La obra de Viera y Clavijo se introduce por tantos terrenos de la investigación y el conocimiento que intentar abarcar todas estas facetas puede ser un reto para el neófito. La exposición Bajo el signo de la Ilustración que la Casa-Museo Pérez Galdós acoge desde el pasado 20 de febrero y hasta el próximo 28 de abril, dentro de los actos del bicentenario de su fallecimiento, es una buena excusa para indagar, dentro del contexto histórico en el que el ilustrado vivió, sobre una de las figuras más relevantes de la historia del Archipiélago, que divulgó muchos conocimientos que por entonces provenían de Europa.

Dicha muestra, que ha sido comisariada por Victoria Galván, Yolanda Arencibia y Juan José Laforet, ofrece también una perspectiva general de la trayectoria vital del polígrafo, así como de su vinculación con el movimiento de la Ilustración en el contexto cultural de Canarias en aquel tiempo. Bajo esta premisa, el espectador se encuentra con una serie de vitrinas con una secuencia cronológica en las que se mezclan manuscritos autógrafos, con primeras ediciones de libros, cartas y sermones.

La exposición ofrece una muestra representativa de sus obras de acuerdo a sus tres etapas biográficas. La primera (1757-1770) se corresponde con sus primeros años en Tenerife, centrada en sus años laguneros y poniendo de relieve su pertenencia a la tertulia de Nava, como foco dinamizador de nuevos modos de entender la cultura, en las primeras obras y en su faceta como autor de sermones que promovieron un cambio en la oratoria sagrada. La segunda (1770-1783) recoge obras realizadas durante su estancia en Madrid, en donde estuvo entregado a una intensa producción más personal y a aquella que deriva de sus funciones en la casa del Marqués de Santa Cruz, que supuso la afirmación de su creencia en los efectos benéficos de la Ilustración. Fueron sustanciales al efecto los viajes por Europa con París como epicentro de la Ilustración. Y la tercera se centra en los últimos años en Las Palmas de Gran Canaria (1784-1813) en los que abordó proyectos vinculados a su condición de eclesiástico en la Catedral y como miembro y director de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria.

Estas tres etapas de la biografía de Viera están relacionadas en tres paneles, junto con otros dos que exaltan su figura como representante destacado de la Ilustración y el contexto cultural de Gran Canaria en los últimos años del siglo XVIII. Lo que el visitante contempla, por tanto, es una muestra básicamente documental, integrada por obras en su mayoría manuscritas e impresas, junto a primeras ediciones de los archivos de El Museo Canario y de la Catedral Basílica de Santa Ana y donde adquiere especial protagonismo los documentos recientemente adquiridos por el Cabildo de Gran Canaria, situados estratégicamente en posición frontal a la entrada, bajo el título de la muestra, dada la relevancia que adquiere en la exposición.

Todo este patrimonio intelectual aparece dividido en doce vitrinas. Entrando a la derecha el visitante podrá encontrar las tres primeras en las que se recogen documentos de su etapa en Tenerife en la tertulia de Nava, su estancia en Madrid, y sus viajes por Europa con textos relacionados con su actividad en la Corte como El elogio de Felipe V o uno de sus diarios de viaje por Europa. En esta parte también se encuentran obras de carácter técnico o científico como Cartas filosóficas sobre la aurora boreal o Tratado de las fumigaciones, además de sus primeras investigaciones y sus sermones.

Periódico

En las dos vitrinas situadas a la derecha de la que ocupa la posición central, se encuentran documentos relativos a la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria, con impresos de Viera como el Librito de la doctrina rural, documentos de la Económica en relación con sus funciones como director de la misma o El correo político y militar de la ciudad de Córdoba, considerado como el primer periódico que se imprimió en las Islas, además de un reimpreso grancanario de 1809. Ambos expositores se encuentran justo al lado de la primera imprenta que tuvo la isla por mediación del propio Viera para resaltar su trascendencia en la promoción de la cultura y el progreso en Gran Canaria, ya que a través de ella Viera publicó libros de la exposición como el citado Librito de la doctrina rural relacionado con las acciones reformistas y divulgativas de la sociedad.

El itinerario de la exposición lleva al visitante a encontrarse con la obra más relevante de Viera, Noticias de la historia general de las Islas Canarias que contiene la descripción geográfica de todas las islas y nos da una idea del origen, carácter, uso y costumbres de sus antiguos habitantes, de los descubrimientos que los europeos hicieron del Archipiélago, de su gobierno eclesiástico, político y militar, además del establecimiento y sucesión de la primera nobleza, los varones ilustres, las fábricas, las producciones naturales y el comercio.

A ésta, le sigue otro espacio de la muestra, que emerge en el centro de la sala, y recoge las últimas adquisiciones del Cabildo sobre el legado del polígrafo. Se trata de un cuaderno con dos textos autógrafos originados en donde hay tres obras fundamentales. La primera, el poema Los Vasconautas, que tiene su origen en la tertulia de Nava. Así, un suceso histórico intrascendente, compartido por todos los miembros de la misma como es la partida desde Tenerife a la isla de Gran Canaria del Fiscal de la Real Audiencia, Julián de San Cristóbal y su esposa a bordo de la nave de Vázquez. Numerosas son las referencias a las actividades de la tertulia y a hechos locales: San Cristóbal se dirige a San Miguel para que impida la marcha del matrimonio; la hostilidad de Tenerife mueve a la ciudad de Las Palmas a quejarse a San Pedro Mártir; la discordia hace que la imagen de San Cristóbal en la Catedral sude. Destaca un sueño en el que Vázquez es trasladado por Doramas al Averno, en donde contemplará la montaña del mismo nombre y los Campos Elíseos.

La segunda, Elogio del Barón de Pun, se trata de un discurso crítico, del que no está ausente la comicidad, que bajo la ficción del personaje del Barón de Pun, ideado a partir de un molinero del trapiche de la Quinta de Daute, donde la tertulia pasaba temporadas fuera de La Laguna. El elogio se concentra en las necesidades de reforma y en los beneficios de las luces. Se abordan las ventajas de expandir las nuevas corrientes del pensamiento a partir de las obras del Barón, álter ego de la tertulia. Se ofrece un recorrido por las producciones de la tertulia y las dificultades para mantener las posturas innovadoras.

El tercero, Prólogo al discurso del método de tratar las materias teológicas, tiene que ver con los intereses de José de Viera y Clavij por las materias teológicas, dada su condición sacerdotal y el deseo de introducir obras que aportaran cambios en el ámbito religioso.

Las dos siguientes escalas en el recorrido del proyecto expositivo Bajo el signo de la Ilustración, se centran en la historia natural. Son las más espectaculares ya que muestran parte del gabinete natural de Viera con sus restos fósiles y el manuscrito de la Historia Natural pertenecientes a la Catedral.

Enfrente, el visitante encontrará una vitrina, bajo el Cristo de Luján Pérez, con documentos eclesiásticos de Viera, las actas capitulares, El Hieroteo y la primera obra impresa en Gran Canaria, una novena en la que se busca resaltar la actividad de Viera como eclesiástico. Las tres últimas vitrinas incorporan muestras de su obra poética, tanto originales, imitaciones como traducciones y otros documentos. Se incluyen aquí borradores de cartas del autor en la que aparecen poemas y adaptaciones, además de traducciones de autores franceses como Racine o Voltaire.

Para dar una imagen ajustada de la trayectoria y la biografía del ilustrado canario, la exposición incorpora objetos, cuadros pertenecientes a la colección de la Casa de Colón de pintores que coincidieron con Viera, y lo que se conserva en el presente de su gabinete de historia natural, en la catedral.

Con todo ello, la exposición permite al visitante profundizar en la vida y la obra de uno de los clásicos canarios más prolíficos, cuyo legado quiere aquí homenajearse. La huella de Viera revela su firme creencia en las posibilidades y en los efectos positivos del ejercicio de la razón, la crítica y la comunicación de los saberes, ejes sobre los que se vertebró la Ilustración que de modo certero representó. Hay que destacar también los cuadros de los obispos, Cervera, Martínez de la Plaza y Verdugo. Los dos últimos coinciden cronológicamente con la estancia de Viera aquí. Y también un retrato de Carlos III de Juan de Miranda.