El traje de ‘Carletto’ Ancelotti

El hombre de hielo del fútbol está en uno de los banquillos más calientes del planeta. La bancada del Real Madrid es una auténtica silla eléctrica que calcina a los perdedores sin hacer distinciones. Carlo Ancelloti es muy consciente de lo que implica ser entrenador blanco y en su cuaderno de bitácora pasa por aniquilar a la UD Las Palmas más conjuntada que nuncay que tiene en la posesión del balón su mejor aliado.

Ancelotti es el míster soñado por Florentino Pérez, que siente como suyos los cánticos y los aplausos que prodigan a su elegido. El mismo que ha plantado a la selección brasileña y que seguirá fiel al Bernabéu hasta 2026. Es el cromo idolatrado de los madridistas, su bandera y el embajador de la marca Madrid.

El entrenador acostumbrado a convivir y liderar a una veintena de millonarios. Pese a la elevada presión, elude los protagonismos y los aspavientos, pero es capaz de dar órdenes con levantar la ceja. Manda en voz baja una plantilla a la que sólo sirve la victoria ante los amarillos para pugnar por la Liga

Enfundado en un impecable traje de corte italiano como no puede ser de otra forma, Ancelloti seguirá de pie cada jugada frente a la UD Las Palmas y dará breves instrucciones a los suyos convirtiendo la banda del recinto de Siete Palmas en una verdadera pasarela de alta costura y mucho chicle. La elegancia que proyecta como entrenador es la misma que demostraba sobre el césped cuando jugaba con su querido Milán. En su haber destaca el golazo a Buyo en el 5-0 en San Siro de 1989. Carletto vuelve a sentir la adrenalina que siempre se pierde al colgar las botas y la ha recuperado como mister de forma plena. Una adrenalina que ojalá se le dispare ante el equipillo, que podría dar la sorpresa y acercarse más a la permanencia. Una misión que sería más factible de disponer de un delantero con olfato de gol.

Con un Munir gafado y un Sory Kaba que no vale ni para Tercera, el equipo debe aferrarse a Marc Cardona. Fichar alguien con garantías sigue siendo prioritario. De momento, y soñando a lo grande, si la UD juega a lo que sabe, tal vez sea capaz de arrugar un poco el traje de Carletto.