José Vélez cambió ayer los restaurantes de cinco tenedores por unas simples lentejas en un centro de acogida de personas sin hogar. "Me encantan las lentejas y me saben igual aquí que en un restaurante de lujo". El popular cantante teldense concluyó con tan humilde almuerzo la visita que realizó ayer a las instalaciones que la Obra Social de Acogida y Desarrollo tiene en el municipio capitalino.

Vélez se comprometió con su director, Jesús García Barriga, a organizar un concierto benéfico en el que todo el dinero que se recaude vaya destinado a subvencionar las actividades asistenciales que realiza la Obra Social, embarcada ahora en la construcción de un hogar para mujeres sin recursos. "Yo siempre he estado al lado de la gente que sufre, desde que empecé mi carrera, fui uno de los primeros padrinos de Aldeas Infantiles", dijo el artista.

José Vélez, acompañado de su esposa Teresa Rivero, llegó poco antes del mediodía a la sede de la Obra Social en Vegueta donde fueron recibidos por García Barriga. La mayoría del centenar de internos que a esa hora frecuentaban el centro no se esperaba la visita de un famoso y más de uno se sorprendió y hasta emocionó al encontrarse de frente al autor de éxitos tan populares como Vino griego o Canarito. "Es como si lo conociera de toda la vida", le decía una limpiadora a otra. "Sigue igual, muchacha, no ha cambiado nada", le respondía la otra.

El cantante pudo conocer de primera mano la labor socia que realiza la Obra con cerca de 300 personas que se han quedado sin techo para dormir y comer. Vélez pudo entrar en los dormitorios donde se apilan las literas, las cocinas en las que se usan perolas de un metro de largo y en los talleres donde muchos de los internos se reintegran en la sociedad y otros superan su dependencia del alcohol. "Yo lo vi cantando por Eurovisión y lo hizo con soltura y naturalidad, y no todos lo hacen", gritó un eufórico Juan Luis Sanabria desde su silla del taller de carpintería.

Como conclusión, Vélez y su esposa visitaron el centro Doctor O'Shanahan, en Los Hoyos, donde los internos, una vez superadas sus adicciones, se preparan para volver a la sociedad. Allí el cantante fue invitado a compartir mesa y comida con los acogidos, un simple plato de lentejas y unas croquetas fue el menú con el que el cantante más internacional de las Islas fue agasajado. "Aquí no hay más que una cocina para todos y todos nuestros invitados comen lo mismo que el resto", aclaró García Barriga.