La ULPGC se suma a la lucha científica en España contra el déficit de agua

El IUMA se integra en la red internacional de investigación sobre vehículos autónomos e inteligencia artificial para la monitorización de los recursos hídricos

Investigadores del IUMA-ULPGC con uno de los drones que fabrican ellos mismos.

Investigadores del IUMA-ULPGC con uno de los drones que fabrican ellos mismos. / La Provincia

María Jesús Hernández

María Jesús Hernández

La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, a través del Instituto Universitario de Microelectrónica Aplicada (IUMA), se suma a la lucha científica contra el déficit de agua en España con su incorporación a la Red de Investigación sobre Vehículos Autónomos e Inteligencia Artificial para la Monitorización de Recursos Hídricos (Reinforced), una iniciativa que aglutina a nueve universidades españolas y dos extranjeras, así como a varias empresas y fundaciones para desarrollar tecnología que permita monitorizar grandes flujos de agua haciendo uso de la robótica y la inteligencia artificial. «La red surge como respuesta a un problema grave, el del estrés hídrico -escasez, merma de la calidad del agua, sequías-, en Europa y, en particular, en España. Se estima que en el año 2050 en torno al 17% de la población europea tendrá este tipo de problemas con los recursos hídricos, y dentro de Europa, España y Grecia son los países que están a la cabeza», indicó el investigador del IUMA José Francisco López Feliciano, coordinador de los trabajos en la ULPGC para Reinforced.

Forman parte de esta Red multidisciplinar las Universidades de Sevilla, Loyola Andalucía, Huelva, Málaga, la Pontificia de Comillas, Cádiz, Córdoba y Burgos, así como la Universidad Nacional de Asunción Fiuna y la Universidad de Asunción, ambas en Paraguay. Completan el grupo seis empresas y una fundación de investigación. El IUMA forma parte del nodo número 12 del proyecto, aportando plataformas aéreas autónomas desarrolladas en sus laboratorios y sensores embarcados en las mismas -principalmente térmicos, multiespectrales e hiperespectrales-, destinados a la monitorización de los recursos hídricos.

Años de experiencia

Su integración en la red obedece al trabajo que vienen realizando los investigadores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria desde hace muchos años con el desarrollo de tecnologías punteras para la observación, robótica aérea y sensores, fundamentalmente, en el marco de proyectos nacionales e internacionales -Enable, Apogeo, Talent, Perseo y Ptolomeo-. «Necesitamos monitorizar todas esas áreas extensas de agua, y una forma es mediante robótica aérea, por ejemplo, mediante drones que es la tecnología con la que principalmente nosotros contribuimos a la red, y con los sensores que van incluidos en esos drones. Otros socios aportan vehículos autónomos marinos también, de forma que unos grupos trabajan con robótica marina y otros, como es nuestro caso, con robótica aérea y con sensores».

En concreto, la ULPGC contribuirá, a través de los investigadores José Francisco López Feliciano, Ámbar Pérez García, Emma Hernández Suárez y Adrián Rodríguez Molina, adscritos a la División de Diseño de Sistemas Integrados del IUMA, al desarrollo de sensores, gestión de datos e inteligencia artificial, así como a la monitorización y gestión del agua.

José Francisco López Feliciano, durante una presentación en el Consejo Económico y Social de Canarias en junio de este año, en calidad de vicepresidente del CAAC (Clúster Aeronáutico y Aeroespacial de Canarias

José Francisco López Feliciano, durante una presentación en el Consejo Económico y Social de Canarias en junio de este año, en calidad de vicepresidente del CAAC (Clúster Aeronáutico y Aeroespacial de Canarias

El principal campo de experiencia de la división de Diseño de Sistemas Integrados (DSI) consiste en la realización de sistemas electrónicos integrados de alto rendimiento. La actividad del grupo combina conocimientos de procesamiento de señal con su realización en sistemas electrónicos de altas prestaciones y alta integración, conocidos como sistemas en chip (SoC). Durante los últimos años, han participado en diferentes iniciativas nacionales y europeas relacionadas con la implementación de procesadores heterogéneos, sistemas empotrados, y electrónica para el espacio, con especial énfasis en las aplicaciones relacionadas con imágenes multi e hiperespectrales.

«Desde el año 2010 hemos estado trabajando en el desarrollo de sensores que dan soluciones a muchos problemas que hay, tanto en el ámbito de la salud, como en la naturaleza. Entre ellos figuran sensores para soluciones agrícolas, que es lo que se llama la agricultura de precisión y desde hace unos años, también desarrollamos sensores para temas medioambientales que instalamos en los drones que fabricamos nosotros mismos, tecnología de bajo coste adaptada a las necesidades de su uso, con los que podemos hacer lo que queramos, automatizarlos, que vuelen de una determinada forma, etc.».

La alianza científica está integrada por once universidades, nueve españolas y dos extranjeras, seis empresas y una fundación

Entre las acciones llevadas a cabo por el grupo de investigación de la División de Diseño de Sistemas Integrados del IUMA, destaca el desarrollo de drones y sensórica para la detección y monitorización de problemas medioambientales, como la contaminación en el mar. En este caso, se trata del proyecto Perseo, en el que trabajan junto con el ITER -Instituto de tecnología y Energías Renovables- en Tenerife; con la Plataforma Oceánica de Canarias Plocan, y la empresa Elittoral, desde el 1 de enero del presente año. El objetivo es el desarrollo de un dron, alimentado con energía solar para elevar su autonomía y dotado con sensores para monitorizar la contaminación marina. «Con todos los proyectos que hemos realizado en este sentido, vas sumando conocimientos y experiencias que nos sirven para acometer nuevos problemas como el de la gestión de los recursos hídricos».

Datos de alta resolución

En este sentido, Reinforced, financiada e impulsada por la Universidad de Sevilla, surge de la necesidad de contar con tecnologías que permitan monitorizar grandes masas y flujos de agua de forma fiable, considerando el escenario actual en el que la mayoría de las predicciones en relación con el cambio climático alertan de una reducción generalizada de los recursos hídricos. Además, según señala el Libro Verde de la Gobernanza del Agua, editado por el Ministerio de Transición Ecológica, el sector no hace aún un uso avanzado de las tecnologías de la información y la comunicación, que es de vital importancia para generar datos de alta resolución y a tiempo real, mejorar su disponibilidad y abrir esos datos a la ciudadanía.

Las previsiones respecto al estrés hídrico son alarmantes. Según los últimos estudios, en el caso de España, en el 2050, se prevé que el problema del déficit de agua puede llegar a 75% de la población en toda España, y dentro del país, las regiones más afectadas serán Andalucía y Murcia, principalmente. «No obstante, no hace falta esperar al año 2050, ya podemos ver como en el Mar Menor hay más de 4,5 toneladas de peces que han muerto por escasez o problemas de calidad del agua», indicó el investigador del IUMA.

El Instituto IUMA será el encargado de desarrollar la robótica aérea y los sensores para monitorizar áreas extensas de agua

Pero los objetivos de Reinforced no sólo comprenden la investigación y el desarrollo tecnológico, sino que también incluyen acciones de concienciación sobre la importancia de la monitorización de los recursos hídricos y la divulgación y formación sobre este particular.

«La mejor solución a los problemas de los recursos hídricos es la prevención y la concienciación, creo que eso es lo primero; y lo segundo, la tecnología, y en esto estamos trabajando, para detectar y monitorizar este problema y esa detección y monitorización es parte de la solución también. En definitiva, es una combinación entre la prevención y la concienciación por un lado, y la detección y monitorización del problema por otro. Ambas estrategias contribuirán a la solución de las dificultades que ya tenemos, pero que serán mucho más graves dentro de 25 años si no ponemos remedio», concluyó el profesor López Feliciano.