PATRIMONIO RELIGIOSO

El Obispado de Canarias iniciará antes de fin de año la rehabilitación de la torre de la iglesia de Los Dolores de Schamann

La Iglesia continúa buscando financiación para su reforma, que cuesta alrededor de 300.000 euros

Iglesia de Los Dolores, en el barrio de Schamann de Las Palmas de Gran Canaria.

Iglesia de Los Dolores, en el barrio de Schamann de Las Palmas de Gran Canaria. / JUAN CASTRO

La rehabilitación de la torre de la iglesia de Los Dolores de Schmann se iniciará antes de final de año. Así lo han indicado desde el Obispado de Canarias, que continúa buscando financiación entre las administraciones públicas para su reforma después de que el Ayuntamiento de la capital les amonestara por el peligro que suponía su deterioro para los viandantes. La reforma cuesta alrededor de 300.000 euros.

El Obispado cuenta ya con la licencia de obra y ha encargado el proyecto a la empresa Preconte por lo que la rehabilitación podría comenzar en unas semanas. La torre, de 30 metros de altura, se encuentra inutilizada desde hace tiempo y presenta un importante deterioro en su estructura como consecuencia del paso del tiempo, el tipo de materiales usados durante su construcción, el desuso y el anidamiento de palomas dada su peculiar estructura.  

En 2017, tras una inspección municipal, Urbanismo solicitó al Obispado de Canarias su rehabilitación por el peligro de caída de cascotes. La Iglesia optó entonces por cubrir el campanario con una malla a la espera de solventar el problema, que finalmente se ha demorado en el tiempo por tener que atender otras prioridades.

En la actualidad, la base del campanario, que se encuentra separado del templo, aunque unido a través de un arco, ha tenido que ser acordonada con un muro perimetral para evitar males mayores entre los feligreses y viandantes.

La demora en el arreglo de la torre obligó a Urbanismo a abrir un expediente en diciembre de 2021 contra el Obispado de Canarias, lo que ha supuesto una multa por valor de 12.280,2 euros pese a que las sanciones han estado suspendidas unos meses tras la petición de licencia. 

El Obispado deberá arreglar los desperfectos del campanario, donde al inicio de la parroquia se oficiaban los bautismos, para no incurrir en una multa mayor, aunque en mayo el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria se comprometió a financiar la rehabilitación tras la presentación por parte del Partido Popular de una moción en la comisión de pleno de Desarrollo Sostenible, en la que solicitaba retirar la deuda y que el Consistorio se comprometiese a contribuir a su reforma. 

El propio concejal de Urbanismo Javier Doreste se ha comprometido a colaborar en la rehabilitación pero, de momento, no hay ningún acuerdo suscrito con el Obispado de Canarias. Desde dicha institución se subraya que «están pendientes» de que la colaboración que han manifestado algunas administraciones públicas se haga efectiva pero que, si no es así, ellos llevarán a cabo la rehabilitación aunque tengan que «recurrir a donativos» de los feligreses dado que los fondos propios destinados a estos menesteres están siendo utilizados también para la rehabilitación urgente de otras parroquias históricas no solo en Gran Canaria, sino en Lanzarote y Fuerteventura, donde el Obispado también tiene competencia. 

Referente de una época

El conjunto arquitectónico de la parroquia de Los Dolores fue diseñado por el catalán Joan Margarit Serradell en 1959, entonces arquitecto municipal de Las Palmas de Gran Canaria, en el barrio de Schamann, cuando este experimentaba un importante crecimiento de población en los años 50 del siglo pasado. 

El templo, fundado el 1 de enero de 1961, se convirtió pronto en todo un icono de la barriada conjuntamente con la plaza de Don Benito y el Edificio España, más conocido como ‘muro de la vergüenza’ al dejar sin vistas al mar a los vecinos del grupo de viviendas Martín Freire. Pero también en un referente de la ciudad por representar a la España de mediados de los sesenta.

La iglesia no cuenta por el momento con ningún tipo de protección oficial pese a su valor patrimonial y cultural, y símbolo para los vecinos del barrio, por lo que no puede acogerse a las ayudas de conservación y rehabilitación que tienen otros templos catalogados como históricos en la Isla. 

Sin embargo, tiene algunos elementos que sí la hacen digna de adquirir algún tipo de amparo del que poder beneficiarse. Entre ellos, el mural que preside el altar, obra del muralista teldense Jesús Arencibia; las esculturas que hay en el interior del templo, obra del canario Juan Márquez; y el pantocrator que preside la entrada, del tejedense Abraham Cárdenes, así como las vidrieras.  

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