Canarias instala 18 sensores en el mar para ‘escuchar’ los seísmos submarinos

El IGN lidera esta acción que se encuadra en un proyecto de investigación para desvelar el origen de la alta sismicidad que se produce entre Tenerife y Gran Canaria

Uno de los 18 dispositivos que han sido distribuidos en las aguas de Gran Canaria, Tenerife y Fuerteventura.

Uno de los 18 dispositivos que han sido distribuidos en las aguas de Gran Canaria, Tenerife y Fuerteventura. / La Provincia

Verónica Pavés

Verónica Pavés

El Instituto Geográfico Nacional (IGN) ha instalado 18 sensores submarinos entre Tenerife, Gran Canaria y Fuerteventura para escuchar los terremotos que ocurren bajo el mar. Esta acción se enmarca en un proyecto de investigación con el que el IGN tratará de desvelar el origen de los seismos que se producen entre Tenerife y Gran Canaria.

En total, en las aguas que separan Tenerife y Gran Canaria se instalarán 13 dispositivos, mientras que entre Fuerteventura y Gran Canaria se instalarán otros 3. Los sensores sísmicos, similares a las estaciones en tierra, permanecerán seis meses recopilando datos. «Las recuperaremos entre junio y julio y esperamos tener algún resultado claro a final de año», explica Itahiza Domínguez, director del IGN y uno de los responsables del proyecto.

Aunque estos medidores son similares a los que el instituto tiene en tierra, los que están siendo instalados en el mar están encapsulados de forma que puedan soportar la presión a 3.000 metros de profundidad. Los sensores captarán las vibraciones del suelo para desentrañar de qué lugar proceden los temblores. «Esto nos ayudará a ubicar mejor la sismicidad, ya que hasta ahora hemos estado localizando estos seismos con las estaciones de tierra», explica Domínguez, que insiste que esto puede conllevar a que se produzcan errores tanto al determinar la profundidad como el epicentro del temblor.

Los sensores necesitan una protección especial para sobrevivir a 3.000 metros de profundidad.

Los sensores necesitan una protección especial para sobrevivir a 3.000 metros de profundidad. / La Provincia

«La toma de datos, además, tiene algunas idiosincrasias propias, debido a que en ella se pueden colar otros sonidos, como el de las ballenas», explica el director del IGN. De ahí que estos datos tengan que disponer de un tratamiento especial.

Con esta información, los investigadores esperan desentrañar uno de los misterios que llevan pesando más tiempo sobre la ciencia isleña: ¿por qué se producen cientos de terremotos al año entre Tenerife y Gran Canaria? Y es que no son pocos los movimientos terrestres que ocurren en la zona, considerada una de las más activas del Archipiélago.

Los investigadores creen que el origen de los terremotos puede ser una falla profunda

Cada año, en la zona se registran entre 200 y 400 terremotos de diferentes magnitudes. Se trata de una sismicidad perenne que ha llegado a provocar algunos de los terremotos más intensos que recuerda la población canaria. Uno de los ejemplos que muestra la fuerza de estos terremotos está en el terremoto de 1989, que se sintió y despertó a muchas personas en Santa Cruz de Tenerife y también en algunos puntos de Gran Canaria.

Como Canarias se encuentra en el centro de la placa tectónica africana, pronto se descartó que estos incesantes movimientos terrestres pudieran estar motivados por el choque de los bordes de dos placas tectónicas. Desde entonces, una de las teorías más recurrentes ha sido que los movimientos los provoca un volcán activo: el bautizado como volcán de Enmedio.

Pero lo cierto es que los investigadores no están tan seguros de ello y, de hecho, no lo consideran lo más probable. Y es que, aunque es cierto que en Canarias «casi toda la sismicidad importante ocurre antes o durante las erupciones volcánicas, en esa zona no es así», como explica Domínguez. No lo es porque la actividad entre las islas capitalinas ocurre cada año y sin que tenga aparejada una actividad volcánica aparente. El volcán de Enmedio, aunque existe, no tiene por qué ser el origen de ello.

Estos dispositivos permanecerán durante seis meses bajo el mar para tomar datos

«Nuestra teoría es que tiene origen tectónico con alguna estructura que se fusiona con la corteza», resalta Domínguez, que no descarta que haya una falla en la zona. «Puede ser superficial o estar muy profunda», insiste el investigador, que recuerda que la corteza sobre la que se asienta Canarias se encuentra a 10 kilómetros de profundidad. «Este estudio nos ayudará a ver qué es lo que hay ahí abajo», explica. Y es que además de registrar los seísmos, este proyecto también quiere realizar una tomografía del subsuelo para entender cómo se distribuye la sismicidad.

El IGN ya está buscando la manera de ampliar este proyecto a todo el Archipiélago. «Nos gustaría entender mejor toda la estructura de Canarias», recalca Domínguez. No en vano, a día de hoy existen dudas sobre cómo se formó el Archipiélago. En concreto, en Canarias prima la teoría de la pluma caliente «Aunque aceptamos la teoría de la pluma caliente, esta hipótesis tiene algunos problemas que conocer mejor la estructura submarina nos puede ayudar a resolver», insiste.

Suscríbete para seguir leyendo