Violencia de género | Jesús Lomba Nuevo fiscal delegado de Violencia sobre la Mujer en Las Palmas

Jesús Lomba: "La ley debería ampliar la competencia de esta Fiscalía más allá de la pareja"

"Se tarda hasta dos años en los informes psicológicos del IML, lo que genera desconfianza", lamenta el nuevo fiscal delegado de Violencia sobre la Mujer en Las Palmas

El fiscal delegado de Violencia sobre la Mujer en Las Palmas, Jesús Lomba, durante la entrevista en su despacho

El fiscal delegado de Violencia sobre la Mujer en Las Palmas, Jesús Lomba, durante la entrevista en su despacho / Juan Carlos Castro

Jesús Javier Lomba Montesdeoca (Las Palmas de Gran Canaria, 1973) fue designado hace pocas semanas como nuevo fiscal delegado de Violencia sobre la Mujer en la provincia de Las Palmas, sustituyendo a María Luisa Ordóñez. Ejerce como fiscal desde 2006, y adscrito a esta sección desde el 2007. Su principal preocupación, los retrasos en los informes forenses y la «cifra negra» en las estadísticas de las personas mayores.

Ha sido recientemente nombrado nuevo fiscal delegado de Violencia sobre la Mujer en Las Palmas, ¿qué objetivos se propone?

Ha habido tres coordinadoras desde que yo llegué en 2007, y me propongo seguir la línea que ellas han marcado en este tiempo, en el sentido que es una sección que está muy comprometida con la lucha contra la violencia de género. Somos seis fiscales los que integramos la sección en Gran Canaria, y en Lanzarote y Fuerteventura hay dos fiscales en cada una, sin perjuicio de que después otros fiscales, en el caso de las guardias que tengan que atender en otros partidos judiciales, también actúan dentro de la sección.

¿Existe algún problema que le preocupe especialmente tras su experiencia en la sección?

Me preocupa mucho la situación en que se encuentra el Instituto de Medicina Legal (IML), con el retraso en los informes psicológicos, o a veces en los informes definitivos de autopsias. Hay delitos, como el de maltrato habitual en el ámbito psicológico, que precisan esos estudios para acreditarse. Estamos tardando hasta dos años en obtenerlos, lo que produce en la víctima desconfianza, deja de creer en el sistema; otras veces debilita incluso su propio testimonio, hasta el punto que quieren retirar la denuncia. El tiempo en estos casos juega en nuestra contra, y en contra de las propias víctimas, porque la respuesta ineficaz y la tardanza les genera inquietud, más allá de la posibilidad de que pueda haber nuevas agresiones. 

¿Qué ocurre con la situación de las personas mayores o vulnerables en materia de violencia de género?

Es otra cuestión que me preocupa especialmente. Las víctimas mayores -e incluso agresores que están en esa franja de edad-, que presentan deterioro cognitivo, Alzhéimer o enfermedades de esta naturaleza, han quedado un poco orilladas. Muchas veces nos encontramos con que ellas no denuncian, no tienen apoyo familiar, ni están preparadas. También con que los mayores a veces son inimputables, y la solución en este caso pasa más por centros sociosanitarios que puedan dar respuesta a estas personas. No somos nosotros quienes podemos dar esa solución.

Usted comenta que un aspecto a destacar son las condenas por quebrantamientos...

"Hay una cifra negra en las estadísticas, las mujeres mayores que no denuncian la situación de violencia que viven"

Los quebrantamientos se producen a veces de manera consentida. Nos estamos encontrando hoy en día que, de los delitos que están castigados con penas no superiores a un año, el delito de quebrantamiento de condena o medida cautelar es el que más gente está llevando a prisión en estos momentos. Entre otras cosas, porque no prevé la alternativa de trabajos en beneficio de la sociedad, como sí lo hacen otros delitos de amenazas, coacciones o lesiones. Es muy frecuente, incluso, que se dé el supuesto en que las parejas se registran en establecimientos de hostelería, apartamentos, bungalows, etcétera.

Muchos agentes judiciales, y también desde Fiscalía, ponen el foco en el proceso demasiado largo, ¿es la creación de juzgados especializados suficiente para combatir?

Hay un elemento que no podemos controlar, que es el tiempo que una diligencia de esta naturaleza pueda tardar en llevarse a cabo, porque eso ya es al margen del juzgado. Un órgano exclusivo que solo lleve esta materia tiene a agentes que trabajan en él mucho más familiarizados con la problemática, pero también se dedica únicamente a esta materia, y no tiene que estar llevando otro tipo de delitos que tengan una mayor complejidad en la investigación. Porque este tipo de delitos de violencia de género son de una instrucción sencilla. Si todo el engranaje estuviese bien dotado y demás, son juzgados que tendrían que dar una respuesta rápida. No depende de mí, pero yo sí que creo que se deberían crear más juzgados exclusivos de violencia sobre la mujer en Telde, o para el norte, y que los juzgados mixtos no tengan que llevar asuntos de violencia de género.

Sus colegas fiscales han pedido también la opción de crear una fiscalía delegada, pero solo de delitos sexuales, ¿cómo ve usted esta posibilidad?

No sé si está en algún proyecto la creación incluso de una Fiscalía de Sala de delitos sexuales, si es una aspiración que está tomando fuerza o no. En principio, igual que se ha creado o está en proyecto una fiscalía para la protección de la infancia, pues que se cree una de agresiones sexuales me parece correcto. Porque a veces estamos centrados en el concepto estricto de violencia de género, que es el que abarca a las parejas o exparejas, y no estamos conociendo de delitos más allá de este elemento objetivo. Esta es una cuestión que la ley debería ampliar para esta Fiscalía delegada: que el ámbito competencial se extienda más allá de la esfera de la pareja. No lo veo mal, siempre que esa carga se vea compensada con la creación de unidades judiciales especializadas o ampliando la plantilla de fiscales.

El fiscal Jesús Lomba durante un momento de la entrevista

El fiscal Jesús Lomba durante un momento de la entrevista / Juan Carlos Castro

En cómputos generales, ¿cómo ve la respuesta que le da la justicia a las víctimas de violencia de género?

Creo que hay un gran esfuerzo por parte de todas las administraciones en combatir la violencia de género. Lo primero que puede encontrarse una víctima cuando llega al juzgado, y yo puedo entenderlo, es una cierta frialdad del sistema, tanto en apariencia como en su aplicación diaria. Pero sí quiero valorar la labor de los funcionarios que desarrollan su trabajo en los juzgados, porque siempre están dispuestos a colaborar con las víctimas. La base de todo para que sientan que tienen una respuesta es tener sensibilidad con ellas, empatía, escucharlas y explicarles un poco lo que pueden esperar del sistema. Muchas veces, las víctimas esperaban otra respuesta que no le podían dar.

En los últimos años, ha habido un aumento de las denuncias reflejado en las estadísticas, ¿considera que es porque las mujeres están cada vez más concienciadas o porque cada vez se producen más situaciones delictivas?

"No veo un aumento de la violencia de género, pero sí hay más concienciación entre las mujeres"

Yo creo que hay una mayor concienciación por parte de las mujeres. Hay muchas campañas de información, muchos más datos que se pueden tener con simplemente consultar el teléfono móvil o en Internet. La mujer que tiene recursos, habilidades, capacidad de informarse y de estar en un entorno en que puede acudir a distintos lugares o comentar con su familia lo que le está pasando, está preparada para presentar la denuncia. Pero luego también hay una cifra negra que no sale en la estadística y que es la más importante desde mi punto de vista, y es la que se vincula con esas personas mayores, porque no tienen esa conciencia, o bien porque están desamparadas. Y existe una preocupación en este aspecto. No creo que hayan aumentado significativamente los asuntos de violencia de género.

Usted también ha llevado cuestiones de delincuencia digital, algo que es también destacable...

Es muy relevante, porque no dejan de ser las formas generales delictivas, pero el medio comisivo es el uso de las nuevas tecnologías. Son, sobre todo, amenazas, coacciones, acoso o delitos contra la imagen a través de la difusión de documentos íntimos que se producen a través de las nuevas tecnologías. También tiene especial relevancia en cómo estamos acreditando a día de hoy muchos de los delitos que se denuncian en los juzgados de violencia. Y esto también demuestra el cuidado que ha de tenerse muchas veces para aceptar que las relaciones íntimas sean captadas a través de medios que permitan después el uso fuera de la relación.

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