El Padre Pedro Fuertes Combarros, misionero claretiano, falleció hoy en Las Palmas de Gran Canaria a los 90 años de edad. El sacerdote había nacido en Barrientos de la Vega (Astorga, León) el 3 de febrero de 1932. Estudió el bachillerato de humanidades en los colegios claretianos de Sigüenza (Guadalajara) y Jerez de los Caballeros (Badajoz) y Filosofía y Teología en Zafra (Badajoz) y en Roma. Se había licenciado en Teología en Roma y en Periodismo en Madrid. También, realizó un máster en Ciencias de la Información en Madrid.

En el cuarto curso de Periodismo ejerció de cronista de Deportes y Cultura. Era muy aficionado a los deportes, sobre todo al fútbol. Al escribir sobre temas culturales conoció a importantes personas que desarrollaban su actividad en este ámbito: Zubiri, Laín Entralgo, Aranguren, D’Ors, Gerardo Diego, Julián Marías, Ridruejo, Vivanco, Leopoldo Panero, Luis Rosales, José María Valverde, el cardenal Tarancón, Antonio Tovar, Cela, Carmen Laforet.

Fue profesor durante más de cincuenta años en la asignatura de Lengua y Literatura de los colegios claretianos de la provincia bética: Don Benito (Badajoz), Sevilla y Las Palmas de Gran Canaria. A la ciudad llegó el 4 de octubre de 1966, a las ocho de la mañana en el barco ‘Plus Ultra’. Ese mismo día, a la diez de la mañana, impartió su primera clase en el Colegio Corazón de María sobre ‘Canto a la Criatura’ de San Francisco de Asís, como recuerda la biografía que abre su libro de poemas ‘Casi canto’, editado en 2019 por Beginbook Ediciones.

Generaciones y generaciones han sido alumnos de Pedro Fuertes. Él calculaba que más de 10.000 escolares habían pasado por sus clases. Se le recuerda como un profesor enamorado de la asignatura de Literatura, que sabía transmitir el amor a la poesía, a la vez que la consideración y el respeto a todas las personas.

Es Hijo Adoptivo de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Ha escrito numerosos artículos de cultura y religión en prensa y revistas nacionales, además de televisión. Sus homilías y sus palabras estaban cargadas de poesía, respiraban poesía. Una poesía humanista, no necesariamente en verso, que transmite calma, comprensión, esperanza y tolerancia.

A partir de medio día se podrá rezar ante sus restos mortales en la Parroquia Corazón de María, calle Obispo Rabadán.

La misa será el domingo a las 11.00 horas en la Catedral de Canarias.

10.000 alumnos y alumnas

Transmitió su amor por las letras a más de 10.000 alumnos y alumnas, entre ellos los ministros Juan Fernando López Aguilar y Javier Arenas, a quien le dio clases en su etapa de profesor en Sevilla. Políticos, científicos, deportistas, abogados, médicos, periodistas y muchísimos otros profesionales asistieron a sus clases.

Fue en Astorga, cursando el segundo curso de bachillerato, cuando nació su vocación por el sacerdocio y la enseñanza. «Tenía trece años y yo iba para maestro. Se presentó un cura claretiano en la clase de religión y nos habló de un misionero claretiano que evangelizaba y educaba. Eso me impresionó y me dije: yo quiero ser uno de esos, y así comencé. Yo quería educar y evangelizar». Pero, sobre todas las cosas, quería ser maestro.

Y así fue como Fuertes abandonó a su familia para ingresar en el seminario. En Sigüenza (Guadalajara) estudió cuatro años de bachillerato y después cursó filosofía y teología en Zafra (Badajoz). Fue en Badajoz donde arrancó su pasión por la poesía, también en una clase, pero esta vez de lengua y literatura. «El profesor nos pidió que pusiéramos un epíteto a diez nombres, entre los que estaba la palabra rosa y yo escribí la frase ‘las inocentes rosas iluminan la vida de los hombres’. El profesor dijo: aquí está la semilla de un poeta. Y ahí comenzó todo y sigo escribiendo poesía hasta ahora».

La alabanza del maestro constituyó el empujón que necesitaba un joven de 18 años lleno de timidez como era él. Recuerda sus primeros tiempos de «maestrillo» en Sevilla, unos años tremendamente difíciles para una persona tremendamente tímida como él. «Era muy, muy, muy tímido. Me pusieron de profesor de cuarto y quinto de bachillerato. Entre mis alumnos de esa etapa estaba Javier Arenas, que fue ministro después». También conoció a Felipe González, pero no le dio clases.

De aquella época de los primeros años sesenta recuerda un viaje que hizo con sus alumnos del Claret sevillano a Santiago de Compostela. «Allí me entero de que Camilo José Cela y Carmen Laforet daban una conferencia y me fui a escucharla. Y Cela me dice, cuando termina la conferencia, que «los curas inventan a Dios». Carmen Laforet le respondió: ‘No Camilo, los curas viven a Dios». Y le di las gracias a doña Carmen y añadí que los curas intentamos vivir lo que predicamos».

Fue el libro La mujer nueva de Carmen Laforet, el que le inspiró su obra Etapas Interiores del hombre, formado por quince poemas desoladores, quince de amor y quince de ámbito religioso. Es una de las decenas de obras que ha escrito Fuertes, en su inmensa mayoría inéditas. Tiene publicados dos libros de poemas Casi Canto uno y Casi Canto dos.

Licenciado en Teología Pastoral en Roma, también estudió Periodismo en Madrid y todos los veranos que podía acudía a cursos y encuentros de Literatura. Conoció a Pedro Laín Entralgo, Antonio Tovar, Miguel Fisac, Gerardo Diego, Luis Rosales, Chueca y también a Panero padre y a sus hijos.

Arribó a Gran Canaria el 4 de octubre de 1966, a las ocho de la mañana, en el barco Plus Ultra. «Yo venía de Sevilla casi obligado. Me costó mucho salir de Sevilla y Las Palmas me pareció una ciudad muy deficiente y muy abandonada. Vine a esta tierra con miedo y fue un verdadero hallazgo humano y espiritual. Me alucinó el paisaje, la gente, el espíritu abierto y cariñoso de la gente». Desde entonces han pasado más de 55 años; más de la mitad de su vida la ha vivido en su tierra de adopción. «Canarias me ha cautivado. Soy grancanario de León».