Dos testigos vieron "nerviosa y como ida" a la acusada tras matar a su vecina en La Paterna

Vecinos del inmueble coinciden en que, al salir del domicilio de la víctima, Yaiza R. F. dijo "Llamen a la Policía para que vean el panorama"

Los inspectores describen una escena de "violencia" en el interior del domicilio, con sangre en muchas estancias y objetos rotos y tirados en el salón

Segunda jornada del juicio contra la mujer acusada de matar a su vecina en La Paterna.

Segunda jornada del juicio contra la mujer acusada de matar a su vecina en La Paterna. / LP/DLP

Dos personas que estuvieron con la mujer acusada de asesinar y robar a su vecina en La Paterna, en Las Palmas de Gran Canaria, poco después de los hechos afirmaron este martes que la notaron "nerviosa y como ida". Los testigos que la vieron salir del domicilio, por su parte, indicaron que se fue con paso rápido hacia su planta con una bolsa negra de gran tamaño y coincidieron en que dijo "Llamen a la Policía para que vean el panorama que hay ahí dentro". En la segunda jornada del juicio celebrado ante jurado en la Audiencia Provincial, también declararon varios agentes policiales que describieron la escena del crimen y cómo se movió la presunta agresora en las horas posteriores.

Según los inspectores de la Policía Nacional que instruyeron la causa, en el interior del domicilio de la víctima, sobre todo en el salón, se veían signos de "lucha, de pelea, con objetos tirados y otros rotos". Además, se encontraron manchas de sangre en muchas estancias, en interruptores y en zonas de paso, y las armas homicidas -se cree que fueron al menos dos cuchillos de grandes dimensiones- desperdigadas entre la cocina y el dormitorio principal. En este último cuarto, había rastros en el pomo del armario, lo que viene a confirmar que la acusada estuvo revolviendo en busca de cosas que sustraer, si bien ella negó el lunes en su declaración que se llevara algo de la casa de su vecina más allá de 28 euros para comprar droga.

La víctima se encontró en la puerta del salón de la vivienda, boca abajo y rodeada de un gran charco de sangre. Había otro junto al televisor y manchas por todo el sofá. La mujer tenía múltiples cortes en todo el cuerpo, pero especialmente en la cara y el cuello. El jurado pudo observar las imágenes captadas en la inspección técnica ocular tras descubrir el cadáver. En todo ese proceso, la acusada -Yaiza R. F.- permaneció cabizbaja, visiblemente afectada, y no miró hacia la pantalla en ningún momento.

El hijo, el único que entró antes de la Policía

Los vecinos de acusada y víctima que, alertados por los golpes que escucharon, fueron a ver qué le sucedía a la anciana, explicaron que, tras abrir la puerta que había quedado atascada, Yaiza R. F. salió de dentro apresuradamente -algunos dijeron que corriendo- mientras les decía que llamaran a la policía. Uno de ellos entró entonces y se encontró con sangre en las paredes y el suelo, por lo que instó a los demás a que no accedieran a la vivienda. Fue él quien llamó al 112 y dio la voz de alarma. En el lapso de tiempo que tardaron las emergencias en llegar, el hijo de la víctima se presentó en Manuel de Falla, 60. Él fue el único que entró antes de la Policía, exclamando cuando se encontró el cuerpo de su madre: "Ay, que me la han matado".

Tal y como se evidenció en la primera jornada del juicio, la cuestión central en la que existen discrepancias entre el criterio de la fiscal Cristina Coterón y la abogada de la defensa, María Teresa Guerra, tiene que ver con el nivel de drogadicción con el que actuó la acusada y la posible modificación de su responsabilidad criminal. En ese sentido, muchas de las preguntas que ambas hicieron a los testigos tuvieron que ver con el estado en el que se encontraba la mujer en el momento posterior a cometer, presuntamente, el asesinato.

La acusada, a la izquierda de la imagen, escucha el testimonio de una vecina, visiblemente afectada

La acusada, a la izquierda de la imagen, escucha el testimonio de una vecina, visiblemente afectada / LP/DLP

Un conocido de la acusada explicó que la vio "muy tranquila" y que no creía que estuviera colocada cuando se la encontró en el ascensor después de salir de la vivienda de la víctima. Eso sí, la mujer fue a su casa pese a las reticencias del testigo, y allí sí que habría consumido drogas. Así lo confirmaron las dos personas que estaban en el interior del piso. "Estaba muy nerviosa, con los ojos como idos, no era la persona que yo conocía... Pero no sé si estaba colocada o no cuando llegó", contó al jurado la esposa. El hijo, por su parte, aseguró que fumó crac en su habitación y que le dio 20 euros para comprar "boliches". En el inmueble confesó los hechos y les pidió ducharse, a lo que se negaron, pero el joven sí que le prestó un jersey y una gorra antes de marcharse. "Creo que llevaba pastillas encima, no había fumado crac o heroína, porque estaba muy alterada y no hablaba con coherencia", asestó.

Sentía miedo

La vecina que más relación tenía con la víctima explicó que esta le había referido que sentía miedo de la acusada, pero por el hecho de que le había robado en dos ocasiones y, por eso, no la quería en su casa. Eso sí, nunca le comentó que temiera por su vida. De hecho, seguía ayudándola con sus hijos y dándole dinero y alimentos a través de terceras personas, tal y como había hecho siempre.

Los inspectores que instruyeron el caso declaran este martes en el juicio contra la mujer acusada de matar a su vecina en La Paterna

Los inspectores que instruyeron el caso declaran este martes en el juicio contra la mujer acusada de matar a su vecina en La Paterna / LP/DLP

El juicio continuará este miércoles con la prueba pericial, en la que declararán los médicos forenses que practicaron la autopsia y quienes hicieron el estudio de imputabilidad de la acusada y, presumiblemente, se leerán los informes finales de las partes.

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