Vuelta a las andadas, más de lo mismo, sin solución... Todos los topicazos que a ustedes se les ocurran sirven para definir la decimosegunda derrota de la temporada de la UD, que cierra su aciago 2017 hundida en el fango de la clasificación de Primera y que ya casi debe atisbar con prismáticos la meta de la salvación. Triste final para la era de Paquito Ortiz como técnico de Las Palmas. Se despide con un saldo de una victoria, un empate y dos derrotas.

Respira al cederle los trastos al próximo inquilino de la silla eléctrica en la que se ha convertido un banquillo por el que ya han pasado Manolo Márquez y Pako Ayestarán con anterioridad. Otro Paco, Jémez, tomará los mandos con mucho trabajo por delante. Por su mente, sentado ayer en el graderío del Coliseum Alfonso Pérez, habrán pasado las infinitas soluciones que debe encontrar para enderezar una nave que camina descaradamente hacia el naufragio.

Sobre todo en dos temas principales que han venido lastrando una y otra vez a la actual UD. Uno, la endeblez defensiva impropia de un conjunto de la máxima categoría; el otro, la escasa efectividad ofensiva. La suma de ambos problemas llevaron a los amarillos a una derrota justa frente al Getafe por 0-2.

Y es que resulta harto complicado construir nada si, como ayer, en los primeros acercamientos claros del cuadro getafense ya te encuentras con dos goles que sepultan cualquier intención de sacar un resultado positivo.

A ello hay que sumar la aciaga noche de los futbolistas de la UD frente al marco del Geta; al contrario que su rival, desperdiciaba opciones clarísimas de gol en botas de los jugadores llamados a ser determinantes. Como el caso de Loïc Rémy. El francés, incomprensiblemente, erró lo que no está en los escritos; en especial en una recién arrancado el segundo tiempo a puerta vacía.

La primera incógnita por despejar en el duelo de ayer estribaba en saber qué UD se iba a ver en el Coliseum Alfonso Pérez. Aquella desesperante que exhibió miserias en su último desplazamiento, ante el Alavés en Vitoria, y en los primeros 80 minutos del duelo del pasado domingo en casa contra el Espanyol; o en cambio nos encontraríamos con el equipo que en los 10 minutos finales frente al cuadro espanyolista conseguía igualar un 0-2 y desaprovechaba un penalti en el último segundo que evitaba la remontada.

No se tardó mucho en saberlo. Pronto quedaron al desnudo las debilidades amarillas. En el minuto 5, en un córner a la izquierda de Raúl Lizoain, se ejecutaba en corto sobre Damián para que éste centrara al corazón del área y Juan Cala diera el primer directo al mentón al cuadro de Paquito Ortiz.

Por enésima ocasión esta temporada tocaba remar contra corriente con muchos minutos por delante. Pero esta vez parecía que ese golpe no mermaba la moral de la UD de manera tan negativa, como es costumbre. De hecho, pudo igualar la contienda en el minuto 11 del duelo.

Un pase interior de Míchel Macedo para Jonathan Viera terminaba en las botas de Loïc Rémy. El francés, tras un buen quiebro, se plantaba dentro del área y lanzaba un disparo en posición franca que se perdía por poco junto al poste derecho.

Pero a continuación aparecía nuevamente la cara B de los amarillos, esa misma que propiciaba que el primer ataque del Getafe le costara el 1-0. A los 14 minutos, quedaban al descubierto las vergüenzas defensivas de los de Paquito Ortiz. Una internada de Antunes por la derecha de la zaga amarilla finalizó con un centro que Amath, sin marca a la altura del punto de penalti, aprovechaba para fusilar con un disparo poderoso junto al palo a Raúl Lizoain (2-0).

El infortunio de Las Palmas vivía un nuevo episodio con la lesión de Míchel Macedo, reemplazado por David Simón. El segundo tanto getafense sí hizo más pupa a un conjunto grancanario que le costaba horrores llegar en jugada al área local ante el brío de los hombres de José Bordalás, que eran auténticos perros de presa a al hora de presionar al adversario.

Así las cosas, los futbolistas más creativos de la UD se las veían y se las deseaban para entrar en contacto con el balón. Únicamente cuando Oussama Tannane aparecía. En dos chispazos del marroquí Las Palmas vivió momentos estelares en su ofensiva.

En el minuto 26, tras una jugada trenzada, el norteafricano vio la entrada de David Simón por la derecha, pero su chut flojo y centrado no puso en dificultades al meta Guaita. El cancerbero local volvía a resultar providencial poco después. De nuevo Oussama Tannane protagonista. Se saca de la manga una magnífica asistencia para el desmarque en diagonal de Jonathan Calleri en el área; el portero desvía su disparo y el rechace cae a Loïc Rémy, que otra vez en posición franca desperdicia una buena opción para acortar distancias.

Raúl, providencial

Estas dos acciones meritorias de Las Palmas sirvieron como preámbulo para una respuesta muy peligrosa del Getafe. Otro error defensivo permite al lateral Damián presentarse con la pelota controlada en la frontal del área pequeña, rompe en varias ocasiones a Dani Castellano y su tiro se encuentra con Javi, que casi la introduce en su portería. Menos mal que aparecía Raúl Liozain para detener sobre la misma línea de gol.

Hizo aguas por enésima ocasión la zaga de la UD tres minutos más tarde para otra clara oportunidad azulona, o mejor dicho dos. En la primera, Molina, solo ante Raúl Lizoain, perdona el mano a mano y protesta un empujón por la espalda, que lo hubo de Ximo Navarro. Y sin haberse sacudido el susto los amarillos, Amath cruza demasiado su lanzamiento en otra clara opción de anotar.

Ante tantas y continuadas embestidas de los madrileños, una acción fugaz de Las Palmas. Gran pase interior de David Simón para Jonathan Viera que el de La Feria malogra. Otro error de puntería de los amarillos que contrastaba con el acierto de los puñales del Geta.

Tras el paso por los vestuarios, la UD, acuciada en el marcador, salía con bríos. Las intentonas de David Simón y de Jonathan Calleri hacía presagiar que los de Paquito Ortiz salían dispuestos a dar un paso adelante. Y lo tuvieron muy, muy cerca. Pero Loïc Rémy seguía engordando su historial de despropósitos en la noche de ayer.

Erraba el extremo francés su tercer remate franco de la noche, esta vez cuando tenía una opción clarísima de recortar distancias. Un mal despeje de Guaita le cae a sus pies más allá de la frontal del área y a puerta vacía manda el esférico por encima del larguero (minuto 51).

El Getafe también lanzaba sus andanadas, pero al contrario que en la primera mitad en algunas ocasiones sus hombres se mostraban menos resolutivos y en otras se encontraban con la resistencia de la defensa amarilla.

Ante la mayor pujanza que se atisbaba en el rival, José Bordalaz apostó por oxigenar a su once buscando más solidez. La respuesta de Paquito Ortiz en el banquillo contrario fue acudir a a la opción de Hernán Toledo en la banda derecha, intentando repetir la buena experiencia ante el Espanyol. Oussama Tannane fue el sacrificado.

Pero esta apuesta salía rana. A partir de ese momento, la UD perdía el fuelle que había exhibido tras el descanso, aunque tuvo opciones de marcar, como también contó con ellas el Getafe y más claras.