Población estable

Nuevo récord de osos en los Pirineos: "Cada vez saldrán más noticias y habrá más encuentros"

La Generalitat de Cataluña considera que se podría aprovechar la consolidación para impulsar el turismo de observación respetuosa

41 osos pardos habitan en el Pirineo catalán

Para ver este vídeo suscríbete a La Provincia o inicia sesión si ya eres suscriptor

Suscríbete

¿Ya eres premium? Inicia tu sesión aquí

Departament d'Acció Climàtica

Guillem Costa

Durante el año 2023, nacieron 16 crías de oso pardo en los Pirineos. Es uno de los datos más altos registrados desde que, a finales de los años noventa, empezó la reintroducción de este gran plantígrado en el monte catalán. En total, el grupo de seguimiento transfronterizo del oso en los Pirineos (donde se integran los gobiernos de Andorra, Francia, Cataluña, Aragón, Navarra y el Conselh Generau d'Aran), ha detectado 83 ejemplares de oso, siete más que el año anterior.

El equilibro entre machos y hembras se mantiene y el grupo de osos se acerca cada vez más a una población "madura y estabilizada", en palabras de Marc Vilahur, director general de Polítiques Ambientals. Vilahur, en conversación con este diario, detalla que los osos cada vez ocupan más territorio. Sin embargo, advierte de que no ocuparán todos los Pirineos: "El hábitat adecuado va más allá del Val d'Aran y el Pallars, pero no se llenará de osos toda la cordillera".

Dos crías de oso pardo, en los Pirineos catalanes.

Dos crías de oso pardo, en los Pirineos catalanes. / DEPARTAMENT D'ACCIÓ CLIMÀTICA

Lo que sí se está observando son pequeñas incursiones en zonas hasta la fecha poco exploradas. Destaca el caso de un osos avistado en el Alt Urgell, una comarca bastante más al este de la superficie por la que se suelen mover estos mamíferos. "Se trata de pequeñas incursiones, normalmente de individuos jóvenes", precisa Vilahur.

¿Conexión cantábrica?

Los osos también se han expandido ligeramente hacia el oeste, donde alcanzan la región noreste de Navarra. ¿Es viable la conexión de la población pirenaica con la cantábrica, que habita los montes de Asturias, Castilla y León, Cantabria y Galicia? Aún es pronto para que esto ocurra, pero según los expertos encargados del seguimiento del oso, la población pirenaica tiene todavía margen para crecer.

De media, en los últimos cuatro años, ha incrementado en un 11% aproximadamente. Hoy por hoy, en la vertiente catalana de los Pirineos se calcula que viven una cuarentena de osos que se concentran en el Val d'Aran, los Pallars y la Alta Ribagorça (además de la incursión puntual en el Alt Urgell).

Los daños a la ganadería no han aumentado de forma destacada, pese a que la población de osos crece. En total, en un año, hubo 16 depredaciones, varias de ellas a cabras u ovejas que, por razones meteorológicas, se habían quedado en el monte por la noche.

A partir de las próximas semanas, los osos se mostrarán más activos, aunque este año, la hibernación ha sido más corta de lo que es habitual y ya llevan semanas dejándose ver de forma puntual.

Más interacciones

Vilahur subraya que los osos, por lo general, muestran una conducta esquiva: "Un oso no suele atacar a los rebaños si no sufre hambre. Puede haber ciertos casos esporádicos de comportamientos problemáticos como el del ejemplar de la Bonaigua. Como cada vez hay más, es probable que veamos más noticias de este tipo, pero son una minoría".

Ejemplar de oso.

Ejemplar de oso. / DEPARTAMENT D'ACCIÓ CLIMÀTICA

Respecto al oso de la Bonaigua, que merodeaba por los alrededores de la carreteras sin mostrar miedo, Vilahur destaca la actitud de la gente. "Nos sorprendió la reacción ciudadana. Aumentó el número de personas que se acercaban a la zona para intentar observar al oso. En aquel momento, no era lo más adecuado, pero significa que había un interés de la sociedad para conocer a la especie y verlo en su hábitat en Cataluña", constata.

Turismo de osos

Según Vilahur, cada vez será más habitual leer acerca de osos porque hay más. Aunque no se lo más frecuente, se pueden dar más interacciones que permitan avistarlos mientras cruzan la carretera o en el bosque. ¿Puede esto generar atracción turística, como ocurre en Asturias, por ejemplo?

El director de Polítiques Ambientals no lo descarta: "Poco a poco, se debe ver al oso como un elemento emblemático de nuestras montañas, lo que permitiría impulsar un turismo naturalístico y de observación respetuosa con el entorno". De momento, se invierte cada año medio millón de euros en prevención para evitar daños y conscienciación ciudadana.

Suscríbete para seguir leyendo