La reposición de Las Rehoyas sale del atolladero con mayor respaldo vecinal

El Ayuntamiento aprueba mañana el plan que permite iniciar la rehabilitación integral del barrio y solicitar financiación para su ejecución en ocho fases

Vista general de Las Rehoyas.

Vista general de Las Rehoyas. / José Carlos Guerra

El plan de rehabilitación de Las Rehoyas sale del atolladero con mayor respaldo vecinal. La próxima comisión de pleno de Desarrollo Sostenible, que se celebrará este martes, dará el visto bueno definitivo al planeamiento que permitirá al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria iniciar la reposición del barrio. Hasta ahora, la concejalía de Urbanismo tan solo ha comenzado la construcción de dos edificios que servirán para realojar a 300 familias, uno en el parque de Las Rehoyas y el otro en la calle Doctor Chiscano, en la trasera del Hospital Doctor Negrín. La nueva ordenación plantea crear una nueva urbanización con más espacios libres, viviendas más amplias que las actuales y mejores dotaciones.

La aprobación de este plan es fundamental para poder comenzar la que será la mayor reposición de un barrio en Canarias. El plan que irá ahora comisión de pleno y a pleno a final de mes consiste en la demolición y sustitución de las 2.558 casas que componen la actual urbanización, además de un nuevo colegio, dotaciones básicas y un gran parque. El titular de Urbanismo, Javier Doreste, señala que esto permitirá al Consistorio pedir financiación al Gobierno de Canarias y al Estado de cara a los presupuestos de 2024 para iniciar la ejecución del proyecto en el interior del barrio, algo que hasta ahora no era posible «al no haber un planeamiento definitivo».

Después de cuatro años desde su aprobación inicial, el plan llega a su versión definitiva

Después de cuatro años desde su aprobación inicial en junta de gobierno -en enero de 2019- el plan de reposición de Las Rehoyas llega a su versión definitiva. Y no han sido solo esos cuatro años. Los vecinos de este barrio de la capital grancanaria llevan oyendo hablar de la rehabilitación de sus viviendas desde hace varias décadas. Tras las últimas modificaciones, está previsto que se desarrolle en ocho fases en lugar de las diez que se proyectaron en un principio, por lo que se acortarían los tiempos de ejecución.

El plan llega a su votación final tras pasar por segunda vez por exposición pública. En esta ocasión, ha recibido un total de cuatro alegaciones -frente a las 14 de 2019-, de las cuales tres están relacionadas con la plataforma vecinal Rehoyas Avanza. Este colectivo, el cual se opuso a la reposición y más concretamente al derribo de las viviendas que están situadas junto a la Carretera General del Norte, presentó entre diez y once puntos en cada uno de los reclamos, todos considerados como improcedentes o desestimados por parte de Urbanismo.

La Rehoyas Avanza contó en las alegaciones que presentó en 2019 en el anterior periodo de exposición pública con un total de 485 firmas de vecinos de la zona. En esta ocasión, este apoyo se ha visto más que reducido, con solo 55 rúbricas. Esta asociación asegura desde su formación que las viviendas que dan a la Carretera General del Norte están en buen estado y que no son suelo público, ya que no son parte de la promoción pública del Patronato que construyó el resto del barrio.

Consenso vecinal

Doreste, indica que «ha valido la pena todo este retraso porque esa reducción en el número de firmas significa que hemos ido construyendo consenso». El edil afirma que en este cambio de opinión han contribuido las distintas oficinas de información que han abierto en el barrio, «la última atendió hasta 1.940 peticiones». «De un plan que comienza con una oposición fuerte [en referencia a la plataforma vecinal Rehoyas-Arapiles asesorada por el arquitecto Carmelo Suárez], asumimos su propuesta y después abrimos este proceso para intentar ganar el máximo de consenso», resalta.

La cuarta alegación al plan, en cambio, sí ha sido estimada, aunque de manera parcial. Esta fue presentada por Disa Retail Atlántico, propietarios de la gasolinera que opera bajo la marca Shell junto a la Carretera General del Norte. En este caso, solicitaron que se recoja su existencia y la reubicación de la estación de servicio en la fase 4 de ejecución, «tal y como figuraba en el documento anterior». El edil de Urbanismo indica que durante la redacción de la nueva ordenación suprimieron por «error» el surtidor. Este estará ubicado junto a la gran rotonda de Miller, en parte del suelo que será liberado con los derribos.

Las firmas en apoyo de Rehoyas Avanza pasan de 485 a 55 entre las dos fases de alegacionesf

Las últimas modificaciones aumentan los espacios libres -parques, plazas y zonas de aparcamientos- de 68.503 metros cuadrados a un total de 77.243 distribuidos por todo el ámbito de actuación. En contraposición, disminuye también la superficie edificable. De las 2.558 viviendas que hay en Las Rehoyas-Arapiles, serán repuestas allí 1.707 en lugar de 1.766; el resto serán repuestas en otras partes de la ciudad, por lo que serán más los vecinos tengan que cambiar de vecindario. Asimismo, se reduce el viario rodado, de 68.049 metros cuadrados a 60.929, por lo que desaparecerán un puñado de calles.

No obstante, estas modificaciones corresponden con las realizadas en base al primer periodo de exposición pública abierto en 2019, cuando se presentaron hasta 14 alegaciones al plan. Tras este segundo periodo de peticiones, tan solo se ha incluido la gasolinera, cuya reubicación quedó excluida en el cambio anterior.

El plan definitivo divide el barrio en tres plataformas. Una superior, pegada a Schamann, una inferior junto a la Carretera General del Norte y una central. Los nuevos edificios serán construidos en las dos primeras, de hasta seis alturas, y en medio habrá una gran zona de dotaciones y espacios libres que servirán para compensar el campo de fútbol y aparcamientos que se le restó al parque de Las Rehoyas con la construcción del primer edificio del proyecto.

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Las reubicaciones que tendrán que realizarse fuera del barrio quedan pendientes. Según el edil de Urbanismo, Javier Doreste, todavía no han dedicido dónde serán realojadas la totalidad de las 851 que tendrán que irse fuera del ámbito de actuación del plan de rehabilitación de Las Rehoyas Arapiles. Actualmente, la urbanización está compuesta por 2.558 viviendas, de las cuales 1.707 serán reconstruidas en este mismo suelo. El resto tendrán que ejecutarse en otros puntos de la capital grancanaria. En principio, de estas, 300 ya tendrían un hogar asignado en los dos edificios que el Ayuntamiento está construyendo. El pasado año comenzaron las obras de un edificio de ocho plantas junto al barrio, para lo que fue necesario comerse uno de los campos de fútbol del parque de Las Rehoyas y los aparcamientos adyacentes. Este proyecto suscitó polémica desde el principio al suponer una merma en espacios libres; no obstante, las zonas verdes crecerán hacia el interior del barrio sobre lo que hoy día son bloques de viviendas -calles Montejurra, Virgen de Begoña, entre otras-. El segundo edificio se encuentra en la calle Doctor Chiscano, en la trasera del hospital Doctor Negrín, y ya ha sido adjudicado. Entre los lugares que Urbanismo ha barajado para reubicar a las familias restantes están Tamaraceite Sur o Lomo Apolinario. Doreste señala que, en cualquier caso, siguen «una política de romper guetos» y no irán todas al mismo punto. | A. V.

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