La toxicómana que dio 62 puñaladas a su vecina en Las Palmas de Gran Canaria sabía lo que hacía

Tenía una leve dificultad para dominar sus impulsos por su adicción a las drogas, aunque conservaba sus facultades cognitivas, según informan los forenses

La toxicómana que dio 62 puñaladas a su vecina en Las Palmas de Gran Canaria sabía lo que hacía

La toxicómana que dio 62 puñaladas a su vecina en Las Palmas de Gran Canaria sabía lo que hacía

La mujer toxicómana que reconoce que mató a su vecina, a la que dio 62 puñaladas, y que robó en su vivienda de La Paterna de Las Palmas de Gran Canaria en 2021 conservaba sus facultades cognitivas y sabía lo que hacía, pero tenía una leve dificultad para dominar sus impulsos por su adicción a las drogas, según las dos médicas forenses que la examinaron.

En la tercera sesión del juicio que se celebra contra Yaiza R.F., de 43 años, estas dos forenses que elaboraron el informe de imputabilidad sobre los hechos cometidos han indicado que la acusada no sufre enfermedad mental alguna y que sus fallos en la memoria, respecto a que de ese día no recuerda las 62 puñaladas que le propinó, son "muy selectivos", y tampoco están relacionados con el consumo de drogas, que es "compatible con su lucidez".

Las dos peritos han señalado también que en las entrevistas que mantuvieron con la procesada se mostró colaboradora pero "reacia a hablar de lo sucedido" y que en la última les manifestó que sabía que era ella la autora de la muerte de su vecina Rosa María C.S., de 69 años que se produjo la noche del 2 de noviembre de 2021.

"Lúcida, colaboradora, consciente, orientada y sin alteración de pensamientos"

"Sé que fui yo porque tenía sangre en las manos y un cuchillo en una mano", les refirió la acusada, según han detallado ambas médicas forenses al Jurado, al que han dicho que mantuvieron con ella tres entrevistas y que desde la primera, el 5 de noviembre, se mantuvo "lúcida, colaboradora, consciente, orientada y sin alteración de pensamientos", aunque lloraba cuando recordaba los hechos.

Además, han comentado que el hecho de que se le hallara droga y medicamentos en el examen que se practicó de una muestra de orina del 5 de noviembre no afecta a su lucidez, precisamente por ser una persona toxicómana, pues su cuerpo ya está habituado.

Según los tres técnicos del Instituto Nacional de Toxicología de La Laguna, en Tenerife, que elaboraron el informe sobre la orina y que han declarado por videoconferencia, a la acusada se le hallaron restos de metadona, tramadol, morfina (que podría ser por consumo de heroína), cocaína, benzodiazepina, antipsicóticos y cannabis.

En cuanto a la causa de la muerte, las médicos forenses que elaboraron el informe de autopsia se han ratificado en las 62 puñaladas que recibió la fallecida, si bien las dos más importantes fueron en el cuello, que, unido al resto de heridas, le generó un shock hipovolémico por la abundante pérdida de sangre.

En el primer ataque la víctima estaba consciente

Estas dos forenses han expuesto al tribunal que en el primer ataque la víctima estaba consciente, y fue cuando entienden que se produjeron las lesiones de defensa en los brazos y también las de la cara.

Fue al tratar de defenderse cuando se causó alguna de las heridas que presentaba en la espalda, y fue cuando cayó al suelo bocabajo cuando debieron originarse las lesiones del lado derecho del cuello, que son las que le llevan a su muerte, y las del tórax, que se originan cuando ya tiene menos vitalidad.

En su exposición, las forenses han detallado que la víctima presentaba 12 lesiones en la cara, nueve en el cuello, 15 en la espalda, seis en el abdomen y 12 en dedos y antebrazos, entre otras lesiones.

Tras concluir la prueba pericial, la fiscal Cristina Coterón y la abogada de la defensa, María Teresa Guerra, han presentado sus informes finales, en los que la acusación ha pedido al Jurado un veredicto de culpabilidad por asesinato y robo con violencia, mientras que la letrada de Yaiza R.F. ha persistido en solicitar la eximente completa o incompleta de su defendida, por entender que, pese a los informes forenses, su condición de toxicómana le impedía discernir.

La fiscal entiende que se trató de un asesinato, por el que reclama una condena de 23 años de cárcel, porque la acusada se ensañó con la víctima y no tuvo posibilidad de defensa, una circunstancia que ha añadido este miércoles, y que además lo hizo para robarle en su casa, mientras que por el delito de robo reclama 4 años y 4 meses en lugar de 6 como en un principio pedía.