Uno de cada 25 canarios, cerca de 81.800 habitantes de las Islas, se ha contagiado de la Covid-19 desde que comenzó la crisis sanitaria. Una cifra que está muy por encima de los 23.716 casos diagnosticados por la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias. Así lo desvela los resultados preliminares del macroestudio Enecovid del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) presentado ayer partir de los test rápidos de anticuerpos. Solo el 3,8% de los isleños ha tenido contacto con el coronavirus, por lo que Canarias se confirma como la comunidad autónoma en la que menos población está inmunizada frente al agente patógeno. De esta forma, el Archipiélago sigue lejos de la inmunidad de rebaño que requeriría de al menos un 60% de contacto con el virus.

Por provincias, en Las Palmas el 4,1% de los residentes se han infectado con el SARS-CoV-2, frente al 3,5% de los vecinos de Santa Cruz. Sin embargo, cuando se realizó la tercera ronda del estudio –entre el 8 y el 22 de junio– el porcentaje de contagiados en la provincia oriental (2,4%) era algo más elevado que el de la provincia occidental (2,2%). Esto se debe a que al inicio de la segunda ola pandémica –registrada con la llegada del mes de agosto– el coronavirus castigó especialmente a la población de Gran Canaria.

El estudio del ISCIII determina que en el Archipiélago se han contagiado más hombres que mujeres. El 3,9% de los varones se ha infectado con la Covid-19, mientras que solo el 3,7% de las féminas ha dado positivo. Según el informe de ámbito nacional, unos 41.600 hombres y unas 40.200 mujeres han contraído la enfermedad en Canarias. Sin embargo, de los datos notificados por la Consejería de Sanidad regional se desprende que ha habido más mujeres afectadas por el virus. En concreto, se ha registrado la infección de 12.004 féminas, frente a la de 11.712 varones.

Madrid llega al 18,6%

A nivel nacional, uno de cada diez españoles, alrededor de 4,7 millones de ciudadanos, se ha contagiado de coronavirus en los once meses que llevamos de pandemia, tres millones más de los que contabiliza como diagnosticados el Ministerio de Sanidad, que los eleva a algo más de 1,7 millones. La mitad de los habitantes se infectaron en la primera ola, según arrojaban las cifras de las tres primeras rondas que culminaron en julio y que elevaron la tasa de seroprevalencia al 5,2%.

Mientras, la otra mitad se ha contagiado en la segunda ola epidémica, destacó la directora del ISCIII, Raquel Yotti, en una rueda de prensa conjunta con la directora del Centro Nacional de Epidemiología, Marina Pollán, y el secretario general de Salud Digital, Información e Innovación del SNS, Alfredo González.

Como en las rondas anteriores, el estudio vuelve a mostrar grandes diferencias geográficas y es el centro peninsular el que sigue aglutinando un 15% o más de las infecciones, con Madrid, Cuenca y Soria a la cabeza, que superan el 18%, mientras en otras zonas no se alcanza el 5%, como Canarias, Lugo, Pontevedra y A Coruña, Valencia y Córdoba y Huelva.

Pese a que los test rápidos facilitan la participación, lo cierto es que ha descendido a 51.409 las personas que han aceptado colaborar en esta cuarta ronda, realizada entre el 14 y el 29 de noviembre. En esta quincena, la tasa de seroprevalencia asciende al 7,7%; si se resta a la global (desde el inicio de la pandemia), que es del 9,9%, se desprende que un 2,8% de los españoles ha perdido o reducido su nivel de anticuerpos IgG, si bien hay que aguardar los resultados consolidados.

Cuarta ronda del estudio de seroprevalencia

Sanitarios contagiados

Según Yotti, se trata de “una primera comunicación”, pero es “útil con fines de salud pública” y además presenta una “buena concordancia” con los resultados de las pruebas Elisa (prueba para detectar anticuerpos en sangre). La responsable del ISCIII ha querido dejar claro que “los test rápidos tienen una precisión menor que los de laboratorio; por eso se desaconseja su uso para diagnóstico. Son útiles para hacer estadísticas, pero no para tomar decisiones a nivel individual”.

Ninguno permite determinar si una persona tiene o no una infección activa, sino solo “si en un momento dado se ha pasado una infección”: “Ninguna persona debería tomar decisiones con este tipo de test para evitar la propagación del virus”, ha advertido Yotti.

El fenómeno contrario, el de las personas que resultaron seronegativas en la primera fase del estudio y que ahora tienen anticuerpos IgG detectables (tasa de seroconversión), representa un 3,8%, cuando en las anteriores era del 0,7-0,9%. La proporción de personas con anticuerpos IgG es mayor en residentes de grandes ciudades de más de 100.000 habitantes, de un 8,3% actualmente y de un 11,6% en el global del estudio.

Mientras que el porcentaje de asintomáticos con anticuerpos IgG es del 3,3%, cuando en las oleadas anteriores se mantuvo entre un 2,5% y un 2,8%; los contagiados sin síntomas suponen el 30% del total de positivos.

Otra de sus conclusiones es que en las personas con síntomas compatibles con Covid-19, la prevalencia aumenta con el número de síntomas y es particularmente alta en las que refieren anosmia (43%), similar a lo encontrado en la primera fase; finalmente, se han detectado anticuerpos IgG en un 3,3% de los participantes que no han referido síntomas en ninguna de las rondas.

La prevalencia de estos anticuerpos en las personas que en algún momento han sido convivientes de un contagiado se dispara al 31% frente a los casos en los que el positivo no es conviviente, que se reduce al 13%.

Los trabajadores que más se han infectado de coronavirus en España son los sanitarios (16,8%) y las mujeres que cuidan a personas dependientes en el domicilio (16,3%); Pollán ha destacado la alta prevalencia global acumulada en estos colectivos, a los que le siguen las limpiadoras, con casi el 14%, y aquellas que trabajan en establecimientos sociosanitarios, con un 13%.