El pasado 20 de diciembre nos dejó para siempre nuestra gran amiga Carmen Rosa, funcionaria del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Ese mismo día hablé con ella a media mañana para consultarle un asunto sobre un impuesto para lo cual, como siempre, me indicó los pasos a seguir. Algunos empleados de gestorías, cuando teníamos un asunto en el Ayuntamiento y no sabíamos cómo presentarlo o a quién y dónde, ella nos indicaba la forma, lugar y a quién habíamos de presentarlo, fue nuestra mano derecha en muchos asuntos y ella, con la simpatía y la gracia que le caracterizaban, nos atendía siempre. Comentaba que yo era su asesor fiscal porque les hacia la declaración del impuesto sobre la renta a ella y a sus hijos y eso me llenaba de orgullo. Siempre fue un ejemplo a seguir como funcionaria municipal a diferencia de algunas otras personas que han sido funcionarias municipales, autonómicas o estatales y que antiguamente se decía que eran antipáticas y mal encaradas; Carmen Rosa nunca fue de esta clase, siempre fue un ejemplo a seguir como empleada, como persona y como señora, porque lo era.

Se nos fue Carmen Rosa, la echaremos de menos todos los que la conocimos, en especial aquellos que la queríamos y que la seguiremos queriendo aún en la distancia. Nuestro pésame a su familia y amigos ya que siempre estará en nuestros corazones.

Carmen, allí donde estés, un abrazo.