Literatura | Aniversario de la muerte del gran escritor grancanario

Profundo amor por Alexis Ravelo

Carta a Alexis el día de su incineración, hecha pública en su primer aniversario

Los libros compartidos con Alexis Ravelo.

Los libros compartidos con Alexis Ravelo. / EMP

Elisenda Monzón Peñate

Queridísimo Alexis:

Tu profundo amor por la vida te llevó por delante. Anoche, 2023 01 31, después de tu incineración, quemé (en el balde de TerRor que tanto te gustaba) todos los dibujos y escritos archivados desde hace años, reunidos paciente y cuidadosamente cada jueves en Quasquías. No se me ocurrió nada mejor, porque como decíamos a una voz tan bien: “La belleza subsiste en el recuerdo”. Lo aprehendimos de Walt Whitman. Hablamos, recuerda, que con la tonga de libros que ibas a escribir, y escribirías mucho después, nunca morirías porque, te conté, que mamá Carmen me dijo desde pequeñita que quién permanecía en el recuerdo no moría nunca. Como papá Felipe, por ejemplo, porque nosotras dos lo recordábamos siempre. Éste era uno de los secretos que teníamos, y te empeñaste en que cada jueves/jazz/Quasquías te contara uno. Te pregunté ¿para qué? y me respondiste que para cuando fueras escritor… Nos reíamos tanto.

Me enseñaste a cambio tu filosofía y la filosofía con mayúsculas, como cuando me entusiasmé con Lógica del límite de Eugenio Trías, que pacientemente me ibas desgranando jueves a jueves, y así tantos otros autores.

Recuerda también lo que nos reíamos cuando, después de recitar a Withman, nos decíamos: ni tú Warren Beatty, ni tú Natalie Wood, y al

unísono nos salía tan bien el más quisiéramos. ‘Alegría’, me llamabas y te respondía que estabas ciego perdido o no te mirabas en el espejo del baño: la alegría eras tú y te cantaba el Solamente tú señalándote y nos hacíamos regañizas.

Y así muchos jueves hasta el cierre de Quasquías. Desde entonces, los jueves noche los echo mucho de menos, a ti y a Toñín, que tanto nos protegía.

Este 22 de enero te envié esta foto, una amiga italiana vino a pedirme su primera lectura iniciática al español. Ordenamos cronológicamente tus libros para que comenzara con Segundas personas, el primero. Causalmente aparecieron los otros cuatro por aquello de las afinidades electivas. Tu respuesta a la imagen fue “ojalá”.

Ya no podremos iniciar este febrero las clases de escritura que excepcionalmente me ibas a particularizar porque no nos daba la vida para hacerlo en tus cursos.

“Qué suerte haberlo querido”, le dije a Thalía y a tu padre. Sentidamente abrazados, sonreímos desconsoladamente.

Permanecerás gran persona humana, escritor, filósofo, enseñante, apasionado vital.