Los niveles de contaminación por micropartículas en suspensión disminuyeron en la capital grancanaria en 2018 con respecto al año anterior, un periodo que coincide con el aumento del número de viajeros del transporte público y la peatonalización de calles como Galicia, Mesa y López y Luis Morote. La del Mercado Central ha sido una de las estaciones de medición con un mayor descenso de la contaminación en 2018, según los indicadores ambientales que maneja el Observatorio de Movilidad de Las Palmas de Gran Canaria, que cifra en un 5,8% anual la reducción de micropartículas PM10 entre 2015 y 2018. Según Zenaida Morales, especialista en Movilidad y Transporte del Observatorio de Movilidad, en ese mismo período la reducción de micropartículas PM 2,5 bajó un 23,7% anual. Durante el primer semestre de 2018 se registró una concentración media de 25,9 microgramos por metro cúbico y hora, frente a los 35 de 2017. En cuanto a las partículas MP 2,5, se midieron 12 microgramos frente a los 14,2 de 2017.

También fue menor, según el Informe de Calidad del Aire de Ecologistas en Acción, el número de días en que se superaron los valores permitidos (50 microgramos/m3). Fueron 10 los días que se excedieron los niveles en partículas MP10 (frente a los 31 de 2017) y cinco, en el caso de MP 2,5, frente a los 9 del año anterior. El informe detecta una disminución de la contaminación en todo el municipio, incluidas las dos estaciones de Jinámar que registran peores resultados por la cercanía de la central térmica de Endesa y el tráfico de la autovía. Hay que aclarar que la estación del colegio Néstor Álamo no aporta desde hace varios años los datos de concentración de las partículas MP 2,5, las más peligrosas, aunque todas ellas provocan enfermedades respiratorias y cáncer de pulmón.

Los datos de la evolución de la contaminación forman parte de los 91 indicadores relacionados con la movilidad y el medio ambiente, que se están recolectando para elaborar el próximo Plan de Movilidad Urbana Sostenible de la ciudad (PMUS), que sustituirá al actual, que fue aprobado en 2014 y que según el concejal de Movilidad, José Eduardo Ramírez, se ha ido cumpliendo en su práctica totalidad.

Entre lo que se ha cumplido, Ramírez recordó que está en marcha la implantación del "más ambicioso" sistema de transporte de alta capacidad, la MetroGuagua; se ha avanzado en la peatonalización y ensanche de aceras; el transporte público ha mejorado con más paradas, la velocidad media y la frecuencia de paso y se está aumentado la red de carriles de bicicleta, cuya longitud ha pasado de 16 a 25 kilómetros, lo que supone un aumento de un 56,9%.

"También hemos actuado en las tarifas del taxi, que se han unificado en todo el municipio", añadió Ramírez, quien anunció que el próximo año se hará una macroencuesta a la ciudadanía para "saber cómo se mueve, por qué y qué capacidad tiene para cambiar su manera de moverse. Los datos de esa encuesta nos permitirá saber en qué estamos fallando", unos datos que serán fundamentales para elaborar el nuevo plan de movilidad urbana que mejore lo que hay. De momento, el Ayuntamiento cuenta con muchísimos datos procedentes del estudio de indicadores de movilidad, que será presentado en breve y del que ayer se ofreció un avance.

Uno de esos datos revela que el 92,4% de la población de la capital dispone de una parada de Guaguas Municipales o de Global a menos de 300 metros de su casa, una distancia que se puede recorrer en cinco minutos. El 38,4% de los ciudadanos dispone de un itinerario ciclista a menos de 300 metros de su casa.

Otro dato relevante es el continuo aumento (un 3,6% anual) de viajeros de Guaguas Municipales, que ha pasado de 29,7 millones de pasajeros en 2013 a 35,4 millones en 2018. En el primer semestre de este año se ha registrado un aumento de 1,4 millones de viajeros (un 8%) con respecto al mismo periodo del año pasado, un aumento que se atribuye, sobre todo, al bono residente.