El Puerto de la Luz se posiciona como el tercero más rentable entre los grandes complejos portuarios estatales. La Autoridad Portuaria de Las Palmas ingresó dos euros y medio por cada tonelada que movió durante el pasado año, sólo superada por Baleares y Barcelona. Las perspectivas auguran que la actividad entra de lleno en una etapa de expansión.

El Puerto facturó durante el último año un total de 58,3 millones de euros, una cantidad que lo posiciona como el quinto organismo público nacional, dentro de una lista encabezada por Barcelona, con 167,4 millones de euros; seguido de Valencia, con 109 millones; Algeciras, con 89,5 millones; y Baleares, con 61,7 millones. La mayor parte de estos ingresos provienen del cobro de tasas, que es la principal fuente de recursos, acaparando el 96 % del total.

Sin embargo, escala dos posiciones cuando se tiene en cuenta la relación entre la cifra de negocios y el tráfico global de mercancía. Si Las Palmas obtiene 2,58 euros por tonelada, Baleares llega a 5,27 euros, por los 3,83 euros de Barcelona.

Además, Las Palmas movió 22,61 millones de toneladas, que lo colocan como el séptimo organismo portuario nacional, en una clasificación liderada por Valencia con 64 millones de toneladas y Algeciras, con más de 70 millones. Esto se explica por la diversidad del negocio portuario de La Luz, y porque ambos puertos se han especializado como plataformas logísticas del tráfico internacional.

El Puerto cerró el pasado año con 10 millones de euros de beneficios, según comunicó el presidente, Javier Sánchez-Simón, esta semana a los miembros del consejo de administración. Por lo tanto, por casi seis euros que factura obtiene 10 de ganancias. Sin embargo, a pesar de que este año se prevé alcanzar registros históricos en movimiento de contenedores, mercancías y avituallamiento de combustible, entre otros servicios, La Luz prevé que las ganancias se verán recortadas en un 20 %. Sánchez-Simón justifica esta merma porque el organismo público hará un esfuerzo mediante bonificaciones en determinados servicios, que pueden llegar hasta el 70 %, para poder colocarse en primera línea de la rampa de salida de la recuperación internacional y atraer nuevo tráficos, compensando la caída de ingresos con un mayor actividad.

Además, las inversiones han sufrido un duro ajuste que, tras las obras de La Esfinge, se focalizarán en determinados proyectos en Lanzarote y Fuerteventura. El objetivo es rentabilizar las grandes actuaciones realizadas durante años, como exige la nueva Ley de Puertos.