Los telescopios del Teide se salvan ‘in extremis’

La Aemet, pendiente del avance del fuego cercano a sus edificios

Así llegó el incendio al Observatorio del Teide. | | CNRS-THEMIS

Así llegó el incendio al Observatorio del Teide. | | CNRS-THEMIS / Verónica Pavés

Verónica Pavés

Verónica Pavés

«Hoy (ayer para el lector) pensé que tendría que dar una triste noticia al mundo, pero no ha sido así». El fuego hizo muy difícil la noche en Izaña, en las cumbres de Tenerife. Rafael Rebolo, director del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), estaba convencido que las instalaciones científicas no resistirían al imparable avance del fuego. Sin embargo, el incesante trabajo de los medios de contención tanto de día como de noche, han salvado in extremis a los telescopios del Observatorio del Teide.

El fuego tampoco ha alcanzado, por el momento, las instalaciones del Centro de Investigación Atmosférica de Izaña, de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), aunque sus trabajadores siguen expectantes ante el avance del incendio en algunas zonas concretas donde cuentan con instalaciones científicas. Los trabajos nocturnos realizados por las casi 60 personas, entre equipos de bomberos y pelotones de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que se plantaron en las cumbres de Tenerife han permitido que, de momento, el fuego frene su avance. En Izaña también se encuentra el Centro de Telecomunicaciones más importantes de la Isla. De ahí que desde Cellnex Telecom también se hayan sumado a los agradecimientos a los bomberos por su labor.

El personal del Observatorio fue evacuado el jueves. «Hemos seguido desde entonces el avance del fuego a través de las cámaras del observatorio», explica Rebolo. De esa manera, y aunque el campo de visión no es demasiado amplio, pudieron ver cómo «el frente se aproximaba el sábado». La catástrofe parecía «inevitable». 

A primeras horas del domingo, el director del IAC envío un correo masivo a todas las instituciones españolas y extranjeras tratando de advertir de los posibles escenarios de afección. «A las tres de la tarde del domingo entró», explica Rebolo. Antes de que llegara el fuego ya había instalado un retén antiincendios a su alrededor y, tanto el IAC como la Aemet, pusieron a disposición de los equipos de extinción sendos aljibes de agua.

Pero ni siquiera las carreteras que rodean el observatorio podían frenar el incesante fuego que se quedó a tan solo 40 metros de los telescopios franceses Themis y de los alemanes Stella, y a 150 de los telescopios canarios Quijote. Lo mismo ocurrió en la Aemet, como explica Virgilio Carreño, jefe de sistemas básicos accidental del Centro de Investigaciones Atmosférica de Izaña. «Una lengua de fuego pasó a pocos metros de uno de los hangares y finalmente bajó por Fasnia», explica Carreño, que asegura que ese frente y el que se encuentra al pie del barranco Badajoz, son los que más preocupan por el momento. «Tenemos varias instalaciones científicas en ese lugar», explica. Según Rebolo, esta es una de las circunstancias más extremas a las que se ha enfrentado el Observatorio del Teide. «Hemos tenido tormentas terribles de nieve e incluso vientos huracanados, pero nunca nos habíamos enfrentado a algo tan devastador en la isla». 

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