La antigüedad del alcantarillado en Guanarteme provoca una nueva rotura

Los vecinos advierten que las nuevas construcciones se conectan a una red de saneamiento obsoleto

Equipos de Emalsa trabajan para solucionar la avería

José A. Neketan

José A. Neketan

La saturación y la obsolescencia de la red de alcantarillado en la zona de Guanarteme ha vuelto a provocar la rotura de una de las tuberías, esta vez en la calle Almansa, a la altura del número 37. Fueron los propios vecinos de uno de los edificios cercanos quienes avisaron el mismo miércoles a Emalsa de la entrada de aguas fecales en el aparcamiento.  Operarios de la compañía acudieron con la máquina y observaron que la cámara no avanzaba por un tapón. 

«Al meterle presión, como todo es arena y el tubo es de hormigón, se rompió todo, por lo que hubo que abrir esta zanja con una piqueta», explicó uno de los vecinos de la zona. La zanja abierta, que tiene aproximadamente dos metros de ancho por cinco de largo, obligó a cerrar el tráfico en la calle Almansa, en su tramo entre Vergara y Castillejos, hasta que se solucione la avería. 

Fuentes de la empresa informaron que empezaron a trabajar en la zona desde el mismo miércoles, con dos equipos, dos camiones y una excavadora, y un grupo de 10 personas, y que se van a arreglar 15 metros de la red general. También destacaron que el servicio de agua de abasto no se ha visto interrumpido en ningún momento en la calle afectada ni en zonas anexas. 

La rotura en la calle Almansa se suma a otras ocurridas en la zona de Guanarteme. En menos de un año ha habido que arreglar socavones y tramos de la red de alcantarillado en las calles Palafox, California y Luchana. El aparcamiento de la plaza de El Pilar también sufre en la planta 3, desde finales del año pasado y comienzos de este, problemas de filtraciones que se deben a que un pilar recoge el agua natural de las escorrentías del barranco, sin que se haya dado una solución definitiva.

 Miguel, dueño de la cafetería Papín Hermanos Sosa Nuez, tiene su negocio justo al lado de la avería, haciendo esquina con la calle Castillejos, y aseguró que una vez abrieron la zanja y llegaron a la tubería del alcantarillado rota, tuvo que cerrar la puerta por el fuerte olor que desprendían las aguas fecales, que abarcaba toda la calle.

Ante esta nueva rotura, la vecindad de la zona continúa manteniendo las mismas reclamaciones, que les han llevado a manifestarse en varias ocasiones en los últimos meses, algunas de ellas organizadas por la plataforma Guanarteme se Mueve.

Luis Fernando es uno de los vecinos que reside en la calle Luchana, muy cerca de donde ocurrió la nueva avería de la red de saneamiento, y se queja de que «está llena de parches y de planchas para que pasen los coches».

Sus quejas coinciden con la del resto del vecindario. «Donde antes había una casa terrera ahora hay un nuevo edificio de varios pisos y lo vuelven a conectar a la misma red de alcantarillado, que está bastante vieja», y advierte del nuevo proyecto que se ejecuta en un solar donde hay proyectadas 468 viviendas, «que también se van a conectar a la misma red y que aumentará de forma considerable la población en esta zona, porque además habrá más coches que tendrá que soportar la zona de Guanarteme».

Luis Fernando insiste en que «esta zona se está hundiendo porque esto es arena pura», mientras recordó que muy cerca de allí, donde había un gimnasio, donde está previsto edificio de once plantas y nueve plantas. 

Viejas demandas

La plataforma Guanarteme se Mueve ha organizado varias concentraciones para denunciar la especulación urbanística que sufre el barrio, «que está acabando con la identidad de una de las zonas más populares de Las Palmas de Gran Canaria», aseguraban el pasado mes de julio de 2023 en una manifestación bajo el lema ‘Salvemos Guanarteme. No a la especulación’.

La protesta de este colectivo vecinal tenía como objetivo mostrar su desacuerdo con el desarrollo urbanístico que ha experimentado la zona de Guanarteme y el proyectado para los próximos años, con nuevas edificaciones que superan en algunos casos las diez plantas de altura.

Todo ello se une a otras quejas vecinales, como la falta de espacios verdes en el entorno y la cantidad de viviendas vacacionales que se han puesto en el mercado y que están provocando la expulsión de buena parte de la población hacia otras zonas de la capital.

«Esto se veía venir»

«Esto se veía venir y se ha dicho varias veces», asegura Lidia Cruz, una de las personas que integran la plataforma Guanarteme se Mueve, que explica que la red de saneamiento es de los años 50 o 60 y está en «muy mal estado y ya casi no tiene tuberías en muchos de los tramos». Cruz afirma que este problema «irá a más» y que han advertido muchas veces que hay que cambiar el alcantarillado, «pero siguen construyendo en el barrio, y donde antes había casas familiares de uno o dos pisos, con el boom de la construcción de los últimos años en toda la zona ahora hay edificios de varias viviendas». La componente de la plataforma anuncia que recientemente han presentado alegaciones a las nuevas construcciones de la calle Castillejos, «porque para nosotros no se están haciendo las cosas bien y se están saltando algunas legalidades», afirma.

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