La empresa Guaguas Municipales, que dirige Miguel Ángel Rodríguez, acusó ayer al Sindicato Unificado de Guaguas (SUG) de «dar consignas a un grupo de empleados para que ralenticen y bloqueen el normal desempeño de los servicios de transporte urbano». Las medidas de presión iniciadas por los trabajadores, tras la ruptura de las negociaciones con la empresa, han provocado retrasos en los servicios y, en algunos casos cancelaciones, al negarse los empleados a hacer horas extras y a renunciar a sus jornadas de descanso para expresar su protesta.

 Los trabajadores de Guaguas decidieron en asamblea el pasado 15 de octubre dar por rotas las negociaciones que mantenía el comité de empresa con los representantes empresariales, a los que acusan de querer aumentar su horario de trabajo de 35 a 37,5 horas semanales con el objetivo de que «sean los empleados los que paguen el déficit de 800.000 euros» de la compañía. Los trabajadores no descartan ir a la huelga, si la empresa sigue «empecinada» en hacerles trabajar dos horas y media más a la semana, y por el momento han iniciado las primeras medidas, consistentes en dejar de hacer prolongaciones de jornada y no renunciar a algunos de los días de descansos.

Así lo explicó Wolfang Alcántara, secretario del comité de empresa, quien justificó la ruptura por «las actitudes agresivas» de la dirección «destinadas a doblegar la voluntad de los trabajadores y nosotros no estamos dispuestos a renunciar» a un derecho adquirido. «Les hemos ofrecido trabajar quince minutos más, pero están empecinados en las 37,5 horas».

Alcántara indicó que la decisión de los trabajadores de no hacer prolongaciones de jornada se está notando en el servicio, porque la «actual plantilla de 500 conductores es insuficiente. Faltan 100 trabajadores». También ha incumplido la empresa, añadíó, la aplicación de los incrementos salariales de 2020 y 2021. Criticó la decisión de la compañía de llevar a los trabajadores a los tribunales para descontarles las horas no trabajadas durante el confinamiento. «Estamos dispuestos a darle un porcentaje, pero la empresa quiere la totalidad», afirmó.

"La gente está envenenada"

En cuanto a las acusaciones de la empresa, quiso aclarar que las medidas adoptadas se decidieron en asamblea. «No es la decisión de un grupo de empleados. La mayoría de la plantilla está dispuesta a combatir, entre otras cosas, porque tienen a la gente muy envenenada, después de haber realizado un importante esfuerzo durante la pandemia. No creemos que merezcamos ser tratados de esta manera. Hemos roto las negociaciones, siguiendo el mandato de la asamblea, debido al inmovilismo de la empresa y la arrogancia de la dirección».

Por su parte, Guaguas contraataca, a través de un comunicado, denunciando que como consecuencia de las medidas de presión se han «multiplicado de manera injustificada el número habitual de partes de averías y han evitado hacer horas extras que normalmente son necesarias para completar el servicio en horas punta. Guaguas no ha podido cubrir la totalidad de los horarios que estaban comprometidos, lo que ha provocado retrasos, cambios y cancelaciones de salida que han afectado gravemente la calidad del servicio».

Según la compañía, los empleados trabajan 35 horas porque el comité se comprometió en 2019 a «proponer medidas de mejora de la productividad», que «nunca llegaron porque los representantes de los trabajadores rechazaron todas las iniciativas de la empresa». La dirección de Guaguas, añade, «sigue mostrando su disposición al diálogo para alcanzar acuerdos» y niega que se haya «incumplido el actual convenio, puestos que los trabajadores, a pesar de la época de incertidumbre socioeconómica, no han sufrido ERTE y continúan recibiendo puntualmente sus salarios». Finalmente, «lamenta la postura del SUG, ejerciendo medidas de presión en medio del proceso de negociación, porque los perjudicados son los viajeros, a los que pedimos disculpas».