Extraordinaria UD Las Palmas. Regresa del Santiago Bernabeú con el punto más valioso de cuantos ha conquistado en la última temporada y media en Primera División. Empató 3-3 con el Real Madrid, o viceversa, pero el conjunto de Quique Setién acarició la primera victoria en el feudo blanco porque hasta los instantes finales llegó a tener dos goles de renta y una multitud de ocasiones para cerrar la victoria.

Los amarillos hicieron un encuentro magnífico en todos los aspectos, expresándose con personalidad en el campo de batalla, asumiendo la batuta del juego y minimizando a un adversario que sintió hasta el final que no tenía ni el control ni el argumento de la noche. Los goles de Tana, Viera -de penalti- y Boateng llevaron la esperanza, pero a última hora reaccionó el conjunto de Zidane para igualar la contienda a través de CR7.

Las Palmas no venció, pero puede regresar a la isla con el orgullo de haber hecho historia; nunca antes había anotado tres tantos en ese campo ni había puesto patas arriba a un líder que, por momentos, sintió que su dominio en la Liga dinamitaba.

Un equipo con esmoquin

La UD Las Palmas salió con esmoquin al Estadio Bernabéu. Como si acudiera a la ópera, aunque no con voluntad de disfrutar de un espectáculo sino para interpretarlo. El primer tiempo del equipo de Setién fue magnífico, acumulando ya mucho mérito para ponerse por delante en el marcador con acciones muy claras de sus hombres de vanguardia. Fue premiada, sin embargo, con el gran gol de Tana Domínguez, que celebró su partido 50 en Primera División rompiendo la cintura de Sergio Ramos y la posición de Keylor Navas con un chutazo a media altura.

El arranque del encuentro fue, sin embargo, un susto para los amarillos porque apenas a los 30 segundos ya había marcado Morata pero en fuera de juego, mientras Isco abría el tanteador apenas a los 7 minutos con una descoordinación defensiva en el centro de la retaguardia.

Los delanteros blancos amenazaron en acciones parecidas, actuando al límite del fuera de juego. A Morata se le anuló un segundo tanto por idéntico motivo antes de que Las Palmas lanzará una ofensiva espléndida que duró media hora. En ese espacio de tiempo, antes del descanso, fue capaz de desajustar al Real Madrid con su fútbol de toque, general, y las galopadas de Viera y Jesé en las contras.

La tontería de Bale

El líder de la Primera División empezó a perder la perspectiva del encuentro. Dejó de disfrutar en él para sufrir a un rival que le había quitado el balón, le había propuesto el ritmo del juego y le ponía en riesgo con abundantes remates. Y todo empeoró para el campeón de Europa cuando Bale se autoexpulsó, perdiendo los nervios con dos agresiones a Viera.

El Madrid se quedaba en inferioridad numérica por una ingenua reacción de Bale y también futbolística. Las Palmas encontró más espacios para desplegar su fútbol notable que reventó por completo el partido y destrozó el amor propio de su oponente, que ya utilizaba la brutalidad para intentar frenar a los amarillos dirigidos por un gran Jonathan Viera.

Fue el genio 21 el que puso el 1-2 con un penalti muy claro que cometió Sergio Ramos, emulando a un portero en el área cuando disparaba a quemarropa Simón. Viera le puso suspense con un particular estilo semiPanenka, quizá para sacar de quicio totalmente a los zagueros y portero madridista. Pero el partido no se había complicado por completo a Zidane, porque instantes después Viera se inventó un contragolpe desde área propia que terminó con éxito Boateng colocando el 1-3.

Todo se aliaba con los amarillos, incluso un error de Fernández Borbalán al anular a Morata un tanto que no tenía señales de irregularidad. Sin embargo el Real Madrid metió una ofensiva final impresionante, tratando de arreglar en pocos minutos lo que no había hecho en más de una hora. Y fue así como, en un ambiente enfervorizado, Cristiano Ronaldo recortó primero de penalti (?) y empató más tarde a empujones. El empate no desluce, sin embargo la extraordinaria actuación de los grancanarios.

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