«El barrio es mi origen, mi camino y mi destino». Con estas palabras José Brito, director de Barrios Orquestados, dio comienzo este viernes la celebración del 544 aniversario de Las Palmas de Gran Canaria desde la plaza de Santa Ana. La capital inicia así sus fiestas fundacionales con un mensaje centrado en la vida corriente de sus vecinos y vecinas. Un discurso sobre «una ciudad multicultural, tolerante y de expresión libre», que además contó con la participación, instrumentos en mano, de algunos de los chicos que forman parte del proyecto musical que lidera desde hace una década.
La capital grancanaria arranca así un programa de fiestas con una veintena de actos que tendrá como colofón la vuelta de la rumba y el jolgorio a Las Canteras en la víspera del 23 de junio. Noche esta última en la que el Ayuntamiento entregará sus honores y distinciones a 23 personalidades y entidades, mientras el gran público disfrutará de conciertos en La Puntilla y La Cícer y los fuegos artificales romperán a medianoche la racha de tres años sin grandes celebraciones en la playa -también, como novedad, desde dos puntos diferentes del litoral-.
«Nuestra ciudad es la viva imagen de una orquesta», pronunció Brito ante el público que abarrotaba Santa Ana, ya sin restricciones ni aforos. El músico hizo un repaso a su niñez en un barrio de la periferia donde más allá de «nuestra fortaleza rojiblanca, solo existían plantaciones de papas, tomates y plátanos», unas palabras que por momentos formaron una sonrisa entre el público. Natural de Las Torres, creció en un lugar donde había «mucha, mucha tierra» y que con el paso de las décadas se ha transformado por completo.
Aún así, al músico no les costó recordar las tardes «en el parque grande» o la presencia de «una prensa local reconocida», donde destacaba Noticias Carmita, que regentaba su abuela, quien «cada día realizaba una vigilancia lenta y prolija para poder recibir cuantos sucesos acontacían». En esa alma de barrio, Brito señaló que «cuánto más lo conozco, más quiero parecerme a él». Resaltó las cualidades de una ciudad protegida por «los titanes montañosos de La Isleta»; «quiero parecerme a mi gente porque son el espejo de una ciudad que amo», subrayó.
Viaje de ida y vuelta entre Canarias y América
Así hasta llegar al momento en el que él y su hermana se sumergieron en la música. «Mi casa, en Las Torres, era la casa de la música en el barrio», precisó, en referencia a los coros que organizaba su padre por los barrios. Un arte que les llevó a conocer a dos retornados de Cuba. Y es que, como apuntó el pregonero, los vecinos de esta ciudad llevan en su ADN «el viaje de ida y vuelta» entre Canarias y América Latina.
De hecho, el carácter multicultural de la ciudad fue uno de los puntos fuertes del discurso de Brito. El músico relató la historia de Mamadou, un chico maliense que llegó de polizón en un barco con destino Reino Unido y que quedó «hipnotizado desde escondrijo al llegar a la escala del Puerto de La Luz». La ciudad estaba en plenos carnavales y claro, eso atrae, y eso le terminó llevando a Barrios Orquestados, recordó. «En su país de origen estaba condenado a un futuro esclavizado».
Tras este testimonio, los chicos se encargaron de interpretar el tema Malí, compuesto por el propio Brito y con el acompañamiento de Malle Sarr con las malos al yembé, un instrumento de percusión propio de África Occidental. Y es que el director musical definió a Las Palmas de Gran Canaria como «una ventana abierta al mundo». Un hueco a través del cual divisa «las más bellas escenas cotidianas» de sus barrios y, así, hasta descubrir un buen día, «en otro barrio periférico», el punto capitalino que vio nacer a Barrios Orquestados: Tamaraceite.
Desde aquel lugar del extrarradio, la iniciativa se expandió a lugares como Jinámar, San José, El Batán, Schamann o El Lasso. «En todos ellos he respirado un espíritu resiliente, propio de las sociedades con arrojo». Todo en mitad de una ciudad «que mira siempre al mar». Una urbe que cumple en esta ocasión 544 desde aquel 24 de junio de 1478, cuando las tropas castellanas plantaron su base a la orilla del Guiniguada.
Un cumpleaños, este, en el que la ciudadanía «vuelve a encontrarse y verse las caras», tal y como resaltó el alcalde, Augusto Hidalgo, en su discurso inaugural. «Las Palmas de Gran Canaria respira música», pronunció, antes de dar paso a la intervención de Brito. De hecho, los chicos y las chicas de Barrios Orquestados acompañaron al pregonero en cuatro ocasiones.
Al término del discurso, la zarzuela invadió la plaza de Santa Ana con Sofía Esparza, Nancy Fabiola Herrera y Celso Albelo como solistas. La apuesta musical continuará este sábado con ‘Música en el corazón de Vegueta’; hasta 12 espacios del casco histórico acogerán diferentes conciertos.
