La ciudad tiene en marcha obras por valor de casi 45,5 millones de euros para mejorar la red de saneamiento y, sobre todo, hacer frente a trombas de agua como la del domingo pasado, pero no es suficiente. Las lluvias de hace una semana y apenas un par de actuaciones fallidas y otros tantos puntos negros aún sin resolver pusieron al descubierto las carencias. Según cálculos oficiales, todavía hacen falta al menos 30,3 millones más en obra nueva para acabar con los rebosos del alcantarillado.

Hace algo más de dos años, el Ayuntamiento presentó un plan estratégico de inversiones necesarias en materia de aguas, un documento que pretendía ejercer de carta de presentación ante otras administraciones para compartir financiación, que incluía actuaciones en desalación, depuración y saneamiento. En este último apartado presupuestaba las necesidades en unos 75,8 millones de euros. Casi dos tercios de ese programa se ha podido poner en marcha en base a dinero de los planes Zapatero de 2009 y 2010, pero por lo que se ve no han sido suficientes para garantizar el buen comportamiento de la red en caso de lluvias copiosas.

Así, la tromba de agua que cayó sobre la capital grancanaria puso al descubierto puntos negros en los túneles de La Ballena y Julio Luengo, en la unión de la Variante de Tafira con la red arterial, cerca de Los Hoyos; y problemas en La Calzada, Zurbarán, el Barranquillo Don Zoilo y Reina Mercedes.

Necesidades

El Ayuntamiento considera que los del domingo pasado fueron problemas puntuales, al margen de la red de saneamiento. "En la mayoría de los casos fueron arrastres de barro y piedras desde los taludes, que es una de las asignaturas pendientes de esta ciudad", reconoció ayer el concejal del área de Urbanismo, Néstor Hernández.

Así, el Ayuntamiento cree que en ese paquete de inversiones estimadas de más de 30 millones de euros deben incluirse actuaciones para el mantenimiento de taludes e intervenciones en los cauces de los barrancos para evitar sus taponamientos, competencias ambas del Cabildo. Pero también son necesarias más obras en la red de saneamiento.

En concreto, la ciudad tiene cuatro barrios en el punto de mira del alcantarillado porque por el mismo cauce pasan aguas pluviales y residuales: Vegueta, San Antonio, la parte alta de La Isleta y Siete Palmas necesitan separar sus colectores precisamente para los casos de lluvias copiosas, cuando la red no da abasto con toda el agua.

Pero, además, se precisan actuaciones para aumentar los sistemas de drenaje en la parte baja de los Riscos de la ciudad -San Nicolás, San Juan, San José y San Francisco-, y otras obras que ya están en marcha o a punto de adjudicarse como la mejora de la estación de bombeo del entorno del teatro Pérez Galdós, otra estación de bombeo en Bravo Murillo, la conexión del colector interceptor, una mejora en el saneamiento del entorno de la presa de Tamaraceite, las infraestructuras hidráulicas de la red en Vegueta, el colector Barranco Seco-Emisario, y el pretratamiento en la calle Carvajal.

Entre otras necesidades, está pendiente de resolver la desembocadura del barranco de La Ballena en la Cícer, donde cada vez que llueve se daña a la playa, si bien en las precipitaciones de los últimos años se han evitado gracias a los bancales que se pusieron hace cuatro años para filtrar residuos grandes y a la limpieza regular del cauce.