Opinión | Reseteando

Tensión alta y zona tensionada

Avenida de Las Canteras, zona de la capital más tensionada. | |

Avenida de Las Canteras, zona de la capital más tensionada. | | / ANDRÉS CRUZ

Hace días que espero la declaración de zona tensionada, más allá de la tensión acumulada por la inflación, el euribor, la montaña rusa del recibo de la luz, los sustos por el tamaño de las mordidas de los comisionistas... Para mí, dicho reconocimiento viene a ser algo así como la certificación de que nos encontramos en guerra, no sólo contra la especulación de la vivienda, sino también frente a un racimo de circunstancias que empobrecen y embrutecen. Los vecinos que aparecen por el bar del pincho de tortilla o por el de la pulga de serrano se niegan a aceptar que esto sea sólo para poner una gota de Betadine en el estropicio inmobiliario. Hablan como loros de beneficios para la cesta de la manduca o para hacerse con un bono para el fisio, la señora que limpia la escalera o la comida china del domingo. Así es el pueblo. Hay que sacarle el jugo a ese prólogo de lo que un día podría convertirse en zona catastrófica. Siempre hay que dar por descontado que ante una nueva norma o decreto surgen oportunidades a puñados, sobre todo en un territorio con una administración y unos políticos tan jacarandosos. Seguro que los propietarios de viviendas se las apañarán para sortear los límites de los alquileres, e imponer mecanismos de corrección una vez que la luz se apaga. De este escepticismo participa también el director del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, que ha lanzado una co(s)z contra los afanes regulatorios como panacea de lo habitacional. Limpiamente, esgrime que sólo una oferta de viviendas sostenida a lo largo de años arreglará el caos provocado por la pachorra política. La zona tensionada me la ponen un día de estos, y con ella llegará al buzón la chapa que me identifica como tensionado, aparte del correspondiente casco que me darán en la ferretería como protección. En la farmacia, otro ágora, ya reciben a clientes que confunde la zona tensionada con la obligación de tomarse la tensión dada la dominación genética de su territorio. La auxiliar hasta teme que la declaración en puertas afecte definitivamente a la tensión emocional.

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