El Paseo de Las Canteras siempre ha sido un punto de encuentro para los runners, es por ello que muchos han aceptado con amargura la nueva restricción horaria impuesta por el Ayuntamiento capitalino por la Covid-19, ya que, para algunos, no tiene "lógica" esta limitación, mientras en la ciudad se permita que varias personas se sienten en una misma mesa dentro o fuera de un bar.

Desde el comienzo de la crisis sanitaria, las normas han ido cambiando, primero fue el confinamiento, luego la desescalada en cuatro fases para alcanzar finalmente lo que se ha denominado como "nueva normalidad". Las Canteras no se ha quedado atrás en lo que a esto respecta por la gran concentración de personas que recibe a diario. Ahora, con el aumento en los casos de coronavirus en la ciudad, el Consistorio capitalino ha decidido implementar otras restricciones entre las que destaca la limitación de hacer deporte en el paseo desde las 8.00 hasta las 22.00 horas, la prohibición de permanecer en la arena desde la calle Pizarro hasta el Auditorio Alfredo Kraus dos horas antes y dos después de la pleamar; y el cierre del acceso a La Cícer bajo la pasarela que está frente al gimnasio Go Fit.

Algo que muchos residentes de la zona celebran, ya que apuntan que varios jóvenes se reunían en ese lugar para hacer botellones. "Me parece genial, porque eso era espantoso, desde hace unos dos meses se concentran ahí pandillas de entre 25 a 30 personas", narra el vecino Alfredo Quevedo.

Una opinión que también comparte la transeúnte Carmen Calero, a quien no le parece justo que las personas que se concentran bajo la pasarela se estén saltando las normas, y acota que "hoy -ayer para el lector- es el único día en el que he visto a toda la gente con la mascarilla puesta, hay gente que pasa de todo", lamenta. "La Policía Local hace su trabajo, que es asegurarse de que los ciudadanos cumplamos con nuestro deber, y he visto como llaman la atención a otras personas por la mascarilla, especialmente en la arena, los infractores se la colocan, pero desde que los funcionarios se dan la espalda, se la vuelven a quitar, es decir, se ríen de ellos", asevera la mujer de 80 años, a la vez que resalta que "la culpa de lo que estamos pasando es nuestra".

"Ahí -bajo la pasarela de La Cícer- se juntan muchos jóvenes, con el cierre evitamos la aglomeración y propagación del virus", sostiene Pilar González. La auxiliar sanitaria es una asidua corredora en el Paseo de Las Canteras, por lo que las nuevas medidas le han afectado directamente, sin embargo, reseña que, si esto evita la propagación del virus, "no queda otra que adaptarse". "Con el nuevo horario tendría que levantarme a las seis de la mañana para venir a hacer deporte, la franja horaria establecida me viene muy mal a mí, pero si con eso evitamos la aglomeración de gente, lo veo bien", insiste González.

Otra runner a la que no le convence la franja horaria es Saida Sarmiento, pues asegura que esto evita que algunas personas cuyo horario laboral no les permita salir a correr desde las 22.00 hasta las 8.00 horas tengan que dejar de efectuar dicha actividad física o trasladarse a otro lugar. "No me parece justo que nos limiten a nosotros pero sí se permitan reuniones en cafeterías. Si van a hacerlo, que sea con horarios más flexibles para quienes podamos correr solo por las tardes, porque de nada sirve que me quiten mi caminata de 30 minutos que voy con mascarilla, pero luego se permitan aglomeraciones en otros lados", apunta la joven.

Su compañera de running, Carolina Lodeiro, se une a la queja de las limitaciones para hacer deporte. "Entiendo que se tengan que tomar medidas por la cantidad de casos que se están dando, pero luego puede haber mucha gente en un bar". Respecto a La Cícer, ambas consideran que ya era hora de que se prohibiera, "porque hasta hace poco estábamos todos pegados en la playa".

Algunas personas miraban asombradas una valla colocada por el Ayuntamiento que indica la prohibición de permanecer en la arena dos horas antes y después de la pleamar. El Paseo de Las Canteras amaneció también custodiado por la Policía Local, que vela por que se cumpla la normativa.

Las Alcaravaneras

En las Alcaravaneras la situación es diferente, pues sólo se ha prohibido el acceso al solarium, un lugar que es frecuentado por menores de edad, desde donde suelen echarse al agua. Aquí, sobre las 14.00 horas, un grupo de ellos se encontraba en la zona vetada por el Consistorio y, además, lo hacían sin la mascarilla, saltándose así dos normativas de seguridad.

"Esto no pasaría si no existiera este muelle, a la juventud no le importa nada y si les dices algo te insultan", revela Soledad Díaz. "Aquí no viene nunca la policía y los jóvenes se aprovechan de eso para hacer lo que quieren, muchos no utilizan las mascarillas mientras están reunidos aquí. No se puede permitir esto, que por cuatro niñatos nos vayan a cerrar la playa", enfatiza la vecina con preocupación.

Por su parte el concejal de Seguridad y Emergencias, Josué Íñiguez, comentó a La PROVINCIA / DLP que le número de contagios entre jóvenes ha aumentado y es por ello que han decidido tomar estas medidas al detectar mediante la experiencia en calle y el dron que hay puntos de reuniones de gente joven, como lo es el acceso a La Cícer por debajo de la pasarela. "Tomamos la decisión de volver a cerrarla porque la situación epidemiológica así lo demanda", resaltó. El edil pide a la población que respete las medidas sanitarias y destaca que "es súper barato salvar una vida hoy".