Los médicos forenses que realizaron la autopsia de Félix Baiaram afirman que este murió por la brutalidad de los golpes que recibió en la madrugada del 26 de julio de 2016. Este presentaba al menos dos impactos, uno en la cara y otro en la parte posterior de la cabeza, los cuales le causaron un traumatismo craneoencefálico de carácter severo. Estas declaraciones las realizaron los peritos ayer durante la segunda parte de la vista contra Gavrila Daniel Obedeanu, quien está acusado de homicidio como consecuencia de una pelea que transcurrió en la calle Simancas, en Guanarteme, en el verano de hace dos años.

La doctora que realizó un análisis forense a la víctima antes de fallecer, aseguró ayer que "la brutalidad del golpe correspondía a la de un boxeador", en referencia al único posible puñetazo que hizo a Baiaram caer contra la calzada. Hasta ahora, el acusado señala que solo le propinó uno. No obstante, los médicos forenses afirmaron que existen "más probabilidades" de ser varios los golpes que recibió la víctima.

Según la defensa, la verdadera causa de la muerte sería una negligencia médica, pues un coma vegetativo "puede ser compatible no con la calidad de vida, pero sí con la vida". Esta tesis se basa en la infección respiratoria que la víctima contrajo durante su estancia en el hospital. A dichas reiteraciones, los médicos contestaron que el paciente entró en el Doctor Negrín "practicamente muerto". "Presentaba una deformidad matriz facial, y diversas fracturas en la cabeza", atestiguó uno de los forenses. Incluso, el golpe logró romperle huesos internos craneales, "difíciles de fracturar con un solo puñetazo, y en tal caso, este tendría que haber sido de una energía brutal".

"El traumatismo es la causa primaria y principal de la muerte", reconoció una de las forenses. Por tanto, la posterior infección fue resultado del cuadro clínico en el que se encontraba la víctima, tal y como aseguraron. Baiaram fue intervenido a las pocas horas de entrar en el hospital. Se le practicó una craneotomía para aliviar la presión intracraneal y drenar los "grandes" hematomas que dañaban las células cerebrales.

Durante la intervención de los peritos, el abogado de la defensa les interrogó por las posibles consecuencias derivadas del traslado del cuerpo de Baiaram desde la calzada hasta una zona segura por parte de varios testigos del suceso. Estos le respondieron que tal acto "no agrava la situación del paciente". Según ellos, al no afectar los impactos al eje vertebral, moverlo de sitio "no trae mayor complicación a la situación clínica".

Testigos presenciales

Durante la primera parte de la vista testificaron distintos vecinos del barrio de Guanarteme y la familia del fallecido. Andrés P. afirmó que vio nítidamente desde la ventana de su balcón como el acusado pegaba a la víctima "a piña limpia, entiendo de peleas y eso lo era". Según él, tras este golpe, Baiaram salió "medio despedido" hasta la calzada, cuyo impacto de la cabeza contra el asfalto escuchó con nitidez desde su casa.

Este vecino de Guanarteme bajó a la calle, donde se encontraba otra persona junto a las puertas de La Garriga. Este otro testigo resaltó ayer en los juzgados un relato similar. Por otro lado, aparecieron en la sala las otras dos personas que trasladaron el cuerpo de Baiaram hasta la calzada, quienes vieron el suceso al pasar por allí en taxi.

Los hermanos de la víctima señalaron que solo conocían al acusado "de vista por el barrio". Además, Nicolae Catalin rechazó una posible indemnización monetaria en caso de ganar el juicio. Los dos parientes de Baiaram apuntaron que no fueron invitados a ese supuesto asadero donde comenzaron los hechos, tal y como relató Obedeanu. Y, además, desconocían la relación entre su familiar y María Raducan.

Hoy continúa la vista en la Ciudad de la Justicia. La fiscalía, por su parte, ha retirado las acusaciones por quebrantamiento de la orden de alejamiento de María Raduca.