La contención en El Rosario evitó que el incendio de Tenerife acabara en tragedia

Federico Grillo cree que el incendio pasará a estar controlado "más o menos rápido. En días la cosa debería estar mucho más tranquila. Luego la tarea de liquidación se puede extender semanas, incluso un mes o dos meses. Es normal en los incendios grandes"

El desolador paisaje en el Parque Nacional del Teide quemado por el incendio en Tenerife

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EFE

La contención del fuego en el municipio de El Rosario evitó que el incendio que se declaró el pasado 15 de agosto en Tenerife acabara en tragedia, subraya el director de Emergencias del Cabildo de Gran Canaria, Federico Grillo, que ha ejercido de analista en esta catástrofe.

En una entrevista con EFE, Grillo hace hincapié en que el "momento más crítico", de entre las muchas situaciones complicadas que ha deparado este incendio, que aún no está controlado, se produjo cuando la cabecera del incendio, que por momentos se comportó como "una avalancha, un tsunami", enfiló hacia El Rosario.

El casco urbano de este municipio fue confinado durante 48 horas y se desalojaron varias zonas.

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"Pensemos que hay núcleos poblados que están muy metidos en el monte, que además tienen pastizales, que son muy buenos receptores de cenizas y pavesas. El avance del fuego si no lo detienen allí -en El Rosario- se habría metido prácticamente en La Laguna", el segundo municipio más poblado de Tenerife y el tercero de Canarias.

"Incluso las cenizas a veces tienen capacidad de dar saltos a larga distancia, hacia la zona de Anaga. Si -los efectivos contra incendios- no lo hubieran atajado en El Rosario, podía haber sido una tragedia", remacha.

Este fue uno de los cuatro giros imprevisibles que dio este incendio en su intento de "correr y comer todo lo que pueda hasta que llega a un punto en el que se queda sin combustible cuando llega a las zonas costeras. Esto le confiere un carácter propio, una firma propia", analiza Grillo.

La consecuencia de este comportamiento es que al avanzar con el viento la cabeza del incendio, con una amplitud de entre 3 y 4 kilómetros, "barre" todo lo que encuentra a su paso y crea unos flancos de 30 a 40 kilómetros, y cuando hace un giro de 90 a 100 grados uno de esos flancos se convierte en cabeza y "el problema se multiplica".

Otro de los momentos más delicados para los servicios de emergencia fue cuando el fuego descendió desde las cumbres en dirección norte, afectando a Tacoronte, El Sauzal, La Matanza, La Victoria, Santa Úrsula, La Orotava y Los Realejos, y con potencialidad de llegar a San Juan de la Rambla y La Guancha.

Incendio en Tenerife (22.08)

Incendio en Tenerife (22.08) / Andrés Gutiérrez

"Estamos hablando de una envergadura inmensa, con un montón de población, miles de personas. Las que están en fricción, en contacto con el monte, son las primeras, pero más abajo hay más casas, y si las cenizas se materializan en forma de focos secundarios por debajo, la situación podría haber sido dramática", anota.

Cree que el incendio pasará a estar controlado "más o menos rápido. En días la cosa debería estar mucho más tranquila. Luego la tarea de liquidación se puede extender semanas, incluso un mes o dos meses. Es normal en los incendios grandes", explica.

Más allá de la discusión técnica entorno a si es un incendio de sexta generación o de la superficie afectada, cerca de las 15.000 hectáreas, Federico Grillo recalca que lo que lo diferencia del resto es ese comportamiento cambiante e imprevisible y "la voracidad" que tuvo en su primera fase.

"No es el más grande, pero es de los más aparatosos que hemos tenido" que hacer frente en Canarias, sostiene Grillo.

¿Habrá más incendios de este tipo y serán mas habituales en el futuro?

El director de Emergencias del Cabildo de Gran Canaria teme que así será, y lo argumenta en la reducción de las precipitaciones y el aumento de las temperaturas asociados al cambio climático.

"La vegetación está desequilibrada, y una manera de la naturaleza de equilibrar el sistema es con el fuego. Lo quema todo y pasamos de bosque muy húmedo a otro de coníferas, o de matorral a pastizales... Siempre ha habido cambios climáticos, las glaciaciones lo son. Este cambio climático es producto del ser humano y lo estamos viendo en forma de incendios", analiza.

Un helicóptero realiza una descarga en medio del humo provocado por el incendio en la vertiente norte de la Corona Forestal. |  | CARSTEN W. LAURITSEN

Un helicóptero realiza una descarga en medio del humo provocado por el incendio en la vertiente norte de la Corona Forestal. | | CARSTEN W. LAURITSEN / Verónica Pavés

Este experto diferencia entre los "incendios antiguos, de nuestros abuelos", y los actuales, pues aquellos tenían "poca carga" porque no había butano ni vitrocerámicas y se recurría a la leña para cocinar y había más actividad agrícola.

Estos incendios, conocidos como "radiantes", "tenían un frente de llama y cuando llegaban a los cortafuegos se paraban".

Ahora los incendios se encuentran con más masa forestal de la que alimentarse y generan columnas que lanzan cenizas a cierta distancia.

Además, el "abandono" del campo ha llevado también aparejada "la entrada de viviendas en los montes, o los montes han empezado a invadir zonas de viviendas. Empezamos a tener incendios en zonas de interfaz", concluye Federico Grillo.