Opinión

Manfredo Álvarez

Lorenzo Ortego, un amigo irrepetible

Manfredo Álvarez y Lorenzo Ortego

Manfredo Álvarez y Lorenzo Ortego

El móvil de Ramón Suárez, responsable de mi pasión por Gran Canaria desde hace 20 años, sonó este martes por la mañana. Andaba un poco liado y no pude responder. Tampoco le di mayor importancia. Hablamos con frecuencia. ”Te llamo luego”, escribí por whatsapp.

Salí a hacer unas compras por el centro de Gijón y volvió a sonar el teléfono. Era Lisandro Hernández, arquitecto e íntimo amigo de Lorenzo Ortego con quién compartí Nocheviejas inolvidables en el Vital Suites. Me resultó extraño porque nunca me había llamado.

Lisandro es un tipo prudente, encantador, pero de repente con la voz entrecortada suelta la noticia que jamás hubiera querido escuchar. Me tuve que sentar en la calle roto por el dolor y la incredulidad.

Lo primero que hago es llamar a mi mujer. No lo podíamos creer. El resto del día lo viví bloqueado. La distancia ayudó a esconder la realidad.

Intento ratificar con Ramón Suárez que debía haber algún error. Misma información. Acto seguido llamo a Manolo Navarro, director del Riu Oasis e inseparable de Lorenzo. No responde. Necesito que me desmienta la verdad. Testigo de la tragedia, más tarde confirma un desenlace propio de una película de terror con un final tan injusto como absolutamente inesperado. Reniego de todo.

Lorenzo Ortego se nos va en su mejor momento VITAL. Nunca mejor dicho. Desprendía toda la fuerza para seguir presumiendo de un hotel que consideraba algo propio, dónde a los clientes nos hacía sentir como en casa y convertido en un relaciones públicas irrepetible de Gran Canaria.

Lorenzo estaba realizado como director de hotel pero tenía capacidad y carisma para haber sido una estrella de la radio o la televisión. Eso sí, ¡qué presumido era! Siempre impecable. Traje y corbata hasta en verano. Me traía loco con las fotografías. Siempre quería salir bien. ¡Pero si eres clavado a George Clooney y el resto a tu lado parecemos Quasimodo! ¡Puto crack!

Andaba enamorado de Cris como un adolescente. La pareja perfecta que me había elegido como maestro de ceremonia para la fiesta de su inminente boda. Me hacía una ilusión enorme. No podrá ser y clamo al cielo.

Antes, su idea era repetir otra visita a Asturias con la esperanza de ver a su querida Unión Deportiva Las Palmas meterse en el playoff de ascenso a Primera División en la última jornada de Liga. Eso sí, le exigí que con mi Sporting salvado…

Lorenzo era una “disfrutón” de la vida y por eso hicimos migas desde el minuto uno. No asumo poner fin a esas sobremesas con rondas interminables de Pampelmuse y Arehucas hasta la puesta de sol, en la vera del campo de golf, con las dunas al fondo y más allá el azul del Atlántico. Siempre le decía que Asturias es el Paraíso Natural y Maspalomas mi Paraíso Personal.

Jamás olvidaré cuando en un cumpleaños me regaló la camiseta que la Unión Deportiva Las Palmas utilizó en el Camp Nou aquel histórico 1 de octubre de 2017. Con mi nombre y el 10 de Valerón a la espalda. ¡Casi nada!

Necesito tiempo para regresar a Gran Canaria y superar su ausencia. Lorenzo no estará en el aeropuerto cuando vuelva a la isla pero seguirá conmigo cada día y tengo mucho cariño que devolver a los amigos comunes. ¡Volveré por ti!

Loren, te quiero, mi amigo del alma. ¡Hasta siempre!