Un empresario canario denuncia un robo que se había inventado

El hombre llegó a llamar desde una cabina a la Guardia Civil para denunciar que estaba viendo a "personas" dentro del local

Imagen de archivo

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La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha condenado a un empresario tinerfeño dueño de una casa de apuestas a pagar una multa de 2.700 euros por ser considerado autor de una simulación de delito y más concretamente por denunciar ante la Guardia Civil un supuesto robo con el fin de esconder un presunto desfalco en las cuentas del negocio.

Sin embargo, el empresario queda absuelto por la Audiencia de la acusación de estafa por la que la Fiscalía solicitaba una pena de 5 años de cárcel y el pago de 92.000 euros.

La sentencia indica que el procesado suscribió a finales de 2016 un contrato con una entidad dedicada a las apuestas deportivas para explotar de forma conjunta un local situado en el sur de Tenerife de manera que entregaría a esta sociedad el 50 por ciento de sus ganancias.

El empresario era el encargado de tramitar aceptar y cobrar las jugadas, proceder al pago de los premios y hacerse cargo de la contabilidad.

Tras la celebración del juicio, la Audiencia considera probado que entre finales de enero y principios de febrero de 2017, el acusado realizó un número elevado de apuestas a su favor por medio del sistema de ventanilla que sumó 92.080 euros sin desembolsar cantidad alguna.

El procesado era consciente de que la caja que gestionaba era ficticia ante la inexistencia de efectivo por lo que cobró los boletos premiados en otros tres establecimientos. Pero en realidad sólo llegó a hacerse con 12.146 euros, lo que se atribuye a la falta material de tiempo y a no querer despertar sospechas.

La entidad con la que firmó el acuerdo accedió por aquellas fechas a entregarle casi 3.200 euros en concepto de reposición, cantidad que el procesado no reflejó en la contabilidad.

Por ello, cuando se acercaba el momento de llevar a cabo la liquidación mensual de operaciones simuló un robo para ocultar esta situación fraudulenta y con este fin presentó el 6 de febrero una denuncia en la Guardia Civil de Adeje por un supuesto robo con fuerza en el local que regentaba.

Para dar más credibilidad a esta ficción sobre las dos de la mañana hizo una llamada al 112 desde una cabina en la que manifestaba estar observando que había varias personas dentro del local.

Una patrulla de la policía se presentó en el lugar y los agentes comprobaron que el establecimiento estaba cerrado y no se percibía incidencia alguna. Horas después fue cuando el procesado denunció la sustracción de casi 97.000 euros que estaban en la cajas fuerte, registradora y máquinas de apuestas que habían sido destrozadas por el propio imputado para intentar dar credibilidad sus palabras, según relata la sentencia.

Durante el procedimiento judicial se pudo comprobar que en esas fechas se produjeron “circunstancias inusuales”, como cifras no habituales y el registro de múltiples apuestas de 300 euros emitidas en intervalos de entre 15 a 90 segundos.

Las palabras del acusado durante el juicio han sido calificadas de “carentes de una mínima consistencia”, al igual que las de un testigo quien aseguró que había hecho alguna de estas jugadas y que además solía hacerlo de forma sucesiva. Sin embargo, la Audiencia descarta que se den los supuestos para poder concluir que se produjera una estafa, tal y como sostenía la acusación particular y la Fiscalía.

No ocurre lo mismo con el cargo de simulación de delito en cuanto que el supuesto robo y la denuncia fueron “conscientemente urdidas y ejecutadas con la intención de disimular el desfalco realizado en la caja del local de apuestas”.

Los testigos ratificaron que les pareció sospechosa la forma en la que estaba rota la máquina de apuestas o que la alarma de seguridad no detectara la entrada de persona alguna.