Nueve años de cárcel para el hombre que abusó de una menor en Vecindario

Fuentes de la Fiscalía aseguraron que el procesado ha colaborado con la justicia, dando las contraseñas y cuentas que utilizó en las aplicaciones de mensajería instantánea como F3 e Instagram, agilizando así el procedimiento

Fachada de la Ciudad de la Justicia de Las Palmas.

Fachada de la Ciudad de la Justicia de Las Palmas. / Juan Castro

José A. Neketan

José A. Neketan

El acusado por agresión sexual a una menor de 16 años a la que contactó en 2020 por redes sociales ha aceptado este jueves ante la Audiencia de Las Palmas una condena de nueve años de cárcel y 30.000 euros de indemnización a la víctima tras reconocer los hechos y llegar a un acuerdo de conformidad con la Fiscalía.

Fuentes de la Fiscalía informaron que la acusación particular y la defensa pidieron para el inculpado seis años de prisión por un delito de abuso sexual continuado a una menor de 16 años en concurso con otro de acoso a menores por medio de las telecomunicaciones, otro de embaucamiento de menor para obtener pornografía infantil y otro de exhibición sexual ante menor. Además, las partes también acordaron solicitar al tribunal la pena de tres años de cárcel por el delito de producción de pornografía infantil en concurso de normas con otro de posesión de pornografía infantil por el que acusaban al hombre.

Las mismas fuentes aseguraron que el procesado ha colaborado con la justicia, agilizando así el procedimiento, llegando a dar las contraseñas y cuentas que utilizó en las aplicaciones de mensajería instantánea como F3, de preguntas y respuestas anónimas, e Instagram.

Según el informe de la Fiscalía, el procesado, ocultando su verdadera identidad, se sirvió de estas redes sociales de mensajería instantánea, empleando para ello las cuentas con nombre de usuario para, el 17 de agosto de 2020, entablar contacto con la menor S. N. C. A., de 13 años de edad.

Ánimo libidinoso

El acusado, desde esa fecha y hasta el 7 de abril de 2021, conversó a diario con la menor, afianzando así, para su indebido fin con ánimo libidinoso, una relación de afecto y confianza con la menor que le permitiera a la postre la satisfacción de sus instintos sexuales. Para lograr dicha relación con la menor, le decía a esta que era su «amor», alababa sus condiciones físicas, fingía estar interesado en ella e hizo que revelar su identidad fuera un juego para la menor, manteniendo a esta interesada en descubrir quién era el acusado.

Desde el primer momento, la persona demandada orientó el contacto hacia las relaciones sexuales, interpelando a la menor si era virgen o si había hecho cosas atrevidas con los hombres y solicitándole, a diario, y al objeto de satisfacer sus instintos sexuales, fotos de índole sexual e íntima a la menor. El acusado, a tal fin, y a sabiendas de que S. N. C. A. tenía 14 años de edad, le pidió que se hiciera fotografías y se las enviara prácticamente todos los días, exigiéndole que las mismas fueran cada vez más íntimas o en las que apareciera ella en pose inequívocamente sexual. El hombre llegó a recibir de la víctima, entre el 14 de noviembre y el 31 de diciembre de 2020, un total de 18 imágenes en las que se mostraban pechos y órganos genitales.  

Envío de fotografías

El acusado, a sabiendas de la minoría de edad de S. N. C. A., y que, con ello, menoscababa su indemnidad sexual, los días 14 de septiembre de 2020, 9 y 16 de noviembre de 2020 y 11 de enero de 2021 envió a la menor fotografías que mostraban su pene erecto, a la par que, a cambio, pedía a la menor que le enviara más fotografías o que quedara con él al objeto de satisfacer sus instintos sexuales. 

A medida que la relación avanzaba, el acusado, lejos de cesar en su conducta, con igual ánimo de satisfacer sus deseos sexuales, propuso a S. N. C. A., en reiteradas ocasiones, verse en persona a escondidas a fin de mantener relaciones sexuales con ella. Eventualmente, el acusado logró su propósito, llegando a quedar con la menor en varias ocasiones en Vecindario. A consecuencia de estos hechos, la menor S. N. C. A. sufrió un trastorno de estrés postraumático con síntomas depresivos, síntomas ansiosos, sintomatología postraumática, ansiedad social, sentimientos de vergüenza y de culpa, déficit de autorregulación emocional, baja autoestima y bajo autoconcepto y falta de apoyo social con su grupo de iguales. Los representantes legales de la menor, S. N. A. D. y C. D. C. F., reclamaron en su nombre los perjuicios sufridos.

Tras la celebración de la vista, el tribunal dejó el juicio visto para sentencia y adelantó que dictaría sentencia en consonancia con el acuerdo alcanzado por las partes.