Después de la resaca de la Lotería de Navidad ahora le toca el turno al sorteo extraordinario de la Lotería del Niño. Aunque siempre ha estado a su sombra, lo cierto es que este sorteo del día de Reyes constituye una tradición centenaria arraigada en miles de españoles que cada año apuestan por volver a jugar.

No hay que olvidar que la suerte es caprichosa y que es el azar el que dicta los resultados, pero son muchos los analistas que hacen sus propias cábalas analizando las estadísticas.

Según el profesor de Matemática Aplicada de la Universidad San Pablo CEU, Don Miguel Córdoba Bueno, los participantes tienen un 5,68% de probabilidad de "ganar algo" en el sorteo que se celebra el 22 de diciembre, frente a un 7,82% de probabilidad que existe en el sorteo del Niño. Córdoba ha explicado que calcula estos porcentajes en función de una simple fórmula de probabilidad: casos favorables entre casos posibles.

Más probabilidades de ganar

Y es que, es un hecho; la Lotería del Niño triplica la cantidad destinada a reintegros. 37.812 números de entre los 100.000 de cada serie obtienen premio (casi un 38%), mientras que 62.188 números resultan fallidos. A diferencia de lo anterior, en la Lotería de Navidad sólo 13.334 números de entre 85.000 resultan premiados (menos del 16%) y 71.666 números no obtienen premio alguno.

Sin embargo la suerte no entiende de estadísticas. Sirva como ejemplo el hecho de que el 5 es el número estrella en los bombos navideños, mientras que en la Lotería del Niño es el número menos agraciado. El número de la suerte en el sorteo del día 6 de enero es el 0; no en vano, el primer premio ha acabado hasta en trece ocasiones en este número.

Más números: el 7 y el 9 son, después de los antedichos, los siguientes números más premiados. Han conseguido el Gordo nueve veces cada uno. En sentido contrario, el 3 es la terminación menos afortunada en este sorteo, con sólo tres primeros premios. Le siguen el 4 y el 8, con cuatro premios cada uno. Probabilidad, estadística, instinto… Hagan sus apuestas. La suerte está echada.