El fuerte hedor que desde hace días salía de los tetrápodos situados junto al monumento a la vela latina en la Avenida Marítima de Las Palmas de Gran Canaria, a la altura de la Biblioteca Pública Nacional, alertó a un ciudadano. Miró a los bloques de hormigón y encontró un cadáver putrefacto. La Policía Nacional se hizo cargo del cuerpo, que se encontraba indocumentado, aunque la principal hipótesis es que se trata de Félix J. S. J., el hombre de 44 años que el pasado 25 de julio presuntamente mató a golpes a su madre y después incendió la vivienda en la que residían en el barrio capitalino de Copherfam.

Del domicilio en el que ambos vivían al lugar del hallazgo apenas hay kilómetro y medio en línea recta, primero por la Cuesta de Mata y después por la calle Bravo Murillo. Ese sería el trayecto que tomó Felix J. S. J. la mañana de aquel jueves, cuando se inició un fuerte incendio en la habitación de Pilar Jiménez del Rosario, de 81 años, en la segunda planta del bloque número 21 de la urbanización. Los vecinos trataron de rescatarla, pero la virulencia de las llamas impidió que pudieran acceder al interior después de conseguir abrir la puerta, que estaba cerrada con llave, a patadas.

Los bomberos se toparon en el interior con el cadáver de la octogenaria, que no pudo salir de la vivienda en la que convivía con su hijo Félix, de 44 años y que padece autismo, un trastorno neurobiológico que reduce su relación con otras personas. Sin embargo, éste no se encontraba en el piso. Tampoco en las inmediaciones. Los vecinos pensaron que estaba fuera, que había salido a caminar como hacía comúnmente de madrugada y que volvería durante la mañana. Pasaban las horas y nada se sabía de Félix, que se convirtió en el principal sospechoso de haber provocado el incendio. El juzgado decretó el secreto de sumario.

Golpes

La autopsia determinó, al día siguiente, que Pilar había sido golpeada antes de que se iniciaran las llamas. Esto hizo que la búsqueda de su vástago se ampliara. La Policía Nacional montó entonces un dispositivo para tratar de dar con su paradero. Los rastreos se realizaron en las cuevas situadas en torno al Castillo de Mata. A principios de esta semana, continuaban las batidas en el barranco de Guiniguada, cercano al barrio de Copherfam.

Mientras tanto, en la Avenida Marítima un fuerte olor se iba generando a la altura de la Biblioteca Nacional, adonde Félix solía acudir a leer y coger prestados libros. El hedor iba creciendo conforme pasaban los días, según señalaban algunos de los usuarios que cada día utilizan este paseo para caminar o hacer deporte. Pocos minutos después de las cuatro de la tarde de ayer, uno de ellos daba aviso a la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria de que entre los tetrápodos había un cadáver putrefacto.

Al lugar se desplazaron agentes de las unidades de Tráfico y de Distrito, que a su vez pusieron el hecho en conocimiento de la Policía Nacional, competente en materia de homicidios. Asimismo, alertaron a los bomberos debido a que los restos humanos se encontraba en una zona de difícil acceso, por lo que apenas eran visibles desde la misma Avenida Marítima de la capital grancanaria.

Los miembros del Grupo de Homicidios y de la Policía Científica de la Jefatura Superior de Policía de Canarias iniciaron una investigación para tratar de identificar el cuerpo, que, según las fuentes consultadas, estaba vestido y llevaba más de una semana en el lugar. Las primeras hipótesis ya apuntaban a que el cadáver podría ser el del presunto parricida, pero las mismas fuentes no quisieron certificarlo por completo debido a su avanzado estado de descomposición, que impedían incluso tomarle huellas, y a que carecía de documentación identificativa. Por ello, la investigación está a la espera de la autopsia y de los análisis de la información biológica para confirmar que se trata de Félix, quien supuestamente se tiraría a los tetrápodos desde unos cinco metros de altura después de acabar con la vida de su madre.

Los trabajos para recuperar el cadáver se alargaron durante más de tres horas. Los bomberos tuvieron que utilizar un camión con escalera para acceder al lugar, además de usar trajes especiales y mascarillas por el hedor. Finalmente, los restos fueron introducidos en una camilla nido e izados hasta el paseo, donde fueron analizados por el forense del Instituto de Medicina Legal de Las Palmas de Gran Canaria, adonde fueron trasladados para que hoy se le realice la autopsia.

Ya los vecinos del bloque situado en el número 21 daban por hecho que Félix no podía sobrevivir por su propia cuenta ya que era completamente dependiente de su madre, quien, según estos, se "desvivió" por que tuviera la mejor educación y los mejores médicos. Además, se tenía que medicar diariamente por su trastorno, por lo que señalaban que si estaba vivo estaría en casa de alguien que le hubiera acogido. Asimismo, mostraron su preocupación durante la pasada semana por la situación en la que se encontraría, después de conocer que supuestamente primero había acabado con la vida de su madre a golpes y después quemó la vivienda.

Sobre las posibles causas del crimen, los mismos residentes apuntaron a que durante el día anterior ambos habían mantenido una discusión porque la progenitora se había negado a pagarle una compra por internet. Pese a lo ocurrido, aseguraron que Félix era una persona tranquila y nada agresiva.