Sector Primario

Los agricultores de Gran Canaria temen perder hasta un 20% de la producción de papas por el calor y la calima

El adelanto de las altas temperaturas, con máximas superando los 30 grados de esta primavera merman los cultivos de las medianías

Vista del Roque Aguayro, en las medianías de la villa de Agüimes, bajo los efectos de la calima.

Vista del Roque Aguayro, en las medianías de la villa de Agüimes, bajo los efectos de la calima. / Juan Castro

Juanjo Jiménez

Juanjo Jiménez

La cadena de temperaturas máximas que rondan durante esta primavera valores superiores a los 30 grados un día tras otro está afectando a los cultivos de papa, preocupando a unos productores que temen una merma entre el 10 y el 20 por ciento del rendimiento.

En condiciones normales en medianías como las de San Mateo o Teror los riegos tendrían que aplicarse una vez a la semana o incluso cada diez días, pero la climatología está obligando a los agricultores a tirar de los aspersores cada cuatro días.

Estas condiciones para un cultivo que requiere de un tiempo más fresco y de unas lluvias más regulares, impiden que la papa adquiera un mayor calibre, sobre todo a estas alturas de abril, que es cuando están en pleno crecimiento.

"Lo nunca visto"

Gilberto Cabrera planta verduras, hortalizas y papas, pero al igual que un gran número de agricultores de medianías, cuando llega la primavera deja los dos primeros cultivos para dedicar sus terrenos al tubérculo, y asegura que este 2024 está siendo «horrible, lo nunca visto».

Explica que por este motivo la papa que se tenía que recoger a mediados de mayo «ya se está adelantando y se queda más pequeña, porque este tiempo no le gusta: necesita de más fresco y unas lloviznas, a lo que se añade que tampoco hay agua porque está en manos de cuatro. De hecho no ha subido de precio, que se mantiene a 30 euros la hora, pero el problema es que no hay».

El ingeniero agrónomo Miguel Falcón pone en contexto una situación que ya el año pasado provocó una sonada crisis que amagó con el desabastecimiento, cuando también por las altas temperaturas la producción insular quedó sensiblemente tocada de forma que todo lo que se cosechaba iba directamente al mercado, sin la posibilidad de disponer de cantidades para almacenar. A ese problema se añadió la incidencia del escarabajo de la papa en Inglaterra y las altas temperaturas en Escocia, lo que cerró la importación a las islas. Todo ello en un 2023 en el que las temperaturas que ahora sufre el archipiélago se daban a finales de junio y principios de julio, y no a mitad de abril como está ocurriendo ahora.

"La tormenta perfecta"

Falcón augura que aquella «tormenta perfecta» podría volver a repetirse, apuntalando el argumento con el hecho de que la temperatura del mar en las islas se ha elevado un grado y medio.

Todo este mix, al que se añade la persistente calima, «está empezando a variar los rendimientos de los ciclos anuales». Los cultivos demandan un mayor gasto de agua, muy superior al previsto y esto repercute en los precios finales, que se han incrementado hasta en un 50 por ciento a partir de la pandemia, y no solo por el aumento del gasto en insumos o energía, sino por esa misma necesidad de un agua cada vez menos disponible en las cotas en las que no llegan los caudales de los terciarios, ya que la demanda para el abasto de agua potable por parte de los ayuntamientos también aumenta, por lo que tienen que recurrir de la proveniente de los pozos.

Un agricultor canario sobre la subida del precio de las papas

C. E. P.

Y de momento, la situación apenas ofrecerá un leve alivio para los próximos días, tras un miércoles en el que de nuevo se superaron los 30 grados en Tejeda y en Tasarte. La predicción de la Agencia Estatal de Meteorología pronostica para este jueves unas temperaturas sin cambios o en moderado descenso en medianías y cumbres, para dar paso a un viernes algo más fresco también en medianías y cumbres, con un viento rolando de norte, y con algunas precipitaciones débiles y dispersas en la isla de La Palma.

Esta situación es la antesala de un fin de semana en el que, siempre según la Aemet, podrían aportar un somero riego en las vertientes norte de la isla de Gran Canaria, con una baja probabilidad de lluvias débiles ocasionales y dispersas durante el sábado que podrían repetirse el domingo, aunque débiles, ocasionales y dispersas en la misma zona.

Y solo la posible llegada de una vaguada a mitad de la semana entrante podría dejar chubascos de carácter moderado, según la predicción a más largo plazo.