Retiro lo escrito

Los compañeros de Vox

Luis Yeray Gutiérrez, durante la noche electoral.

Luis Yeray Gutiérrez, durante la noche electoral.

Alfonso González Jerez

Alfonso González Jerez

El alcalde de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez, ha concedido graciosamente a Vox la presidencia de una comisión municipal, y por si la decisión no fuera lo suficiente divertida, les ha cedido a los ultraderechistas, precisamente, la comisión de convivencia ciudadana. Es realmente asombroso constatar el desconcierto de muchos laguneros. Esta estupefacción tiene una raíz: el desconocimiento generalizado sobre Luis Yeray Gutiérrez, que empuña la vara de mando desde julio de 2019. Durante estos cuatro años y medio Gutiérrez, ya que no tenía un programa para su municipio, ha intentado construirse un personaje. Disponía de escasísimos materiales para hacerlo. No es especialmente inteligente, carece de estudios superiores (aunque se denomine «economista de profesión»), jamás ha trabajado fuera del ayuntamiento (fue personal eventual entre 2011 y 2019, aunque también curró brevemente en el Hospital Universitario, como todo joven socialista lagunero que se precie) y se conoce mejor los bailables de la Sonora Ponceña que la historia de su ciudad. Gutiérrez es el alcalde más anodino que ha conocido La Laguna en el último medio siglo, un maniquí de cera a veces taciturno y otras jacarandoso que alzaron a la Alcaldía Santiago Pérez y Rubens Ascanio con el fin de acabar con el régimen polpotiano de Coalición Canaria. Pérez ha sido exterminado políticamente por el PSOE después de haber prestado a su antiguo partido este y otros servicios. Rubens Ascanio vió reducida al mínimo la representación de Unidas se Puede y ha quedado anclado a la marginalidad institucional después de que Gutiérrez se negara a pactar con la izquierda de USP y Proyecto Drago.

Gracias al reglamento del ayuntamiento de La Laguna, siempre que se utilice bien -- es decir, mal -- se pueden urdir maravillas a favor de un alcalde y de garantizar una mayoría. Es precisamente lo que está haciendo, desde el mandato pasado, el señor Gutiérrez, aunque desde el verano con más intensidad. El alcalde puede asignar discrecionalmente a los grupos constituidos en el pleno municipal un número de liberados y asesores hasta 27. Por ejemplo, a principios del mandato actual, Gutiérrez concedió a Coalición (que cuenta con ocho concejales) los mismos asesores que al Partido Popular (que tiene tres concejales). Dos de los tres ediles conservadores pasaron así a cobrar un sueldo de unos 53.000 euros anuales, lo que no está mal, y sirve de vacuna contra cualquier cambio de mayoría, no se diga de alcalde. Lo que en su día fue una decisión reglamentaria para facilitar el trabajo a los grupos municipales – y especialmente a los de la oposición – se ha convertido en una bicoca con la que el alcalde favorece o perjudica a unos u a otros según sus intereses más o menos inmediatos.

Nada más conocidos los últimos resultados electorales el alcalde lagunero excluyó tanto a la izquierda como a CC para gobernar. Gutiérrez y sus adláteres concluyeron que podrían pasarse medio año sin problemas, hasta que fuera necesario aprobar los presupuestos municipales, y enseguida comenzó a fraguarse una alternativa para 2024: gobernar en solitario gracias al PP y Vox a través de los buenos oficios de un empresario de considerable tonelaje que había soltado perras –según las más aviesas lenguas -- para la campaña de ambas organizaciones. Obviamente las derechas no se incorporarían al gobierno municipal: apoyarían todo lo discretamente posible desde fuera. Fue la insistente y consistente negociación de Coalición Canaria con el núcleo de colaboradores de Gutiérrez lo que hizo finalmente innecesaria una operación tan delicada: el voto coalicionero a favor de la investidura de Pedro Sánchez lubricó el acuerdo. Pero quedan compromisos apalabrados. Y siempre es mejor disponer de dos votos extras, de la predisposición positiva, contante y sonante de dos concejales (la presidencia de la comisión se abona con 52.000 euros al año), por si ocurre algo inesperado. Gutiérrez no quiere nada inesperado. Paga para tener un seguro alcaldicio a todo riesgo. ¿Qué el PSOE de Tenerife debería pedir explicaciones a Luis Yeray Gutiérrez por pactar y premiar a la extrema derecha en La Laguna, la misma extrema derecha que los socialistas denuncian en los juzgados? Claro. ¿Que con toda seguridad no lo harán? Por supuesto.

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