Tradicionalmente, San Petersburgo ha sido, desde su fundación en 1703 por Pedro I "El Grande", la ciudad más europea de Rusia, pero ha adolecido de graves problemas de seguridad ciudadana, insuficiente infraestructura hotelera, pobres comunicaciones y exceso de burocracia.

Pese al dramático impacto que la crisis ha tenido en la economía rusa, esos problemas han sido en gran medida subsanados durante los últimos dos años a través de ingentes inversiones del Gobierno local y central.

"El número de delitos cometidos contra turistas es menor que en el resto de ciudades turísticas europeas, incluido París. La seguridad ya no es un problema", apuntó Kornéev sobre la ciudad que era conocida antaño como la "capital criminal" de Rusia.

2.000 habitaciones nuevas en 2009

En cuanto a los hoteles, en 2009 "se habilitaron más de 2.000 nuevas habitaciones", aunque su precio sigue siendo prohibitivo para el turista con ingresos medios.

"Como los hoteles son tan caros, los turistas han acortado su estancia de tres días y medio a menos de tres días", apuntó Kornéev, que matiza que, eso, no afectó al incremento en el número de turistas que visitaron la ciudad bañada por el Neva.

También han mejorado ostensiblemente las facilidades que la ciudad ofrece al turista en forma de quioscos de información en el centro de la ciudad con más empleados que hablan inglés, además de un mayor número de indicadores en alfabeto latino.

Con todo, lo que ha dejado de ahuyentar a los turistas es el hecho de que los trámites burocráticos que apenas habían sido modificados desde la época soviética hayan sido simplificados en los consulados rusos de todo el mundo.