José el Negro, padre del autor del tiroteo que se produjo el Viernes Santo en el sector de Lomo de las Brujas del barrio de Jinámar, acaba de presentarse ante la Comisaría de la Policía Nacional de Telde. Los agentes de este cuerpo de seguridad lo buscaban al sospechar que también formó parte del enfrentamiento con armas. Su hijo Kilian, de apenas 24 años, asistió en la tarde de ayer de forma voluntaria en las mismas dependencias para confesar que había sido el causante de los disparos que hirieron a dos personas, Jonathan M. y Enrique José R. C.
"No escondo nada, es todo un mal entendido", aseguró José el Negro antes de entrar a la comisaría. "Estábamos en el Sur", afirmó junto a su abogado el padre del autor. "Es todo un mal entendido que venimos a solucionar con mi abogado", añadió.
Enrique además fue acusado de matar a su abuela en su domicilio de la calle Lomo de las Brujas (Jinámar) el pasado martes. Este mediodía, cuando debía prestar declaración, acabó siendo ingresado en la unidad de estancia breve psiquiátrica del Hospital Insular de Gran Canaria. El joven, de 33 años de edad, no estuvo capacitado para contar su versión del asunto al presentar diversos problemas de salud mental, según informaron desde el gabinete del Tribunal Superior de Justicia de Canarias.
El interrogatorio ha sido pospuesto al sábado 23 de abril por la tarde, a la espera de que estos días pueda estabilizarse. Tras realizar una exploración forense y un informe, las autoridades competentes han acordado prorrogar su detención. La investigación continúa así abierta por un presunto caso de homicidio, aunque esta calificación podría cambiar. Cabe recordar que el procesado, conocido en en el barrio como Kike el Peluquero, fue herido en el tiroteo que se produjo el Viernes Santo frente a su bloque residencial.
Los vecinos que le conocían creen que este suceso podría haberle afectado hasta el punto de provocarle un brote psicótico el día que acuchilló a su abuela, Sara Mújica. Según sus conocidos, Enrique tomaba una fuerte medicación desde hacía tiempo que le causaba paranoia. El agobio y estrés que pudo sentir a raíz del tiroteo pudo haberle incrementado los efectos negativos de las pastillas, agregan y ante todo defienden que "no era una persona violenta".
