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Entrevista | Nicolás Vega

"El faro de La Isleta tiene una fisonomía muy particular"

"Viví en el faro de Maspalomas cinco o seis años. Fue fantástico, recuerdo el rumor de las olas por las noches", señala este técnico de la Autoridad Portuaria

Nicolás Vega, la pasada semana en el Puerto de La Luz. quique curbelo

Hoy tiene lugar el día mundial de las ayudas a la navegación. ¿Qué supone la celebración de esta jornada?

En 2018 se celebró la conferencia de la Asociación Internacional de Señales Marítimas en Corea y se estableció el 1 de julio como Día mundial de las ayudas a la navegación. Con esta fecha se persigue concienciar al mundo en general de la importancia que tienen estas ayudas tanto en cuestión de seguridad naval como en conservación del medio ambiente. La asociación se fundó en 1957 y España es miembro fundador, aunque sus normas no se establecieron aquí hasta 1985, cuando por fin se promulgó una ley que establece que sus recomendaciones se asumen en España también. En 2022 tiene previsto convertirse en una organización como la Organización Marítima Internacional, dependiente de Naciones Unidas, para que sus recomendaciones se conviertan en definitivas y tengan más rango.

¿Va a haber alguna actividad particular para celebrar esta jornada en las Islas?

Es la primera vez que que se hace a nivel mundial y España es la sede de todas las conferencias de la organización internacional, en concreto en el faro de Porto Pi, en Mallorca. En apoyo a esta iniciativa de Puertos del Estado, en la Autoridad Portuaria encenderemos los faros de día durante una hora. Entre las doce y la una los mantendremos encendidos. El de La Isleta se verá; otros a lo mejor se verán menos. Por ejemplo: el de Maspalomas solo ilumina la zona de mar.

Hablemos de los faros de Gran Canaria. ¿Cuál es la importancia del de La Isleta?

Es obra de Juan León y Castillo, como casi todos los faros que hay en la provincia de Las Palmas. Sufrió importantes remodelaciones: era de una planta, pero se terminó construyendo una segunda planta. Se eliminó el torreón, se puso una linterna nueva en bronce. La linterna, precisamente, es muy peculiar, porque es de las pocas que es una jaula de Faraday más que tener pararrayos. Su fisonomía es muy particular, la forma como está construido, es muy diferente a los demás. La fábrica que lo hizo desapareció y nos toca conservar lo bueno que tenemos. Se construyó en Suecia y el equipo óptico es francés. Está bastante bien cuidado, a mi juicio. Es una óptica giratoria de un metro de diámetro. En otras ciudades hay faros, como la torre de Hércules en A Coruña o la farola de Málaga, pero en esos puedes circular alrededor y acceder. Este, como está en una zona militar, está ahí y lo vemos, pero no lo conocemos.

¿El faro de Maspalomas es nuestra 'torre de Hércules' en cuanto a interés popular?

Sí, aunque tiene sus peculiaridades. Lo malo es que no tiene una cámara de servicios separada de la de iluminación. Al estar todo junto, no podemos organizar accesos con personas. Sería bastante peligroso, habría que hacer muchas modificaciones. Tiene muchos peros. Desde luego, es la joya de la corona en la provincia, igual que el de La Entallada en Fuerteventura, que es precioso. Son muy peculiares, muy bonitos, y merecen la pena conservarlos.

¿Los faros también tienen admiradores?

Sí, viene mucha gente a hacer turismo de faros, más de los que creemos. Antiguos torreros, por ejemplo, que se han jubilado, pero también gente que no tiene nada que ver con los faros pero le gustan.

¿Cuál es nuestro faro estrella en ese sentido, el que la gente quiere conocer más?

Con La Isleta, como está en una zona militar, mucha gente viene a pedirnos autorización para ver si pueden llegar hasta él.

¿Cuántos faros gestiona la Autoridad Portuaria de Las Palmas?

En Lanzarote están el de Alegranza y Pechiguera. Hay seis más en Fuerteventura, uno de ellos en Isla de Lobos, y otros seis en Gran Canaria. Hubo un plan de faros en el año 1985, pero al final no se construyeron.

¿Necesitan mucho mantenimiento?

Todos los faros están ya electrificados, bien sea de red, o con baterías, o con paneles fotovoltaicos. Cuando yo empecé todavía había muchos con acetileno, pero poco a poco lo fuimos eliminando enganchándolos a la red eléctrica. Con el auge de las lámparas led es incluso menor el mantenimiento que tenemos que hacer, aunque no está del todo desarrollada la tecnología. Las lámparas siguen siendo muy caras y el rendimiento no es el que todos queríamos. No se puede comparar el rendimiento de un led a una lámpara.

Usted fue el último farero que residió en la torre de Maspalomas. ¿Cuánto tiempo duró aquello?

Estuve viviendo cinco o seis años. Fue fantástico, recuerdo el rumor de las olas por las noches. Mi trabajo siempre ha estado en las oficinas de la Autoridad Portuaria aunque estuviese viviendo abajo. En la época que yo estuve vi construir todos los hoteles que hay por allí. Lo recuerdo con mucho cariño, a pesar de la distancia.

¿La vivienda que hay en el faro de Maspalomas es cómoda como hogar?

Donde yo viví no era pequeño ni incómodo. Lo que ocurre es que te sientes responsable de todo aquello, sabes que estás en un bien de interés cultural. Aunque haya algunas incomodidades, se llevan muy bien.

¿Lo que se ha perdido de romántico en los faros se ha ganado en seguridad?

Sí, sin duda. No solo hemos ganado en la disponibilidad de las señales, sino además en temas de mantenimiento, que cada vez son más sencillos. Ya no es como antes, que apuntabas en el libro de órdenes todo lo que ibas haciendo para que el siguiente tuviese constancia de lo que se hizo en la visita anterior. Ahora todo está informatizado, vas con la PDA y cuando vuelcas los datos en el ordenador te salen directamente los informes.

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