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Un viaje educativo a un mundo de tolerancia en Polonia

Diez alumnas del Cape Casco-Telde viajan a Polonia dentro de un programa de movilidad educativa

Las alumnas del CEPA Telde-Casco que participaron en el viaje junto al personal docente LP / DLP

De cuando un viaje educativo abre las puertas a un mundo de tolerancia. «Ha sido el regalo más grande que me han dado. La vida en sí, lo que hemos compartido y el país que hemos visitado para mí ha sido una sorpresa muy grata», así resume Paqui Velázquez, estudiante del Centro de Educación de Personas Adultas (Cepa) Casco-Telde, el viaje de una semana a Polonia que realizaron diez alumnas de diferentes tramos educativos del citado centro. Entre las participantes, de entre 20 y 45 años, había alguna que salía por primera vez fuera de la isla. «En la selección de las estudiantes tuvimos en cuenta que fuesen estudiantes con un nivel competencia similar priorizando a las que menos recursos tenían y a los que no cuentan con posibilidades de viajar fuera de las islas. Era una oportunidad de abrirles una puerta al mundo», explica Juan Andrés Godoy, coordinador Erasmus+ y jefe de estudios del centro.

Tras tres vuelos de ida para llegar desde Gran Canaria hasta Polonia los participantes en este viaje educativo sufrieron la pérdida de su equipaje. Un contratiempo que supieron tomarse con humor y que no frenó sus ansias de aprender y de intercambiar conocimientos, vivencias y sentimientos con los estudiantes polacos. Durante seis días, desde el 20 al 26 de febrero, visitaron la ciudad de Płock y la capital polaca, Varsovia.

Imagen junto a los alumnos polacos LP / DLP

En ese itinerario acudieron a los centros educativos de TEB Edukacja Płock, Mazowiecka Uczelnia Publiczna, nazwie Busola, Centro Ed.Akademickie Liceum Ogólnokstalcace. 

«Al principio iba con algo de miedo por la barrera del idioma. Una vez allí te das cuenta de que no es ninguna barrera cuando se trata de sentimientos y de entendernos. Como se dice solo basta con una mirada, esta te habla y comunica y los gestos también. El proyecto ha sido increíble», añade Paloma Monzón. 

Recuerdos

Un viaje casi catártico que semanas después de su regreso sigue marcado a fuego en la memoria de las estudiantes. No paran de rememorar los gestos que recibieron al llegar, la emoción de aprender las primeras palabras en polaco como dziękuję Ci (gracias en español) o dzień dobry (buenos días), la belleza de las calles y edificios de Varsovia o la resiliencia inerte en el pueblo polaco. 

«Me llamó la atención la forma en la que renacen. Después de tanto tiempo de guerras e invasiones que han sufrido ver cómo en 72 años han reconstruido todo es impresionante. Me asombró la fuerza de voluntad que tienen. El primer día que llegamos al centro me impactó una frase que me dijeron que los polacos nacen preparados. A medida que pasaban los días, nos contaban su historia y la veíamos. Realmente ves el poder que tiene ese país para resurgir, como el ave fénix, de sus cenizas. A mí me llamó muchísimo la atención. Ahora tengo un estándar donde poder mirarme si en algún momento estoy baja de moral, si ellos pudieron, si un país entero puede salir adelante pasando lo que han pasado, yo puedo», explica Adelina Santana mientras el resto de alumnas asienten.

El objetivo del proyecto Erasmus+ KA122 ADU de corta duración, que está encaminado a la movilidad de estudiantes y docentes de educación de personas adultas en entornos europeos, es conocer diferentes entornos de estudio y trabajo, reforzar el nivel competencial significativamente e identificando y promoviendo el cambio a través de pequeños gestos. Acciones necesarias para consolidar sus destrezas, autonomía, habilidades digitales y su empleabilidad en eco-entornos.

Durante una de las dinámicas que realizaron LP / DLP

«Para mí ha supuesto quitarme el miedo de un país extranjero y del idioma, no creía que tuviese tanta capacidad, por la diferencia de idioma me daba miedo tirar para otro país. Me he dado cuenta de que no, al final todos tenemos los mismos pensamientos y sentimientos y si no es por una palabra puede ser por un gesto o por otra forma de comunicarte. Aprendí que los polacos son gente muy amable y cálida, me los esperaba más fríos», apunta Velázquez.

Intercambio

El proyecto europeo, que nació con el fin de extrapolar lo trabajado en el entorno insular y local de la ciudad de Telde a ámbitos continentales y europeos, ha conseguido insuflar un torrente de emociones a las participantes y una motivación extra para seguir formándose, aprendiendo y compartiendo sus vivencias. En resumen, se han abierto al conocimiento, la tolerancia y la solidaridad. «Habiendo vivido la experiencia esta ahora en el día a día, los problemas que afrontamos no lo son tanto. Realmente te das cuenta de que te preocupas por los medios día habiendo días enteros. Para mí sinceramente, a parte de ser una experiencia de las más emotivas, lo que me da es el valor de relativizar los problemas, si no se pueden solucionar ya se solucionarán», apunta Monzón.  

Seis días de viaje que les han servido para darse cuenta de la importancia de conocer otras culturas y formas de ver la vida. «Con viajar y conocer la historia te dan ganas de estudiar, de aprender, entender y coger conciencia de lo que lees. Te hace querer seguir estudiando», sentencia la benjamina del grupo Nadia Albousidi.

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