El Insular-Materno logra un récord de 86 trasplantes de riñón en un año

El complejo superó en 2023 la cifra alcanzada en 2021, que se había consolidado como la más alta

Hasta el momento se han realizado 778 intervenciones

El Complejo Hospitalario Universitario Insular-Materno Infantil (Chuimi) realizó en el transcurso del pasado año 86 trasplantes renales, la cifra anual más alta desde que arrancó el programa en 2007. El dato se traduce en un incremento de un 16,1% con respecto al reportado en 2021, cuando 72 personas recibieron un riñón gracias a la solidaridad de los donantes, lo que representó un récord para el centro. El nuevo registro eleva a 778 el total de trasplantes realizados hasta el momento. «Durante la pandemia conseguimos mantener nuestra actividad porque no tuvimos las complicaciones que se produjeron en los hospitales de la Península. Hemos logrado alcanzar cifras muy importantes y vamos a seguir trabajando en la misma línea», manifiesta el doctor Ernesto Fernández, responsable de los equipos de Trasplante Renal.

El desarrollo de la actividad es complejo. Tanto es así, que en su ejecución están implicados diferentes grupos multidisciplinares del Insular y, en ocasiones, de distintos hospitales del Archipiélago. Y es que tanto en el proceso de donación como en el de implantación del órgano participan profesionales de Medicina Intensiva, Urología, Nefrología, Anestesiología, Radiología, Anatomía Patológica, Inmunología, Cirugía y Enfermería. Al listado se suma la intervención de personal no sanitario y del 112. 

Tal y como indica la doctora Rita Guerra, especialista en Nefrología y responsable del área de Trasplantes y de la lista de espera de trasplante renal de la provincia de Las Palmas, el perfil mayoritario de pacientes que son candidatos a someterse a una intervención de estas características lo conforman las personas mayores de 60 años aquejadas de insuficiencia renal, una afección que a menudo es fruto de la nefropatía diabética o de la enfermedad renal poliquística. «La media de edad de los pacientes ha aumentado con el paso del tiempo, y estos presentan cada vez más patologías vasculares y otras comorbilidades», anota la facultativa. 

Ahora bien, ¿qué requisitos se tienen en cuenta a la hora de valorar la compatibilidad entre los donantes y los receptores? Básicamente, el grupo sanguíneo, la edad, el peso, la talla y el tiempo que lleva el paciente en tratamiento de diálisis. También es necesario realizar un estudio genético exhaustivo al donante. «Tenemos un alto porcentaje de pacientes hiperinmunizados, por lo que presentan anticuerpos que dificultan el trasplante. Para este grupo de afectados existe el Plan Nacional de Acceso al Trasplante Renal para Pacientes Hiperinmunizados –Pathi–, que nos permite recibir riñones de otras comunidades y de la provincia de Santa Cruz de Tenerife», detalla la experta. 

Según aseguran los doctores, la duración de la cirugía ronda las dos horas. No obstante, desde que surge un donante potencial hasta que se lleva a cabo el procedimiento quirúrgico puede transcurrir más de un día. «Hay que tener en cuenta que tenemos que coordinarnos con diferentes equipos, estudiar informes, contar con el consentimiento de las familias de los donantes para poder extraer los órganos y valorar los perfiles de todos los pacientes que se encuentran en lista de espera», destaca el doctor Guillermo Pérez, médico adjunto al área de Coordinación de Trasplantes

Aunque la práctica no está exenta de complicaciones, es la mejor opción para favorecer la calidad de vida de los pacientes, pues el trasplante les permite abandonar los tratamientos de hemodiálisis y diálisis peritoneal , lo que evita que tengan que realizar desplazamientos al hospital, o bien, que estén obligados a permanecer conectados a una máquina en sus domicilios. Además, la práctica mejora la supervivencia. «La tasa de mortalidad de los pacientes que se encuentran en diálisis ronda entre el 20 y el 22% al quinto año, mientras que en un paciente trasplantado la cifra oscila entre el 3 y el 5%», señala el doctor Fernández. 

Cabe destacar que el promedio de vida que tiene un riñón que procede de un donante fallecido ronda los 12 años. Sin embargo, si el órgano procede de un donante vivo puede conservar sus funciones hasta 20 años. «El trasplante se puede repetir a lo largo de la vida. De hecho, en el complejo ya hemos hecho tres trasplantes a algunos pacientes», apunta el doctor José Armas, jefe de la sección de Urología y coordinador quirúrgico de los trasplantes renales, que además informa de que siempre se trasplanta un solo riñón. ¿El motivo? Beneficiar a dos personas. «Podemos vivir perfectamente con un riñón. Por esta razón, utilizamos uno para cada receptor», explica el especialista. 

Para los profesionales, el hecho de conseguir aumentar el número de trasplantes de riñón que se realiza cada año representa todo un reto. Por eso, ponen todo su empeño para llegar cada vez a más personas. «Todo esto es posible gracias a la generosidad de los donantes y a sus familias. Solo tenemos palabras de agradecimiento hacia ellos», remarca el equipo. 

Ahora mismo, hay 73 personas a la espera de recibir un riñón en la provincia de Las Palmas. Uno de los objetivos del complejo es que en las listas figuren cada vez más pacientes de las consultas de Enfermedad Renal Crónica Avanzada (ERCA) que aún no hayan empezado a recibir el tratamiento de diálisis. «El año pasado hicimos dos trasplantes anticipados, pero queremos que esta iniciativa se integre a nuestra dinámica de trabajo», apostilla la doctora Guerra. 

La grandeza de la generosidad

«Cuando las familias sufren la muerte de un ser querido y aceptan donar sus órganos, me quedo sin palabras, porque no sé cómo describir la grandeza de este gesto», confiesa Ruperto Vega, coordinador de Enfermería del Chuimi, que también agradece la solidaridad de todos los donantes. «Todavía me sigue impresionando cómo cambia la calidad de vida de los pacientes trasplantados. Lo que más me gusta de este trabajo es estar cerca de ellos y de las familias de los donantes y de los receptores», agrega. Hay que señalar que la edad media de las personas que realizan este gesto altruista ha aumentado con el transcurso del tiempo y se sitúa en 60 años. Hace poco más de dos décadas, la mitad de las donaciones provenía de las víctimas de accidentes de tráfico, que fallecían con unos 36 años de media. En la actualidad, los accidentes cerebrovasculares representan el 50% de las donaciones y los accidentes de tráfico menos del 5%. | Y. M. 

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