Escritos antibélicos

Matáfora

El acusado de intentar matar a una policía de una paliza en los calabozos alega defensa propia.

El acusado de intentar matar a una policía de una paliza en los calabozos alega defensa propia. / I. Cabanes

Hace unos días Nopólemo introdujo en la lengua española un neologismo de propia cosecha, pues lo lo acuñó por primera vez en la historia en el escrito antibélico titulado “Ein Grab in den Wolken”. Nadie antes que Nopólemo había utilizado el término matáfora, que es una metáfora que tira a dar donde más duele, un combinado de las palabas metáfora y matar y cuyo propósito es producir escarnio y grave daño en la persona a que se refiere o a que va dirigida.

Aunque no cabe la menor duda de que el término matáfora fue ocurrencia de Nopólemo, las matáforas existían antes de que Nopólemo les pusiera nombre. Muchas metáforas en verdad son matáforas y, como las metáforas, abundan sobremanera, están por doquier y proliferan tanto en la tradición literaria como en la práctica lingüística de la vida cotidiana. La archiconocida expresión “era un hombre a una nariz pegado” no es más que la malintencionada manera de referirse Quevedo a Góngora, y decir de alguien que es un trasto es identificarlo con la bobería y el poco juicio. Son éstas matáforas suaves, pues podrían incluso connotar cierto cariño por aquél al que se critica. Son, más que matáforas, suaváforas, éste ahora un neologismo nopolémico doble, pues se refiere a las matáforas suaves y sosegadas que no quieren hacer mucho daño y que reconvienen algún defecto con talante afectuoso.

Con más o menos intención maligna, sosegadas o agresivas, el efecto de las matáforas y de las suaváforas en gran medida depende de la disposición anímica de su receptor. Alguien podrá sentirse ofendido al ser llamado cabeza de chorlito, si considera que con esa expresión se desprecian su razón y su discernimiento. Otro podrá sentirse tan por encima de quien de chorlito lo tilda, que no sólo se quedará tan pancho sino que también pensará que quien así lo llama no merece la pena ni el más mínimo pestañeo. Otro incluso podría entender que tras esa matáfora no hay sino una cariñosa suaváfora que le recrimina un despiste humano y habitual. Y alguien incluso podrá sentirse alabado, pues el chorlito, lejos de ser un pájaro torpe y descerebrado, es un gran atleta minúsculo capaz de migrar de Alaska a Hawai sin escalas y de hacer 3.200 kilómetros para abandonar el frío glacial y darse un baño en esas islas tan cálidas y turísticas.

Nopólemo abandona sus cavilaciones sobre las matáforas y suaváforas y mira en su móvil uno de esos vídeos cortos que aparecen en Facebook entre muro y muro. Se trata de cuatro perros que ladran a un oso que se revuelve contra ellos un momento y que luego continúa parsimonioso su camino. Nopólemo se engancha a la pantalla y pasa al siguiente vídeo, que muestra a un chico gordo que de mala manera pide un refresco de cola y a quien el dependiente responde abriendo la lata, vertiendo el contenido en una bolsa de plástico y dándole una pajita para que se lo beba de allí. El siguiente vídeo muestra a una bella mujer en bikini que hace alarde de su fuerza marcando bíceps y que después aparece magullada, golpeada y muy emocionada por haber ganado un combate de MMA. Luego Nopólemo ve cómo una chica le pone un condón a un plátano, cómo dos perros juegan, cómo un gato salta sobre el ratón que corre en la pantalla del televisor, a una chica en minifalda cuyas bragas se entrevén mientras el coche en el que va hace piruetas, la expresión de un perro que no quiere bañarse, unos monos quitándose las pulgas, un accidente de circulación, unas colegialas insinuantes con reguetón de fondo, una calabaza que explota, una ventana de tren que le da en la cara a un pasajero.

Al cabo de un rato Nopólemo vuelve desde la estúpida, insulsa e idiotizante pantalla del móvil a la realidad del nuevo año 2023 y se dice a sí mismo: “¡eres un cabeza de chorlito!”. Y Nopólemo no sabe qué hacer, si tomarse esa auto-recriminación como una censurante matáfora o si considerla una condescendiente suaváfora.

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