La lluvia vuelve a causar estragos en el instituto de Las Remudas

Los talleres del centro permanecen inundados desde el lunes a raíz de las últimas precipitaciones

El suelo de los talleres este martes después de las inundaciones, con los motores de prácticas tapados con bolsas de basura.

El suelo de los talleres este martes después de las inundaciones, con los motores de prácticas tapados con bolsas de basura. / LP/DLP

Benyara Machinea

Benyara Machinea

Las precipitaciones registradas esta semana en la isla de Gran Canaria han vuelto a inundar los talleres donde reciben clases los alumnos de automoción y mantenimiento de vehículos del instituto Profesor Antonio Cabrera Pérez, ubicado en el barrio teldense de Las Remudas. Las aulas destinadas a las prácticas de estos ciclos amanecieron el lunes con las primeras goteras, lo que ha llevado a los profesores a tomar la decisión de tapar los motores con bolsas de plástico para intentar que no se estropeen. El centro ha optado por continuar la enseñanza con lecciones teóricas en las aulas que no se han visto afectadas por el temporal, pero los alumnos han decidido convocar una huelga durante la jornada de hoy en forma de protesta

Las filtraciones de agua en los espacios de enseñanza del centro educativo se han convertido en un problema recurrente cada vez que caen las primeras gotas en el municipio de Telde. Sin ir más lejos, los propios alumnos convocaron una manifestación el pasado mes de diciembre en la que denunciaron el mal estado en el que se encuentran las instalaciones, con vigas oxidadas, inundaciones frecuentes, planchas del techo podridas y baños que no están adaptados para mujeres. Sin embargo, los estudiantes reclaman que desde entonces no han obtenido ninguna respuesta ni solución para paliar las deficiencias. 

Los tres talleres de los que dispone el instituto para la formación son los que se ven perjudicados cada vez que llueve, hasta el punto de resultar totalmente inutilizables, aunque también hay goteras en un pequeño patio común a causa de unas pérgolas mecánicas en estado de oxidación. El último incidente se produjo, sin ir más lejos, poco antes de las vacaciones de Navidad, dejando inoperativos estos espacios.

Uno de los motores de las aulas afectadas tapado con una bolsa de plástico para evitar que se estropee.

Uno de los motores de las aulas afectadas tapado con una bolsa de plástico para evitar que se estropee. / LP/DLP

"Esto ocurre a nada que caigan unas pocas gotas, por eso los profesores llevan entre cinco y diez años quejándose", manifestó Antares Báez, alumna del ciclo superior de automoción. La lluvia en contacto con los aparatos eléctricos genera una combinación peligrosa que lleva al centro a cerrar los talleres cada vez que llega un temporal, pero esto no impide que la maquinaria se vea perjudicada y presente por ello muestras de deterioro que las estropean con facilidad.

Desde que comenzó este curso escolar los matriculados en el centro tampoco han podido hacer uso de uno de los tres talleres, que se encuentra cerrado a raíz de una viga estructural de la base del instituto que se encuentra totalmente oxidada, lo que ha llevado al propio Ayuntamiento de Telde a tomar la decisión de cerrar sus puertas. La ausencia de una de las aulas de enseñanza provoca que las clases se mezclen y "mientras unos dan un temario, los otros tienen que dar otro distinto en el mismo espacio", explica la estudiante del centro.

"Si hacemos huelga lo único que estamos logrando es perder clases", denuncia uno de los alumnos

El ciclo de Automoción que ofrece el instituto se compone por un 60% de lecciones teóricas y otro 40% de prácticas, pero los continuos incidentes con las filtraciones de agua llevan a que las horas destinadas a aplicar las enseñanzas en las distintas piezas mecánicas se alejen de las cifras previstas. Mientras que algunos profesores buscan compensar esas clases ofreciendo temario en otras aulas, otros deciden cancelarlas cuando no pueden hacer uso de los materiales. "Hay muchas prácticas que nos estamos perdiendo por toda esta situación", denuncia Diego Sánchez, alumno del ciclo superior.

"Si hacemos huelga lo único que estamos logrando es perder clases porque para solucionar los problemas de los talleres lo único que pueden hacer es tirarlos abajo y construir otros nuevos, ya que son problemas estructurales y nada más entrar al taller puedes ver las vigas oxidadas, las planchas de uralita deterioradas y las paredes con grietas", remarcó Sánchez. "Nosotros no ganamos nada porque si lo arreglan nos quedamos sin talleres y si no lo arreglan nos quedamos sin talleres una semana, ahí es donde está el problema", incidió el estudiante.

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La problemática de las filtraciones de agua que sufren los estudiantes del IES Profesor Antonio Cabrera Pérez cada vez que llueve no es ninguna novedad, pues las primeras reclamaciones por parte de profesores y alumnos acumulan ya una década. «Más de uno se estará planteando el cambio de centro a raíz de estos problemas», explicó Diego Sánchez, alumno del ciclo superior de automoción. El estudiante también incidió en que «muchos compañeros tienen conocidos estudiando en el IES José Cerpa de Vecindario y siempre mencionan que los que están ahí están encantados con las instalaciones, las herramientas y los coches de prácticas que tienen, lo que no tiene nada que ver con lo que tenemos aquí». En estos momentos se ven afectadas una decena de clases, compuestas por cerca de 150 alumnos. 

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