BARRIOS/ SCHAMAN

Sin repique a misa de nueve

Las campanas de Nuestra Señora de Los Dolores de Schaman no sonarán a misa de nueve los domingos y festivos para respetar el descanso de los vecinos

Una empresa ajustará el sonido para cumplir una sentencia sobre ruidos

El campanario recién restaurado tras años de deterioro y peligro de caída tiene tres campanas

Vista de la iglesia de Nuestra Señora de Los Dolores de Schaman y su torre campanario

Vista de la iglesia de Nuestra Señora de Los Dolores de Schaman y su torre campanario / Juan Carlos Castro

La torre de la iglesia de Nuestra Señora de Los Dolores de Schaman luce desde este miércoles como nueva tras su restauración. Tras ocho meses de obra, toca ahora poner a punto las campanas. Una empresa hará un estudio acústico para cumplir con una sentencia sobre ruido que pende sobre el templo desde hace años, pero el párroco Alejandro Santana ha decidido ya que las campanas no repiquen a misa de nueve los domingos y festivos para respetar el descanso vecinal.

La decisión ha sido tomada por el propio párroco tras recibir dos quejas vecinales después de que el pasado domingo, día 3, sonaran las campanas tras la restauración de la torre, que fue inaugurada ayer por el obispo de la Diócesis de Canarias José Mazuelos, la alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, Carolina Darias, y el vicepresidente segundo del Cabildo de Gran Canaria, Teodoro Sosa. Las tres instituciones han colaborado económicamente en su restauración y su coste ha sido de 330.000 euros. La torre, construida al igual que el templo por el arquitecto catalán Joan Margarit i Serradell en 1959 durante el tiempo en que fue arquitecto municipal de Las Palmas de Gran Canaria, presentaba un deterioro importante en toda su estructura. 

El popular barrio está inmerso este mes en plena fiesta de Los Dolores

El campanario, compuesto por tres campanas; la más grande se llama Dolores, mientras que las otros dos son conocidas como Sagrado Corazón y José, lleva años sin sonar en el popular barrio, que precisamente está en fiestas en honor a Nuestra Señora de Los Dolores, por lo que no es de extrañar que el pasado domingo algunos vecinos se despertaran un tanto contrariados por el sonido de las campanas. 

Dos quejas

El párroco recibió dos quejas. Una por teléfono de una persona irritada por el sonido y otra de una madre con niños pequeños, que se personó a hablar con el cura este lunes y cuya vivienda está a la misma altura de la torre, de 33 metros de altura, por lo que el repique despertó a los menores a las 08.30 de la mañana, hora en la que se avisa a los feligreses para acudir a misa de nueve antes del último repique a las nueve en punto. En total, son tres toques.

«Soy consciente de que están a la misma altura de la torre y nuestro afán es no molestar, sino tener una convivencia pacífica por lo que aplique el dicho que decía mi abuela con criterio de que más vale una gota de miel que un vaso de vinagre», explicó el cura sobre el motivo de este cambio, pese a que el barrio, sin embargo, surgió entorno a la iglesia. El cura, consciente de que los tiempos son otros, ha decidió que las campanas estén silenciadas los domingos y días festivos para la eucaristía de las nueve de la mañana con el fin de que los vecinos puedan descansar.

Las campanas seguirán tocando de lunes a viernes para misa de 19.00, así como los sábados a las 19.30 horas. También lo harán sin problemas, los domingos y festivos para la eucaristía de las 12.00.

Las campanas seguirán tocando de lunes a viernes para la misa de las 19.00 horas, así como los sábados a las 19.30. También lo harán sin problemas, los domingos y festivos para la eucaristía de las 12.00 de la mañana.

«Se hará un estudio acústico porque estamos sujetos a cumplir una sentencia. El juez nos dijo que podíamos tocar pero siempre y cuando se respeten los decibelios establecidos. Si el tono es más alto se les bajará, y si está bajo le ajustaremos para no molestar a los vecinos», añadió el sacerdote que busca por encima de todo la convivencia. El sonido del campanario está sujeto a la Ordenanza Municipal de Protección del Medio Ambiente frente a ruidos y vibraciones de la ciudad de 2002. 

El párroco Alejandro Santana confía en que pronto los vecinos se acostumbren de nuevo al repique de las campanas dado que para muchas personas del barrio, especialmente mayores, sirve de acompañamiento en su día a día. "No puede ni imaginarse la cantidad de personas que me ha dicho cuándo se iban a poner en marcha", añade.

La Unesco declaró en 2022 el toque manual de campanas español como Bien Inmaterial de la Humanidad, un lenguaje sonoro de comunicación colectivo con más de 30 toques diferentes.


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