimentos de alto valor»

Francesca Pasetti (Alemania, 1955) es ecóloga, y representante española de la sociedad civil y punto focal para España a la candidatura de la Trashumancia Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) de la UNESCO, distinción que permite la salvaguarda de un oficio y unos usos culturales que son la piedra angular para el mantenimiento y potenciación de un medio ambiente sostenible

Francesca Pasetti, en III Foro Internacional del Queso de Gran Canaria, posa ante una imagen mural de un ganado en trashumancia en Tejeda. | |

Francesca Pasetti, en III Foro Internacional del Queso de Gran Canaria, posa ante una imagen mural de un ganado en trashumancia en Tejeda. | | / JOSÉ CARLOS GUERRA

Juanjo Jiménez

Juanjo Jiménez

A usted, como representante de España en la declaración de la trashumancia como Patrimonio Inmaterial se le debe gran parte de ese éxito. ¿Qué implica para ese tesoro etnográfico?

Implica la elaboración de un plan de salvaguarda que hay que respetar para que la Unesco mantenga esa distinción, que se revisa cada dos o tres años, y que pasa por dar a conocer en las escuelas y al público en general su importancia cultural y medioambiental.

Para lograrlo han tenido que realizar un arduo trabajo de investigación, difusión y campañas de concienciación, a la vista del histórico que acumula.

Bueno, en ese aspecto quiero hacer un homenaje y el reconocimiento a la labor de Jesús Garzón Heydt, naturalista y conservacionista fallecido en 2023, creador de la Asociación Concejo de la Mesta a principios de los años 90, con el objetivo de reivindicar la importancia de la trashumancia, y que gracias a ello los pastores y sus ganados volvieron a pasar por el centro de Madrid en 1994, lo que permitió un año después renovar la Ley sobre la Protección de las Vías Pecuarias, algo que es muy importante.

¿Qué atesora Canarias frente al territorio continental?

Una distinción de las islas con respecto al resto del territorio nacional se centra en la posibilidad de practicar la trashumancia durante todo el año, como ocurre en el norte de Italia, en lo que se conoce como la búsqueda de la eterna primavera, tras las mejores temperaturas y pastos según transcurren las estaciones.

Afirma usted que estos pastores son los garantes de la biodiversidad. ¿Por qué?

Y fundamentales para nuestro clima mediterráneo. Las ovejas comen 5.000 semillas al día, y producen tres kilos de abono, -y una vaca diez veces más-, lo que significa una dispersión importantísima para la conservación de la biodiversidad.

El pastoreo va menguando sin relevo generacional, ¿qué se puede hacer para impulsarlo?

Para que siga existiendo es perentorio que cualquier proyecto de desarrollo rural tenga en cuenta los valores sociales y ambientales, no sólo los económicos, y que se trate de incorporar a los jóvenes con una voluntad política de reducción de la burocracia, entre otros factores, como el apoyo y el reconocimiento del gran valor de sus productos, como el queso.

¿Y, confiéseme, le ve perspectivas de futuro?

Sí. Soy la presidenta del grupo de trabajo que prepara la celebración del Año Internacional de Pastizales y Pastores, declarado por la ONU para 2026 por su papel fundamental en la creación de un medio ambiente sostenible, y en ese marco participamos muchísimas personas para la revalorización y dignificación de los pastores, dado que si ellos desaparecen consigo se llevan un gran conocimiento de la biodiversidad y se perderían unos productos de altísima calidad. La grandeza del pastor y el trashumante se encuentra en su capacidad de transformar vegetación marginal, inutilizable de otra manera, en productos alimentarios de altísimo valor nutricional y calidad organoléptica.

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