La trayectoria hacia el Cantábrico de los pélets rebaja el riesgo en Canarias

Investigadores de Ecoaqua-ULPGC observan que, a tenor de los últimos datos, el vertido se aleja de la influencia de las corrientes que lo transportaría a las islas

Los investigadores Borja Aguiar  y Francisco José Machín en la sede de la Facultad de Ciencias del Mar de la ULPGC.

Los investigadores Borja Aguiar y Francisco José Machín en la sede de la Facultad de Ciencias del Mar de la ULPGC. / LP/DLP

María Jesús Hernández

María Jesús Hernández

El riesgo de que el vertido de los pélets en Galicia acabe alcanzando las costas de Canarias es cada vez menor, a raíz de los últimos datos sobre su trayectoria hacia la costa norte de España. «Todo parece indicar que los pélets están yendo hacia el Cantábrico, con lo cual se quedarían fuera de la influencia de las corrientes que podrían traerlos a Canarias, de forma que incluso hay que empezar a valorar la posibilidad de que nunca lleguen a las islas», han indicado Borja Aguiar González y Francisco José Machín Jiménez, investigadores del grupo de Oceanografía Física y Geofísica Aplicada (Ofyga) del Instituto de Investigación en Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos (Ecoaqua) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).

Ambos especialistas en Física Aplicada hicieron una primera estimación en el mes de diciembre, poco después del vertido en las costas gallegas, y calculando la distancia con la velocidad hacia el sur que habitualmente tiene la corriente en la zona, concluyeron que los pélets tardarían en llegar a Canarias en torno a 400 días. «Más tarde, cuando ya se empezó a hacer simulaciones, vimos que las partículas en realidad se van hacia el norte, con lo cual ya empezamos a hablar de que iban a tardar más de esos 400 días iniciales, de hecho, aunque parece que se están quedando buena parte de los pélets en el océano, todo parece indicar que si se meten en el Cantábrico es posible que nunca lleguen a Canarias y, de llegar, lo harían dentro de algo más de un año y ya mezclados con el resto de las basuras de todo tipo, que regularmente llegan a las islas, como la que se ha visto estos días en Bajamar en Tenerife, o en Lanzarote».

Los investigadores de la ULPGC confirman que Canarias es un territorio sensible a la llegada de basura marina por su condición de islas oceánicas, tal y como se ha podido comprobar a través de numerosos estudios. Entre ellos, destaca el trabajo publicado por el grupo de Oceanografía Física y Geofísica Aplicada de Ecoaqua, en el que muestran la conexión oceanográfica que existe entre el territorio de la Macaronesia -Canarias, Azores y Madeira-, y la costa Este de Estados Unidos y Canadá, al detectar en las costas canarias etiquetas que se usan en las pesquerías de langosta, muy populares allí. «Presuntamente de forma accidental, etiquetas con las que ellos identifican las nasas de langosta caen al mar, flotan y llegan hasta nosotros».

La gran mayoría de la basura marina que llega a litoral se genera en otros lugares ajenos al archipiélago

Se trata de etiquetas de plástico cuya particularidad es que tienen un código que permite saber cuando y desde donde se soltaron, y así los científicos han podido establecemos ese vínculo entre Azores y Canarias y la costa Este de Estados Unidos y Canadá. «Esto es un ejemplo de que, al estar en un ambiente oceánico, nos puede llegar basura marina que se está liberando en cualquier parte del océano, ya sea en la costa de África, en la costa continental europea o en la continental americana, y también los residuos que caen accidentalmente de los barcos».

El profesor Machín matiza que, a pesar del volumen de microplástico y demás basura marina que llega a Canarias, prácticamente la totalidad obedece a residuos que se generan en otros lugares, ajenos a las islas, tal y como se comprobó a través del proyecto Implamac -Evaluación del impacto de microplásticos y contaminantes emergentes en las costas de la Macaronesia-, donde se muestrearon 46 playas y procesaron unas 6.000 muestras.

Los científicos advierten de la necesidad de atajar un gran problema medioambiental, visible en todas las playas

«La mayoría de la basura marina que llega no es de origen canario. En Canarias hacemos una gestión de residuo razonablemente buena, seguramente siempre se puede mejorar, pero no somos grandes productores de residuos de basura marina», e insiste en que, lo que llega se genera en otros lugares, o por contenedores de barcos que caen al mar, como es el caso de los contenedores de pélets.

Para los investigadores de Ecoaqua, la basura marina y, en particular el plástico, es un problema medioambiental de grandes dimensiones que hay que atajar. «La sociedad cada vez es más sensibles a este tipo de problemas. Hace más de 30 años, de niños llegábamos a casa de la playa con la planta de los pies manchados de alquitrán. Entonces la problemática del plástico no estaba tan extendida, sin embargo, hoy día no hay playa en la que no te encuentras siempre un hilito de basura».

Tomar conciencia y establecer protocolos

El vertido de pélets en la costa gallega ha puesto el foco a un problema medioambiental que amenaza la salud de lo océanos. Los investigadores del Instituto Ecoaqua de la ULPGC, Francisco José Machín y Borja Aguiar señalan la importancia de que las administraciones tomen conciencia de la gravedad de la situación y se establezcan protocolos de actuación eficaces. «Podemos compararlo un poco con lo que pasó con el covid, una situación nueva en la que inicialmente nos preguntamos que protocolos habría que seguir. Con el accidente de los pélets pasa lo mismo, no tenemos todavía las respuesta para atajar el problema. Es momento de tomar conciencia de la envergadura de la situación y empezar a plantearse, qué tipo de protocolos son los que harían que pudiésemos minimizar, en el futuro, este tipo de eventos». | M. J. H.

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