Vandalizan la escultura de Chirino en Triana

'La espiral del viento' aparece con una frase con referencias al suicidio y otras pintadas

Pintadas en la escultura de Martín Chirino, en Triana.

Pintadas en la escultura de Martín Chirino, en Triana. / Andrés Cruz

La escultura La espiral del viento, obra del escultor Martín Chirino, ha sido vandalizada. Situada en el final de la calle Mayor de Triana, una persona ha inscrito la frase «No hay patrimonio cuyo valor subsane el suicidio inducido». Además, en el centro de la misma apunta el 024, número de atención y prevención contra el suicidio y en un remate añade las palabras «el diputado del Común me quiere pegar».

La obra vandalizada es una de las de mayor relevancia del artista isleño de talla internacional en Las Palmas de Gran Canaria. El autor habría replicado pintadas similares en distintos inmuebles y mobiliario urbano del barrio de Triana. Tanto en fachadas, escaparates de negocios o bancos y paradas de guaguas. También se han visto en otras partes de la ciudad.

Grave atentado

Las pintadas en la escultura de Martín Chirino son las de mayor gravedad cometidas hasta ahora, dada la importancia de la obra y del artista, sin contar con el lugar visible en el que se encuentra.

La estatua fue colocada en Triana en 2011 como parte de una exposición de figuras del escultor grancanario dentro de los actos organizados por el Ayuntamiento capitalino en su carrera hacia la Capitalidad Europea de la Cultura 2016. Esta pieza, ahora vandalizada, es la única que no volvió a su emplazamiento original.

Figura

Martín Chirino, que nació precisamente tal día como hoy, 1 de marzo, en Las Palmas de Gran Canaria en 1925, murió en Madrid el 11 de marzo de 2019, hace cuatro años. Ha sido el escultor de canario de mayor proyección universal. Cofundador del grupo artístico El Paso en 1957, fue un artista virtuoso calificado de genio, que recibió en 1980 el Premio Nacional de Artes Plásticas por toda su obra y, en 1985, la Medalla de Oro de Bellas Artes. Aunque desarrolló su carrera fuera de Canarias, siempre estuvo apegado a su tierra, especialmente a Las Palmas de Gran Canaria, la "ciudad maravillosamente tranquila, rodeada de dunas y arenas doradas, con el mar siempre presente" donde nació y pasó su infancia.

Su amor por su tierra se ve reflejado en su legado, buena parte del cual se puede observar en Las Palmas de Gran Canaria. En la entrada a la ciudad, pasado el barrio marinero de San Cristóbal, saluda su Lady Harimaguada, escultura que también es el símbolo del Festival de Cine de la capital grancanaria; en el Campus de Tafira está su Pensador; y en Triana, La espiral del viento vandalizada ahora. Pero aún hay más, mucho más, en el interior del Castillo de la Luz, en su barrio natal de La Isleta, está la sede de su fundación, la Fundación Martín Chirino de Arte y Pensamiento.