La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Reportaje. Un repaso a la historia

Los históricos del astillero en el muelle

Julio González repasa en su libro 'Carpinteros de ribera' el devenir del sector en la Luz y en la Isla

Julio César González Padrón, con su libro.

El sector de las reparaciones navales es hoy uno de los más activos en el Puerto de Las Palmas. Los modernos astilleros se han destacado en la última década en la reparación de las plataformas petrolíferas que operan en África y su flota de asistencia. A su alrededor operan un buen número de talleres locales y contratas auxiliares, que han colocado a La Luz en el mapa del complejo mercado Offshore. Pero antes, mucho antes, los carpinteros de ribera protagonizaron el despegue de una actividad que atendió desde las lanchas carboneras que contribuyeron a la consolidación del muelle de la capital grancanaria hasta pesqueros de todas partes del mundo que faenaban en las costas africanas.

La historia la repasa Julio César González Padrón en su libro Carpinteros de ribera y astilleros en Gran Canaria, publicado por Mercurio Editorial. El marino mercante retirado y actual delegado provincial de la Real Liga Naval Española hace un extenso balance de la incidencia que han tenido los impulsores del sector naval en Gran Canaria, y pioneros de un negocio que siempre ha tenido un fuerte protagonismo en el Puerto de Las Palmas desde su puesta en servicio.

González parte en su relato de aquella escala que realizó Colón para reparar una de sus naves en Gran Canaria en su viaje del Descubrimiento. Los hermanos Pinzón conocían, cuenta el autor, cómo "en la bahía de Gando o Agando existían buenos y experimentados carpinteros de ribera procedentes de Palos y Moguer". Artesanos de la reparación naval que también atendieron las demandas del comerciante y terrateniente Cristóbal García del Castillo. Fueron los pioneros del sector naval en Gran Canaria los que pusieron a punto la nao de Colón.

El libro da cuenta, igualmente, que fue Cristóbal Martín el primer "maestro de hacer naves" en toda Canarias. A partir de ahí la actividad de mantuvo en unos niveles discretos pero constantes, hasta que en el Siglo XIX se reclama la construcción de los astilleros de San Telmo. Antes, entre 1751 y 1809 se habían construido en Gran Canaria cinco goletas y cinco bergantines.

González ahonda en su libro en el protagonismo de los antiguos astilleros de Santa Catalina, en la atención a la flota carbonera y en el despegue de las reparaciones luego de que se pusiera en marcha el Puerto de La Luz. Tampoco pasa por alto el trabajo de los carpinteros de ribera en la recreación de Moby Dick, la ballena blanca que se empleó en el rodaje de la película de John Huston y Gregory Peck en la Isla.

La historia del sector naval prosigue con su atención a distintas flotas internacionales y el impulso de nuevos botes de vela latina, hasta llegar a las primeras plataformas que reclaman asistencia técnica en La Luz. Un hito que ha colocado a astilleros y talleres en primera línea del mercado.

Compartir el artículo

stats