La Luna claudica ante el fulgor de las Perseidas

El apogeo de la tradicional lluvia de estrellas del verano se vivirá durante la noche del 13 al 14 de agosto coincidiendo con la luna nueva

Con la oscuridad de la luna decreciente se podrá observar hasta un meteoro por minuto

La lluvia de estrellas de las Perseidas vista desde el Observatorio del Teide.

La lluvia de estrellas de las Perseidas vista desde el Observatorio del Teide. / M. R Alarcón | D. Padrón

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Tras dos años escondidas detrás de una inmensa luna llena, la lluvia de estrellas de las Perseidas regresa este verano con más intensidad que nunca dispuesta a iluminar con sus haces de luz esmeralda el cielo nocturno. Sus bólidos atravesarán los cielos a más de 70 kilómetros por segundo y se espera que cada hora se puedan observar entre 60 y 70 de estas Lágrimas de San Lorenzo.

Este año la Luna claudicará ante el verde fulgor de la lluvia de estrellas más famosa del verano: las Perseidas. En el momento del máximo apogeo de este festival astronómico, el satélite terrestre se retirará hasta casi desaparecer, lo que permitirá observar al menos una estrella fugaz por minuto, hasta 60 o 70 cada hora en su día de mayor intensidad: la noche del 13 al 14 de agosto. 

Cada año, entre julio y agosto, tienen lugar las Perseidas, el evento astronómico de referencia del verano. Un espectáculo que siguen fielmente cientos de canarios que peregrinan hacia las cumbres en busca de los cielos más limpios y oscuros para disfrutar del disfrutar del cielo estrellado y de las pequeñas pinceladas de brillo esmeralda que dejan a su paso pequeñas partículas de polvo y roca que antaño formaban parte del gran cometa Swift-Tuttle. 

Es una de las lluvias de estrellas más antigua. El cometa que lo provoca fue descubierto en 1862, sin embargo, es probable que lleve mucho más tiempo asombrando a las civilizaciones que han poblado la Tierra. No en vano ya era conocida por la tradición cristiana, que bautizó este fenómeno astronómico como Lágrimas de San Lorenzo.

Lo hicieron en honor al diácono y mártir San Lorenzo que sufrió un auténtico calvario el 10 de agosto del año 258. En esa fecha fue quemado vivo en una hoguera en Roma. Una muerte lenta, en una parrilla, a manos de sus captores, los romanos. La leyenda dice, incluso, que San Lorenzo llego a mencionar mientras se quemaba en la hoguera: "Ya estoy asado por un lado. Ahora que me vuelvan hacia el otro lado para quedar asado por completo". Su sacrificio y las lágrimas que derramó entonces se comparó ya con las estrellas que caían entristecidas en el cielo nocturno.

Las Perseidas aparecen cuando la Tierra atraviesa la nube de polvo y rocas que del que se desprende el cometa cada vez que se acerca al Sol. Su trayectoria alrededor del Astro Rey es muy elíptica. "Puede estar tan cerca como la Tierra del Sol y más allá de la órbita de Plutón", explica Miquel Serra, investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y coordinador del proyecto Interreg Energy Efficiency Laboratories (EELabs). Durante su perihelio puede estar a menos de 150 millones de kilómetros del Sol (1 unidad astronómica) y en su afelio puede encontrarse a 7.500 millones de kilómetros de la estrella (52 unidades astronómicas). Plutón se encuentra a 39 unidades astronómicas del Sol.

Estrellas y olimpiadas

Debido a esa órbita tan elíptica, el cometa tarda 133 días en dar la vuelta alrededor del Sol. La última vez que lo hizo fue el 11 de diciembre de 1992. "En las últimas olimpiadas en España", recuerda Serra. La de 1992 fue la última vez en la que el asteroide dejó una nube de desechos en su órbita. Una nube "que se expande alrededor de su órbita" y que cada año es atravesada por La Tierra. La próxima vez que se desprenda de parte de su composición será en julio de 2126. 

Sin embargo, el cúmulo de gas y partículas que estamos atravesando no es el que dejó el meteorito hace apenas 30 años. "Hay hasta 300 nubes alrededor de toda la órbita del Swift-Tuttle y puede que la que estemos atravesando sea la que dejó en el 1.600", explica Serra. Quien observa el fulgor de esas partículas de gas quemándose a gran velocidad por el choque contra la atmósfera de la Tierra cada verano se convierte así en un viajero en el tiempo. 

El cometa tarda 133 días en dar la vuelta alrededor del Sol

El reguero de bonitas estrellas fugaces que deja a su paso el Swift-Tuttle esconde una inquietante realidad. Y es que este cometa es el mayor objeto estelar con una órbita cercana a la Tierra. Con 26 kilómetros de diámetro –la distancia aproximada que separa en Tenerife el municipio de San Juan de la Rambla del de Tacoronte– esta inmensa roca estelar tiene un potencial devastador para la Tierra. No en vano es el doble de grande que el que acabó con los dinosaurios. 

Sin embargo, es difícil que lo haga. "Lo tenemos muy bien vigilado y conocemos su órbita", relata Serra, que admite que, no obstante, hay que hacerle un seguimiento porque una "pequeña perturbación" en su órbita podría generar que "en un par de vueltas coincida con la terrestre". Algunos estudios han llegado a asegurar que la órbita del cometa podría llegar a impactar con la Tierra o la Luna, pero de suceder, no lo haría bien entrado el año 4000. 

En directo

La lluvia de estrellas ya empieza a dejar pequeños retazos de polvo en combustión entrando en la atmósfera, pero será la noche del domingo 13 al lunes 14 de agosto cuando se vean con más precisión. Ese fin de semana el canal Sky-Live.tv se desplazará hasta Estremadura para retransmitir la lluvia el 12 de agosto 21:50 UT ( 22:50 horas en Canarias), desde el Centro Internacional de Innovación Deportiva en el Medio Natural "el anillo". Este evento, que podrá verse a través del canal de YouTube y las redes sociales de sky-live.tv se engloba dentro de las actividades de divulgación del proyecto EELabs). 

Para hacerlo posible, se cuenta con el apoyo del Instituto de Astrofísica de Canarias, la Junta de Extremadura a través del proyecto Extremadura Buenas Noches, el Programa de Promoción de Astroturismo de SODEPAL y el área de Turismo del Cabildo de La Palma, de los telescopios MAGIC y de CTAO (Cherenkov Telescope Array Observatory)

Se recomienda mirar al cielo y observar hacia la constelación de la Osa Mayor

Para aquellos que prefieran verlo en directo, se recomienda acudir a una zona oscura y limpia, llevarse mantas y buscar un lugar cómodo en el que poder tumbarse para observar el cenit. "Lo ideal es mirar hacia la constelación de El Carro o la Osa Mayor, pues se encuentran a la suficiente distancia de la constelación de Perseo para poder ver bien las estrellas fugaces", explica Serra. Y es que esta lluvia de estrellas toma precisamente el nombre de esta última constelación situada al norte, de la que parecen emerger en las noches de verano. 

El investigador recuerda, asimismo, que en esta lluvia de estrellas los meteoros viajan a gran velocidad. "Puedes discurrir por el cielo hasta a 70 kilómetros por segundo, así que es fácil que se llegue a ver como un simple destello", relata Serra. Otras lluvias de estrellas, como las Gemínidas, que suceden en diciembre, suelen ser mucho más pausadas –viajan a unos 40 kilómetros por segundo– por lo que suelen ser un espectáculo más espectacular incluso que las Perseidas.

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