Desde la ciudad arzobispal

Don Juan de León y Castillo

Don Juan de León y Castillo

Don Juan de León y Castillo

Confieso que al elegir el título dudé sobre el mismo, pues no solo Gran Canaria fue el objeto de su trabajo como ingeniero de caminos, canales, puertos y señales marítimas. Toda Canarias se benefició de sus amplios conocimientos y de su denodado interés por el desarrollo de este archipiélago.

Nos contaba la IV Marquesa del Muni, doña María del Pino León y Castillo y Manrique de Lara que su abuelo siempre manifestaba que se sentía teldense de corazón y, si alguien le replicaba que no lo era de nacimiento, ya que de todos era conocido su alumbramiento en la casa de sus abuelos paternos en la hoy calle de Los Balcones (Vegueta), él, no sin cierta sorna, afirmaba «¡Sí, sí, ya lo sé, pero me engendraron en la Calle Real de la señorial Ciudad de Telde! En el mismo en donde pasé mi niñez y alguna que otra temporada durante los años de juventud».

Don Juan había nacido primogénito en una familia de la pequeña nobleza insular, sus padres se habían afincado en Telde pues al ser su progenitor segundón, le había tocado vigilar de cerca las no muy numerosas propiedades agropecuarias heredadas. La inteligencia de don José María, su padre, le hizo ser alcalde constitucional de la ciudad, defendiendo sus ideas patrióticas y liberales. Ese no fue el único cargo que desarrolló a lo largo de su corta vida. estaba don Juan estudiando Ingeniería en la Universidad Central de Madrid cuando queda huérfano y eso condiciona sus estudios y su carácter. Destacado en todas las materias académicas, fue condiscípulo y buen amigo de Práxedes Mariano Mateo-Sagasta y Escolar, con quien se disputa el primer puesto de su promoción. Esta amistad, entre el riojano y el grancanario será decisiva en la vida de nuestro biografiado y con el tiempo en la de su hermano Fernando.

Terminados los estudios universitarios, pronto trabajará para el Estado en la más que complicada carretera de Panticosa y, sólo una enfermedad pulmonar que casi le lleva a la muerte lo obliga a regresar a su Isla. Aquí primero como ayudante de obras públicas y después ya ejerciendo como jefe de la delegación de ese ministerio (Fomento) en Las Palmas de Gran Canaria desarrollará su meteórica carrera. No solo diseña puertos para las llamadas islas menores, sino que se empeña en comunicar todos los pueblos y ciudades de Gran Canaria con la capital de la Isla, aunque para ello tenga que mover montañas, allanando y ensanchando antiguos caminos reales, como realizando bellísimos puentes (su obra magna en este tipo de estructuras fue el Puente de los Siete Ojos sobre el Barranco Real de Telde), sino que además es el creador de la mayor infraestructura publica de todo el Archipiélago, el Puerto de la Luz en la Bahía de las Isletas. Crea un nuevo faro para esa península volcánica, depósitos de agua para abastecer a los buques que por ese puerto pasaban. Asimismo, de él es el proyecto y la posterior obra del Lazareto sucio de Gando en donde nuestro ingeniero echa los restos con una magnifica cisterna o aljibe de gran belleza constructiva. Pero tal vez fue en el Faro de Maspalomas donde se consagró como el gran diseñador-constructor a nivel nacional, ya que otros muchos lo copiarán no sólo en la Península Ibérica sino en África y Asia. En otro capítulo debemos destacar su gusto por la agricultura altamente tecnificada, introductor en sus fincas teldenses del algodón y el tabaco, cuando no la platanera, el tomate y los cítricos. Cosechero exportador, trabaja en pequeños puertos de la costa grancanaria para lograr la salida de los excedentes agrícolas hacia el Puerto de Las Palmas de Gran Canaria. Así, con estos datos, sólo hemos podido dibujar tímidamente la gran personalidad de don Juan León y Castillo.

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